jueves, 30 de abril de 2020

Poesía Automática


En la edición digital del 20 minutos, leo el siguiente titular:

"Prohíben una manifestación de Falange prevista para el 2 de mayo
 para "evitar la difusión" del coronavirus"
Un poco más abajo:
"A fin de evitar la difusión de la pandemia 
con sus secuelas de contagios, fallecimientos y enfermos."

Lo copio y lo pego en forma de poema:
Objeto encontrado.



Prohibido cruzar la calle


Una acera es provincia de Tarragona y la otra es provincia de Barcelona. Esta es la realidad de la calle de les Dues Províncies, en Bellvei (Baix Penedès), pero también en Castellet i la Gornal (Alt Penedès). 

En lo que se ha llamado fase cero de la "Desescalada" del confinamiento de la población española, desde el Domingo, si cruzas la acera, en este pueblo, estarás saltándote un decreto ley. Puedes hacer deporte, pasear y sacar a tus padres a la calle o a tus hijos, pero sin cruzar la acera, porque estarías en otra provincia. Y las provincias ahora se comparan en términos de muertos y no se puede estar en una provincia con menos muertos porque en la tuya hay más. En este caso está claro que no hay los mismos muertos en Barcelona que en Tarragona, aunque en este caso sea casi un mismo pueblo. Bueno, sin el casi.

Es evidente que no va a pasar nada si el Domingo uno u otro cruza la acera. Nadie va a vigilar esta anomalía geográfica. Es una situación única en la geografía española. Pero es un caso más donde la geografía desafía las fronteras. Eso de poner líneas sobre el mapa para decir si este territorio o este otro define a la persona y convierte en agresor cualquiera que se salte una línea que no existe más que en una imagen abstracta de la realidad. A esa imagen abstracta de la realidad la llamamos "Mapa Político", y sobre esas líneas imaginarias que lo definen se construyen los países y los sistemas de gobierno y la realidad puede ser mejor o peor en función del lado de la línea en la que nazcas.

El virus pone en evidencia un montón de cosas que teníamos asumidas, aprendidas y difícilmente cuestionables. 

El virus cuestiona las fronteras.

La razón está en que en el momento que se plantea esta emergencia en términos bélicos: "Vamos a vencer al virus" "Todos juntos acabaremos con el Virus""Estamos combatiendo contra el Virus""esto es una guerra que vamos a ganar", etc. Lo que en realidad estamos haciendo es que un microorganismo se convierta en nuestro Igual, y ese Igual se convierte en un agente político, que atiende a fronteras y políticas de estado y estados de emergencia, y de alarma y demás planteamientos tan humanos como inciertos, pero que no tienen nada que ver con la realidad. Un virus no sabe de todo eso y no tiene que ver con todo eso, aunque nos hablen así

Miras las noticias y parece que según el país, el virus es un poco diferente. En Alemania es de esta manera, en Italia es de esta otra, aquí es así y en Estados Unidos está como loco. Pero es el mismo virus, somos nosotros los que lo hacemos diferente. La percepción de la realidad depende de la política y no de la necesidad de vivir. 

De esta manera, los políticos consiguen fragmentar la realidad y a pesar de saber que el Virus no entiende de límites geográficos, se establecen franquicias de poder, donde el posible enfermo se convierte un activo político, incluso muerto.

Hoy es Jueves, 30 de abril de 2020, cuarentayochoavo día de aislamiento obligatorio en España.



sábado, 25 de abril de 2020

La vida en la tierra


Y si somos conocidos por algo, tal vez sea solo por la ruina de lo que hacemos y por sus secuelas. El mundo se para en seco ante un virus que quiere aniquilarnos, y todo el que puede se esconde. Los que no pueden esconderse morirán, aunque ni siquiera existan en las curvas de ninguna estadística europea. El planeta se encuentra confinado, y solo se escucha el silencio en un mundo que parece de luto y perdón. 

Pero mientras los hombres lloran, la Tierra se siente aliviada. El planeta se recupera de la mayor plaga que ha tenido que sufrir: El ser humano. 

Tal vez en la próxima vida podamos hacerlo bien. Empezar de nuevo. Hacerlo con cuidado, sin prisas. Limpiar el vaso antes de volver a beber. Convertir el gris en azul y salir al sol y sentir calor en el cuerpo. Una reconstrucción tranquila, donde, tal vez, tengamos un nombre diferente. Y si somos conocidos por algo, que sea por el amor al medio en el que existimos y donde podamos respirar. Entender el privilegio de poder hacerlo y sonreír.

Aquí debería terminar este texto.
Lo que sigue: 

La vida en la tierra donde el depredador se ha convertido en depredador de sí mismo, podemos llamarlo Autofagia Capitalista, y que se encuentra de golpe en un callejón sin salida. El capitalismo se pregunta ¿que hacer? ¿Cómo seguir acumulando dinero? ¿Bienes? Incluso ¿vidas? cómo hacer para que no pare la máquina. El capitalismo exige de la dinámica y el movimiento y no se siente cómodo en la inactividad, como el coronavirus. Una cosa es como la otra. Somos lo que comemos. El virus circula de la misma manera que el capital, y la única manera de poder controlar la muerte a corto plazo es la misma que parar los mercados.

Pero ningún problema.

Porque el capitalismo lo que ha demostrado es que sobrevive a pesar de todo. Mientras la gente muere, el capitalismo se  reinventa. A toda velocidad convierte el Daño en la Ocasión. Y lo peor de todo es que, desde hace un tiempo, el negocio está basado en el abuso del humano desfavorecido, que entre otras cosas, es lo que más abunda.

Lo que puede pasar es que a pesar de lo que está pasando, y a pesar que la gente empiece a entender lo que es vivir en el abuso del capitalismo y en el saqueo de lo publico y en lo que de verdad significa el cambio climático y la experiencia de sentir que el propio planeta donde vives te quiere expulsar.  A pesar de todo, la gente solamente querrá volver a lo anterior. Y harán lo que sea por que les den una pequeña porción de felicidad simulada, mientras vuelven a las rutinas de aniquilación total del planeta, hasta justo unos minutos antes de dejar de existir.

Hoy es Domingo. 26 de abril de 2020, cuarentaycuatroavo día de aislamiento obligatorio en España.

Ser Ciudad



Sostenga el nombre
en su boca,
pase sus letras, una a una, por
su lengua y
conviértase en su hogar.
Luego seras Ciudad.
Ahora mismo,
Tu y Yo.
somos Madrid.

miércoles, 22 de abril de 2020

El pensamiento es lo peligroso


No existen los pensamientos peligrosos. El pensamiento lo cuestiona todo y si no lo hace deja de ser pensamiento propio para convertirse en la conciencia de otro. Para el poder: "El pensamiento es peligroso", y pensar te convierte en el enemigo. 

En el mundo moderno, el individuo no es otra cosa que un Disidente.

El desarrollo económico bajo ninguna condición conduce a la libertad o constituye una prueba para su existencia. El capitalismo es un error anti-humano o al menos una interferencia contra la humanidad. En algunos países, está tan clara esta separación del bien material con la propia supervivencia de la humanidad, que anomalías zoológicas como Donald Trump sacrifican abiertamente las vidas de sus votantes en favor de una economía basada abiertamente en el abuso del ser humano, como un peón hiperconsumidor, que prefiere sacrificar la propia vida antes que parar la economía. Dios bendiga a los Estados Unidos de América.

Esto es posible gracias a muchas horas de televisión y educación basada en sentimientos hiperpatrióticos. La patria es el sistema. La patria es lo que hace domesticar al pueblo. El siglo XXI es el apogeo de los sentimientos patrióticos. La globalización ha creado un sentimiento del todos contra todos y de "mi pequeña tierra" y "lo que yo la quiero" y del "si a mí me va bien, pues me da igual el resto". Consumidores aislados, que no paran de comprar por Amazon, pero que odian al vecino porque no es de "aquí". Una campaña continua basada en la estupidez y el egoísmo, que a base de regar siempre florece.

El revolucionario más radical se convertirá en un conservador el día después de la revolución. Ese mismo día se acabará la revolución y se fundará un Ministerio. En ese momento, mucha gente se sentirá feliz pensando que sus esperanzas han llegado a su meta, cuando en realidad han sido abandonados. Lo único que les queda es el enemigo común, que al ser mucho peor,  les distraerá un tiempo, antes de sentirse abandonados, poco a poco, en favor de la economía.

Lo cierto es que a mucha gente le resulta más fácil actuar que pensar. La Acción en contra del Pensamiento. Ese es el momento justo donde se hacen realidad el racismo, la homofobia, el clasismo, fascismo y demás fantasías supremacistas que dan forma a la ultraderecha y los totalitarismos de izquierda. La misma fantasía en la que Hitler o Stalin estarían llenos de gozo.

Manifestaciones enormes donde el pensamiento se vuelve simple, anticrítico y totalitario. Mensajes de whatsapp donde da igual la verdad. Redes sociales donde lo que interesa es mas importante que la realidad. Usuarios en vez de personas. Utilidad de la razón de existir, consumir, opinar.

Una rutina amparada en multitud de razones incompatibles con la supervivencia ante el virus, que se beneficia de los fallos de una sociedad tan egoísta como estúpida. 

Ahora, más que nuca, creemos lo que queremos creer. Estamos aislados y el filtro no es otro que la ideología. La realidad es intangible. Creemos lo que queremos creer y el resto son Fake News y contaminación del sistema. Así es como hacemos nuestro pequeño mundo ideológico en contra del resto de hijosdeputa mentirosos que piensan en contra nuestro. Todo un mundo nuevo que está por venir.


Hoy es 23 de abril de 2020, cuarentayunavo  día de aislamiento obligatorio en España.

Verdad y mentira en la política de Hannah Arendt


En «De civitate Dei», Agustín de Hipona se preguntaba qué distingue al Estado de «una banda de ladrones a gran escala» si no es un sentido de la justicia y del Derecho.

«el hombre que dice la verdad pone su vida en peligro»
Hannah Arendt 

la denominada «verdad factual», que incide directamente en la política al relacionarse con la opinión (o con lo que la posmodernidad llama «relatos» o «narrativas»). «Los hechos y las opiniones -subraya Arendt-, aunque deben mantenerse separados, no son antagónicos; pertenecen al mismo campo. Los hechos dan forma a las opiniones, y las opiniones, inspiradas por pasiones e intereses diversos, pueden divergir ampliamente y aún así ser legítimas mientras respeten la verdad factual. La libertad de opinión es una farsa si no se garantiza la información objetiva y no se aceptan los hechos mismos». Estas palabras, con su apostilla final, son de una permanente actualidad. Y, al leerlas, se intuye perfectamente el vínculo concreto que enlaza la crisis política de nuestros días -el auge populista o el nihilismo moral- con una quiebra intelectual consistente en la pérdida de prestigio y de credibilidad que afecta a los medios de comunicación. El correcto funcionamiento de la democracia exige proteger la verdad de los hechos frente a la fuerza persuasiva de la falsedad y la intoxicación.

Las variantes modernas de la mentira, por supuesto, son múltiples, pero Arendt se centra especialmente en dos: las que surgen como consecuencia del trabajo de los profesionales de la relaciones públicas -y que, en el fondo, responden a una concepción meramente publicitaria de la democracia-; y, por otro lado, las que construyen a diario los llamados «expertos», que Arendt citando a Neil Sheehan- tildará de «profesionales de la resolución de problemas». Es a estos profesores universitarios, altos funcionarios, analistas de «think tanks»- a los que la filósofa alemana acusa de caer en una especie de arrogancia fatal que los conduce a confundir la verdad con sus intereses ideológicos y la realidad con el amor por la abstracción. Y asimismo les recrimina otra presunción aún peor: la de querer amoldar el mundo a la teoría, lo posible a lo utópico, los hechos a las creencias. Al final, como un correlato lógico, el poder pretende apropiarse de la conciencia de los hombres: no sólo de nuestro presente o del futuro, sino también del pasado, que debe reescribirse continuamente.

De modo que la única garantía que tiene una democracia para perdurar pasa por reconocer su vinculación necesaria con la verdad y con la libertad. Lo contrario convierte a los Estados y a los gobiernos en poco más que una banda de malhechores.


«Verdad y mentira en la política». Hannah Arendt
Trad: Roberto Ramos. Página Indómita, 2017. 160 páginas. 

Reseña de DANIEL CAPÓ en ABC cultural 2017

Toda la verdad


1. El régimen político español se fundamenta, en buena medida, en la noción republicana de verdad: el art. 20.1 CE solo protege el derecho a informar sobre hechos “veraces”. El límite de la comunicación son los derechos de la personalidad (honor, intimidad e imagen) y la protección de la infancia y la juventud. Sin embargo, en un plano más amplio, con la afirmación del art. 20.1 CE se reconoce que solo a través de la creación diligente de información el pueblo está en condiciones de ejercer su soberanía correctamente. En definitiva, se venía a dar la razón a Hannah Arendt cuando afirmaba que la mentira era incompatible con la democracia.


2. Aunque podamos hacer una reinterpretación sobre la marcha, todos los sistemas constitucionales pensaban, cuando reconocían el derecho a la libertad de información, en el periodismo tradicional de la esfera pública habermasiana. Hoy esa esfera pública se ha transformado radicalmente: no solo porque los periódicos han pasado a tener una función subalterna en nuestra vida (la oración del hombre moderno que decía Hegel es hoy un vistazo a Facebook o Twitter nada más levantarte de la cama), sino porque son los ciudadanos quienes protagonizan activamente el derecho a la información sin el aprendizaje de las facultades, la experiencia profesional adquirida o un mínimo de responsabilidad democrática.


3. Como receptor de información, el ciudadano también ha querido renunciar a la verdad. El integrante de nuestras tribus morales no está para desafíos intelectuales o exámenes de conciencia, quiere el calor de los juicios propios y la comodidad del periodismo de aseveración. Es por ello que en España, como en otros países, las noticias sobre hechos tienen menos importancia que los relatos políticos, mayormente lanzados por el Gobierno y la oposición a través del ecosistema comunicativo del siglo XXI: una videocracia tertuliana que se complementa con los bots de las redes y los incendiarios grupos de Whatsapp que moldean nuestra personalidad política.


4. En este ecosistema cada vez nos hacemos menos tolerantes al pluralismo: consumimos bulos, hechos alternativos o fake news y consideramos innecesario contrastar datos y opiniones. Es una especie de efecto túnel, de algoritmo cerebral si se quiere, donde los comunicantes dialogan formalmente pero las ideologías se mantienen completamente aisladas. Y llega la sorpresa: una respuesta ampliamente favorable a una capciosa pregunta del CIS donde se sugiere un canal único dedicado a informar durante el estado de alarma vírica. Se revela así el tránsito posdemocrático y populista de una sociedad que decidió traumáticamente unas elecciones generales al grito de “queremos saber la verdad”.


5. Cómo hemos cambiado. Desde entonces la democracia española se ha ido alejando cada vez más de un modelo comunicativo plural y una esfera pública independiente y objetiva dedicada a controlar todos los resortes del poder, no solo los institucionales. La culminación del largo proceso de degradación es un Gobierno que durante la aplicación de un derecho de crisis especialmente invasivo se dedica a perseguir presuntos bulos desde ministerios y a extender la idea de que cualquier crítica a su gestión incorpora aviesas intenciones de la extrema derecha. El equilibrio no parece fácil: la puesta en circulación masiva de mentiras privadas desestabiliza la democracia, pero el control administrativo o penal de las patrañas puede terminar corrompiendo la libertad.


Josu de Miguel

lunes, 20 de abril de 2020

Hablando con la luna



Primero vino la poesía y luego el poeta.
Las cosas que se olvidan no van a ningún sitio,
porque siguen existiendo fuera del recuerdo.

Seguimos llorando,
si un árbol cae en un bosque,
y no hay nadie cerca para escucharlo.

Si por eso te despiertas llorando algunos días.
No te sientas culpable.
La culpa es lo más parecido a estar vivo.

¿Cuánto pesa la soledad? Todo mi peso corporal
¿Con quien fue tu primer beso? Ya no lo recuerdo
¿Donde estás ahora? Aquí, en el mundo de ahora.

Nostalgia.
como el sabor de la propia sangre.
como un sueño cumplido.

Imaginas tu vida,
donde solo suceden cosas buenas.
A pesar del dolor que sientes 

¿Alguna vez te has sentido perdido?
Solo durante un eclipse lunar.
Y el resto de la semana

¿Y quién se va primero, la poesía o el poeta?
El poeta, por supuesto.
Porque el problema sigue existiendo.

El chico besó a la chica



El chico con trastorno obsesivo compulsivo besó a la chica... 76 veces

domingo, 19 de abril de 2020

Pregunta cualquier cosa


Vivir dos veces



Como decía Berrio deberíamos tener el derecho a vivir al menos dos veces

El arte se come a sí mismo


Un artista hambriento causa revuelo en una muestra de arte en Miami, después de comer una pieza del artista Maurizio Cattelan, frente a una multitud asombrada. La obra consistía en un plátano pegado a la pared con cinta americana. La galeria, sin embargo, ha dicho que la obra de arte no fué destruidad porque "el arte es la idea"

sábado, 18 de abril de 2020

Carreras de galgos hacia el pesimismo


Fabulosas competiciones de teorías cada vez más desoladoras, como carreras de galgos hacia el Apocalipsis, cabalgando sobre fantasías de aniquilación y desastre, y apostando por las predicciones más pesimistas.

El Presidente habla de mediados de Mayo, e inmediatamente salen todas las demás voces. El primero dice que el confinamiento durará hasta mediados de Junio, el segundo asegura que los expertos están hablando de Julio. Todo es poco, por ahora a nadie se le ha ocurrido empezar a hablar de Agosto, pero ya veremos. El tiempo ahora se mide en periodos de 15 días.

Si un estudio de un laboratorio dice que el virus permanece en el aire 4 horas, el siguiente dice que son 20 horas. La vacuna en 2021 y en adelante. Otro grupo de expertos hablan de la permanencia del Covid-19 hasta el 2024. Nadie asegura la inmunidad al virus a pesar de haberlo pasado. 

Los muertos se contabilizan en los hospitales, pero no en casa. Para luego contar el doble cuando se suman los que no llegaron a un hospital. En unos días pasaremos a contar los muertos al doble de lo que ahora pensamos y aún así no sabremos si están todos.

Luego está toda esa gente que se enamora de la fatalidad o se aprovecha de los muertos para mandar por whatsapp la barbaridad que haga falta. Partidos políticos que necesitan de la tragedia de otros para capitalizar los votos de un futuro totalmente analfabeto donde los instintos más primarios les conviertan en los líderes de un mundo dominado por el odio y la frustración. Responsables de la especulación absoluta del desastre y de la muerte, en boca de demasiada gente que se siente cada vez mas española. Caminando por encima de los cadáveres del virus. Porque esos muertos no son los suyos.

Y así, un montón de ideas afines al desastre emocional.

Hoy es Domingo. 19 de abril de 2020, treintaysieteavo día de aislamiento obligatorio en España.

En EEUU


viernes, 17 de abril de 2020

Los 11 principios de la propaganda nazi creados por Goebbels



Los 11 principios de la propaganda nazi creados por Goebbels:

1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.

2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

La importancia de las palabras



 "Si no puedes convencerlos, confúndelos"
Harry Truman

"El llamado Efecto Bandwagon es un conocido y estudiado sesgo cognitivo también llamado "efecto arrastre" por el que los seres humanos aceptamos automáticamente que cuando un grupo grande de personas piensan o se comportan de determinada forma, esa y no otra es la forma correcta de pensar y actuar y nos sumamos a la manada de forma gregaria, acrítica y en cierto sentido, oportunista."

"Las palabras son importantes, de hecho, son los sillares con los que está construida nuestra democracia, con ellas se pueden entronizar reyes y también destruir imperios.

Esa es la razón por la que Moncloa ha creado su propio tesauro para enmarcar y difuminar las palabras habituales en una situación de crisis como la que padecemos.

De tal suerte que el parón de la economía se ha convertido en "hibernación", los espacios de reclusión de los enfermos asintomáticos en "arcas de Noé" y el número de fallecidos en "la curva", por poner solo tres ejemplos.

Tal es el poder de las palabras, que quien las elige y populariza, domina el escenario."

Cesar Calderón en Público

"A la población puedes hacerle creer cualquier cosa, por increible que sea. Inventa una noticia. la más bárbara que te suene, difúndela por todos los rincones y repítela una y otra vez hasta la saciedad. Muchos no la creerán, los informados, los ilustrados, incluso conseguirán desmentirla, a esos no podrás engañarles, pero no importa, no importa porque esos son minoría. Es la mayoría desinformada, la mayoría ignorante, desilustrada, la que nos interesa, porque no solamente la creerán, sino que te ayudarán a difundirla más allá de donde tu sólo nunca podrías"

Alemania en 1930




Nadie busca donde ir


jueves, 16 de abril de 2020

Muertos ausentes


Mucha gente se va a enterar de la muerte de gente conocida 
cuando termine el confinamiento

Humans are a virus


En una llamada a Bogotá, me entero que allí hay mucha gente que no tiene nada que comer, que hay gente que anda por las calles llamando a los telefonillos preguntando si les sobra algo que comer, lo que sea, el arroz pegado a la cazuela, lo que sea que vayan a tirar.  Que en muchos sitios empiezan a poner pañuelos rojos atados a las rejas de las ventanas para decir que no tienen nada que comer. 

En Ecuador, llevamos semanas viendo como queman a los muertos en medio de la calle porque nadie los recoge. 

Los países bajos hablan de vagos y vividores que se tiran a hacer la siesta y nada más, para referirse a españoles o italianos, a pesar de ser la meca de la evasión de impuestos de estos mismos países.

España se va a la mierda, pero seguimos escuchando los mensajes de apoyo del Rey y su hermana Elena cantando "Resistiré". Mientras se muere la gente, se acaba el escándalo de todo el dinero que el anterior Rey nos robó y fue regalando a golpe de pollazo por toda europa y parte del extranjero. 

Luego nos sueltan sin problemas que el gobierno ya ha repartido nosecuantos millones de mascarillas placebo a toda la gente que han obligado volver a trabajar y que no hay más. Mascarillas que duran cuatro horas para gente que tiene que ir a diario a trabajar, por lo pronto, los próximos 30 días. Bueno, pues que les jodan. que se busquen la vida, o que se gasten el sueldo en Amazon en comprar mascarillas de verdad que no se acaben cuando te obliguen a ir a trabajar por la mañana en el metro. 

Donald Trump decide, en un acto de pura soberbia estadounidense, no dar ni un duro más a la OMS por haber sido lentos, ahora que a él se le acumulan los muertos. El castigo a la OMS significa el castigo a África y el abandono de la población más pobre del planeta. Donald Trump sentencia a muerte a cientos de miles de personas en un acto de soberbia presidencial estadounidense, pero nadie le va a acusar de crímenes contra la humanidad, porque en el fondo todos le chupamos la polla al puto Donald Trump.

Aquí tenemos nuestras propias vergüenzas. Todo parece un poco impuesto y nadie juega limpio.

El mundo entero debería defenderse. Pero en vez de defenderse, parece que lo que busca es acomodarse en la indiferencia, esperando a que los mismos Hijos de Puta que nos condenan sean los que nos dejen vivir.

Todo el mundo espera al momento de volver a una realidad impuesta y donde no podamos decir nada. 

No hemos conocido ningún muerto



Veo las noticias y solo veo gente que se recupera. La gente que se recupera tiene nombre y edad y ubicación. Nos detallan con precisión cualquier dato necesario para poder empatizar e incluso emocionarnos con lo que en los medios llaman "historias humanas".

Los telediarios del mediodía cada vez duran más tiempo. Los de la noche repiten lo mismo. En realidad toda la televisión repite todo el día las mismas noticias, una y otra vez.

Cuentan casos de gente recuperada y de ejemplos de solidaridad. Las noticias se convierten en una continua relación de buenas noticias ajenas a la muerte, a la pobreza y a la desesperanza.

Pero la gente que se muere, a no ser que sea alguien famoso por haber sido artista o presidente de un club de fútbol o de la alta sociedad. A no ser que tenga nombre y apellidos, solo es un número. O ni siquiera un número, es una tendencia estadística dentro de una curva. No hay nombres, no hay gente en los entierros, no hay noticias, ni llamadas, ni mensajes. Te dicen que ha muerto un familiar, y si no es tu padre o tu madre es como un recuerdo que no ha llegado a ser. Porque además la gente se muere sin saber de qué. 

Por estadística, la mayoría de la gente no conoce muertos cercanos por el virus.

Si te toca, pasas al otro lado. Es decir, o no se muere ningún familiar o amigo cercano y miras televisión contento de tener actividades contra el aburrimiento o se te muere alguien y ves cómo no le importa a nadie mientras la curva siga bajando. O te mueres de forma anónima o contribuyes a una reducción de la curva. De esta manera, la mayoría se sentirá aliviada al no haber muerto, ni ser familiar de un muerto.

Por ahora, muchos de nosotros, no hemos conocido ningún muerto. O no sabemos si fue por el virus o si fue por el virus no era tan cercano. Por ahora, la mayoría de nosotros, no hemos conocido ningún muerto.

Sexo en tiempos del virus


Existen múltiples nuevas variables de sexo en los tiempos del virus.

Caso 1. B, estudiante de educación infantil, tiene 20 años y vive con sus padres. Su novio R, electricista, también tiene 20 años y también vive con sus padres. Ella está confinada desde el primer día y sus padres le prohíben ver al novio por estar más expuesto, al seguir trabajando. A pesar de ésto, B ha aprovechado los momentos de bajar el perro para verse con R en el cuarto de contadores del edificio.

Caso 2. J, jefe de ventas de un concesionario, tiene 31 años, explica que estos días en Tinder han aparecido muchas caras nuevas, pero que se ha convertido en una aplicación más parecida a WhatsApp, en la que nos dedicamos a preguntar cómo estamos y mandarnos selfies.

Caso 3. E, abogado de 36 años, se ha confinado con A, esteticista de 34, a la que conocía desde hace tres semanas. Ninguno de los dos quería estar solo. Por ahora la cosa va bien, se están conociendo. Tienen relaciones sexuales dos veces al día y están jugando a cambiar de rol para no aburrirse.

Caso 4. A, ama de casa de 48 años, lleva 23 años casada con M, 51 años y  comercial de farmacia. Definitivamente se acabó el sexo. Cada uno aprovecha la ducha para desahogarse, mientras esperan el final del confinamiento y un divorcio de común acuerdo. Según pasan los días, M cada vez disimula menos mientras ve porno en el despacho. A le dijo anoche que por favor bajase el volumen de esas películas porque ella no se entera de la novela.

Caso 5. F y D, 35 y 41, son vecinos y se conocieron el primer día del confinamiento, antes apenas coincidían en las escaleras o el ascensor o en la piscina. Ahora hacen visitas de un piso al otro, pero cada uno duerme en su casa. Lo que les preocupa es que el resto de vecinos se enteren. Han prometido no volver a tener sexo cuando todo esto acabe.

Caso 6. M y D llevan 27 años casados, los dos son funcionarios y tienen tres hijos ya mayores, que han estudiado pero todavía no trabajan. Hacen juntos excursiones al trastero para poder tener relaciones sexuales. Sus hijos están empezando a murmurar.

Caso 7. A y V, 27 y 30 años, con trabajos temporales ambos, han preferido dejar de tener sexo por si acaso cualquiera de los dos en una de las salidas para hacer la compra se puede haber infectado. Todos los días controlan la temperatura y están preparando el domicilio por si uno de ellos se tiene que confinar en el dormitorio.

Caso 8. P, estudiante de farmacia de 21 años le dice, a su amiga E, amiga del instituto de 21 años que no ha seguido estudiando y vive con los padres, que lo que más desea cuando acabe el confinamiento es besar, abrazar, tocar y volver a tener sexo, y que mientras tanto se pasa el día en Tinder hablando con todo lo que se le pone a tiro, y que a veces se lo monta de sexting cuando le parece muy guapo el tío. P le dice a E: "Cuando esto termine, no voy a parar de follar con la cantidad de tíos que me he enrollado"

Caso 9. B, 42 años y con trabajo en una empresa alimentaria le ha dicho a G, de 40 y sin trabajo,  que han terminado, que cuando acabe el confinamiento se van a divorciar, porque no le quiere. G no lo quiere entender y la acusa de tener relaciones extra-matrimoniales. B mientras pasa todo ésto duerme con el hijo de ambos en la otra habitación.

Caso 10. L, 27 años y de trabajo en trabajo,  se deja notas en el supermercado con el chico que conoció en Tinder. Le va dejando miguitas de pan que le llevan hasta su casa. Eso le parece muy excitante.

Caso 11. R. 37 años y sin haber trabajado nunca, está teniendo las conversaciones por whatsapp más guarras de su vida con el novio de su mejor amiga.

Caso 12. Muchas mujeres aguantando violaciones de sus maridos porque lo que realmente temen es morir en el confinamiento.

Caso 13. T, columnista del periódico el País, con 48 años,  se ha tirado al repartidor de Amazon del Viernes y está esperando un nuevo pedido que parece que llega el Martes.

Muchas más posibilidades de tener o no tener sexo en los tiempos del virus. La vida es un entramado complejo con muchos detalles que lo hacen único y curioso en su excepcionalidad.

Tengo tiempo


Una cuestión de tiempo


lunes, 13 de abril de 2020

Ministros de C.U.L.T.U.R.A.


En E.S.P.A.Ñ.A. la cultura es algo que molesta y por eso tenemos los Ministros de C.U.L.T.U.R.A. que tenemos. Totalmente decididos a controlar a toda esa chusma que pinta o escribe o hace música o teatro o cosas tan extrañas como poco útiles, que no sirven de nada y que normalmente tienden a cuestionarlo todo. 

Para eso tenemos los Ministerios. Con los Ministerios podemos tapar bocas con subvenciones para los que aplauden y también podemos matar de hambre a cualquiera que piense que esto de la cultura es un valor en sí mismo. Da igual si el gobierno es de izquierdas o de derechas, en este país, los ministros de C.U.L.T.U.R.A. son los agentes de control para quien se le ocurra pensar. E.S.P.A.Ñ.A. solo piensa en el ladrillo y en la economía y en el fútbol y en comer y beber y poco más. Todas esas cosas que son suficientes de alimentar el cuerpo y el alma sin necesidad ninguna de cultura.

Lo que hace falta a estos gobiernos tan Españoles es hacer como los Estadounidenses y diferenciar la cultura del "entertainment", porque así resolverían el problema. Con un ministerio del entretenimiento podrían hacer que la cultura desapareciese definitivamente. Solo los que aplaudiesen  al gobierno de turno estarían bajo el amparo de la nación. 

El entretenimiento puede ser una obra de teatro, una película, una galería o un libro. Cualquier manifestación de A.R.T.E. que entretenga, pero no cuestione, sería entretenimiento y, seguramente,  dejando las cosas claras, el valor especulativo de ferias de arte como ARCO en Madrid y todas sus imitadoras en el resto del país se dispararía, porque por fin, toda la gente con dinero podría comprar sin miedo, con la garantía de no tener una opinión contraria que cuestione el mero negocio.

Aquí los políticos siempre tienen el mismo problema, como no existen palabras para separar lo que es cultura de entretenimiento, y todo es lo mismo, pues se bloquean y como vienen de donde vienen y tener un ministerio de cultura es lo mismo que tener una "María", es decir,  una asignatura fácil como gimnasia o plástica en el bachillerato, pues lo pasan fatal porque son Ministros de C.U.L.T.U.R.A. y a la vez se manifiestan tan incapaces como incultos.

Esto es lo que hay, pero como siempre. Nada nuevo, solo que a veces aparece gente que ni siquiera disimula, como el de ahora.

Me llamo Javier pero firmo Bruto. Lo mío no es cultura ni entretenimiento, solo mala leche con dibujos que me hacen seguir vivo. El ministro de C.U.L.T.U.R.A.no piensa en mí, lo mismo que hará el siguiente.
13 de abril de 2020. Lunes, treintayunavo día de aislamiento obligatorio en España.


Redefine el Capitalismo:


Redefine el capitalismo:
"El Viernes no pude ir al entierro de mi abuela, y hoy, Lunes, me obligan a ir en metro a trabajar. Con suerte, me darán una mascarilla"

sobre un tuit de @albertpelias

domingo, 12 de abril de 2020

Lady Godiva


Febrero de 1994, Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. 
Fiesta de Carnavales. Exterior Día.

En los primeros noventa, la Fiesta de Carnaval de la Facultad de Bellas Artes en la Complutense, por entonces la única Facultad de Bellas Artes en Madrid, era la Fiesta mas importante del año.

A primera hora se montaba un escenario en los jardines con todo el equipo de sonido, y desde las 10 de la mañana empezaban los conciertos. Un grupo tras otro, hasta la madrugada, sin parar. No había problema con esto de cubrir la programación, porque, en esa época, la facultad estaba llena de grupos. 

La gente venía de todos sitios y todo el mundo se disfrazaba. Los jardines y la cafetería y los pasillos y el parking, todo se llenaba de gente dispuesta a pasar todo el día y toda la noche de fiesta. Una especie de ProtoRave con música en directo, justo antes de que la electrónica lo ocupase todo..

Y allí estaba yo, en último curso de carrera, a punto de ser padre y de hacer mi primera exposición en un sitio importante. Lleno de problemas, pero lo bastante joven como para no ser del todo consciente de lo que venía. Así que plenamente dispuesto para el día de Carnaval.

Mi primera intención en todo esto es registrar en vídeo todo lo que allí sucede porque por entonces vivo pegado a una cámara de video Hi-8 con la que hago algo que llamamos Video-Arte y que además emitimos a través de una emisora que hemos inventado este año y que luego no duró mas allá de nuestro paso por la Universidad, que se llama Televisión Complutense.

Al poco, decido dejarle la cámara a Emilio y dejarme llevar por la fiesta. Me pierdo por los pasillos, la cafetería y el jardín, sin estar nunca del todo en ningún sitio y estando en todos a la vez. Me pasan vasos de cerveza todo el tiempo y digo que NO a fumar marihuana. Pregunto a los que sé, pero parece que nadie lleva pastillas, ni otras cosas, así que sigo con la cerveza. Una y dos y tres y cuatro y ... Hasta que pierdo la cuenta.

Me emborracho mucho, empiezo a distorsionar antes del mediodía, pero por entonces no pasa nada, porque es lo normal. Todos estamos borrachos o drogados y si no lo estamos, corremos a estarlo antes de que sea demasiado tarde.

Emilio y Alicia siguen grabando. Emilio, además, es presentador del directo que se emite en toda la complutense. Normalmente somos co-presentadores, pero creo que aunque no me lo hayan dicho, todos ya sabían que yo iba a desaparecer en medio de la fiesta, y prescinden de mí. Así que voy de un sitio a otro y con unos y otros.

Veo a Jorge Isla en la barra diciéndole a una chica muy guapa lo guapa que es. No le importa que esté con su novio y no le importa cuando la chica guapa le dice que éste es su novio. Jorge, la besa igualmente. El novio se molesta y le coge de los hombros diciendo "Que coño haces" y Jorge le besa a él también. Intento salvar la situación, diciendo que no se preocupen, que me lo llevo, que está borracho, muy borracho y drogado, aunque se que no está borracho, que en realidad lo que pasa es que está loco, como siempre. Me hacen medio caso y me lo llevo. Da un poco lo mismo, porque una hora mas tarde este mismo tío le pega una paliza en el porche de la cafetería, y esa hora más tarde yo estoy tan colocado que no puedo ni parar a ver que le han roto. Lo siento por Jorge mientras paso a su lado como un muerto viviente.

En esa hora, le dejo fuera de la cafetería sin que pare de reír y diciendo cosas raras, como las que siempre dice. Y pruebo unos chupitos de nosequé en los pasillos y se me declara una chica de segundo, que me ha dejado cartas anónimas en la taquilla todo el año y le doy las gracias pero le digo que en ese momento estoy muy ocupado bebiendo y en los baños me meto algo mezclado que creo que es anfetamina, pero por la nariz y que al final no va a ser anfetamina, porque el efecto que me provoca es justo lo contrario, y  luego una cerveza y otra y así empiezo a caminar como un zombie por los pasillos buscando un sitio donde no haya nadie para  caer derrotado y terminar mi fiesta. Paso por la cafetería como un fantasma y salgo al jardín donde le pegan la paliza a Jorge y esquivo la emisión de televisión y a Emilio y a Alicia y los amigos de Alicia, y me voy a buscar en la parte trasera un poco de césped y un arbusto donde caer al suelo y descansar.

Ahí estoy, incapaz de moverme durante un buen rato. Muerto de frío, pensando en si voy a morir congelado y nadie que se de cuenta. Una muerte ridícula a medida para mi ridícula vida.

Pasa el tiempo, no se si minutos, horas. Pasan unas chicas y empiezan a hablar encima de mí. Yo no las veo, porque estoy boca abajo con la cabeza hacia un lado, y ellas a mi espalda. Me conocen, una de ellas, borracha, empieza a decir que me quiso follar y yo pasé de ella. Pienso: "Joder, no sé quien es". Y que desde entonces siempre ha tenido la fantasía de mearme encima, que es el momento, el momento de mearme. Se empieza a bajar el pantalón con la intención de mearme encima y pienso que, por favor, no lo haga, que me deje morir en paz y que no me descubran a la mañana siguiente muerto y meado. La amiga le empieza a decir: "tía, que haces, no lo hagas. No, joder, eso no". Y entonces, creo que estaba a punto de mearme pero no lo hace, no sé si porque no es capaz de mear, porque está muy borracha o porque le doy pena, el caso es que la escucho volverse a levantar y abrocharse el pantalón y al final se van.

Después de esto, pienso que tengo que levantarme y salir de allí, y creo que tardo un siglo en conseguir poner el brazo sobre la hierba y levantarme y andar dos pasos. Pero lo hago, consigo caminar y entonces, en cuanto me vuelvo a ver abrazado y siento el calor y pienso que finalmente no voy a morir, sonrío y río y empiezo a bailar y salto y toda la sangre llega al cerebro y siento una felicidad absoluta. Estoy vivo.

En ese momento, justo al atardecer, con la boca abierta y los ojos fuera de las órbitas, vemos a Lady Godiva, totalmente desnuda, con un cabello rubio que le cae toda la espalda, caminando sobre un caballo blanco en medio de los jardines. Todos la miramos, la música se para, pensamos si es verdad lo que está pasando, lo que estamos viendo, y sí. No sé como se llama, pero la conozco, lleva una peluca larguísima y no sabemos de donde ha sacado el caballo. Recuerdo su piel blanca y los lunares sobre su piel teñidos por el atardecer. Cabalga despacio, muy despacio y todo el mundo la observa maravillado. Es un momento especial que nunca olvidaremos. Es Lady Godiva y nos enseñó una realidad que nos hizo pensar posible casi cualquier cosa que nos pudiese pasar en adelante.

En ese momento me sentí renacido para todo lo que venía después. Eso fue justo antes de estrellarme contra un muro.

Ahora pienso en Lady Godiva y me siento reconfortado.


viernes, 10 de abril de 2020

Disciplina


Ariadna Estévez dice:

El virus acecha en las manijas de los autos, los picaportes, el suelo, la voz del otro, el abrazo del amigo, las cebollas en el súper, el valet parking. Todo, absolutamente todo, es una amenaza real. Salir a la calle es estar expuesta al peligro invisible que se materializa en cualquier cosa y cualquier persona. El único refugio es el hogar y la computadora previamente desinfectada, que nos conecta a un mundo que por virtual es inocuo. Lo que enferma es moverse fuera. El miedo a lo que sabemos que es real, pero que no se materializa más que en la sospecha, es suficiente para mantenernos encerrados. En la sensación individual de angustia ante la amenaza que lleva al encierro voluntario está el éxito del control social. El miedo como un aparato de disciplinamiento.

Las estrategias para hacer cuerpos dóciles con fin de control social es lo que el filósofo e historiador Michel Foucault denominó disciplinamiento. En términos del Covid-19, hay quienes no se disciplinan a la primera, pero entonces hay un nivel de disciplinamiento superior: la muerte masiva en el entorno lejano. Habrá quienes todavía no se disciplinen, pero lo harán en la medida en que las muertes aumenten o aparezcan en el entorno cercano. En el caso de China y Corea no esperaron a la siguiente etapa y fueron directamente a la vigilancia a través de apps. Al final tenemos las impactantes imágenes de Nueva York o Venecia desiertas, que demuestran que el disciplinamiento fue un éxito: ya nadie sale. Nos resistimos a la disciplina —como Foucault nos señaló en el caso de la escuela y el ejército— pero al final nos recluimos en el hogar como institución de aislamiento con fines biopolíticos.

Las implicaciones del disciplinamiento han sido analizadas por diversos filósofos europeos blancos, viejos y coloniales, que hablan del control autoritario de la epidemia para recortar libertades individuales y mantener una excepcionalidad dentro de regímenes democráticos. Hay otros filósofos ilusos que creen que es el momento de retomar la comunidad y revertir el individualismo capitalista. Hay algunos con puntos de vista más sólidos que otros, pero me parece que se quedan en el análisis del control y eso es insuficiente porque el disciplinamiento para la autorregulación y el encierro son productivos más allá del estado de excepción per se. Tienen fines de largo plazo.

Retomando a Foucault, me parece que el autoencierro es una tecnología de disciplinamiento de los cuerpos para la gubernamentalidad de la movilidad que permita el mismo ritmo de consumo y el crecimiento de los sectores productivos y de mercado que sostienen el neoliberalismo actual (el extractivismo minero para la industria digital y el biotrabajo para la producción del big data) sin seguir dañando el planeta como fuente de recursos naturales, no como vida en sí misma. No se quiere detener la producción económica ni el consumo sino la movilidad de la población, cambiar el estilo de vida como lo señaló en su momento la filósofa mexicana Sayak Valencia en su análisis del régimen live.

Estamos frente a un disciplinamiento de los cuerpos como parte de una biopolítica global para cambiar el modelo de trabajo y frenar la movilidad de élite. La movilidad de los más precarizados, los migrantes económicos y forzados, ya ha sido gestionada desde hace mucho tiempo para conducirlos a la muerte en lo que he llamado el aparato necropolítico de producción y administración de la migración forzada. Este se refiere al conjunto de políticas de muerte que fuerzan a las personas a abandonar sus países en beneficio del capitalismo extractivista, para eventualmente morir en el camino o ser desechadas en espacios caracterizados por un limbo jurídico.

A las clases medias globales no se les va a tratar así. Se les puede dejar morir, pero no se les va a dirigir a escenarios de muerte como a los migrantes forzados que se ahogan en el Mediterráneo o son tragados por la selva del Tapón del Darién en Panamá. Para las clases medias está el autoencierro que garantiza inmovilidad. La anatonomopolítica —como nombró Michel Foucault las técnicas de disciplinamiento de los cuerpos para hacerlos dóciles y manipulables— del autoencierro es para detener la movilidad de las clases medias que viajan por turismo, negocios, congresos académicos, relaciones comerciales. Este segmento poblacional es el que tiene el ingreso para costearse vuelos internacionales y experiencias extremas en los lugares más remotos. Esta población es —somos— la misma que tiene el tipo de trabajo que puede llevarse a cabo desde el refugio y desde una plataforma virtual.

Sabemos por Foucault que en la gubernamentalidad no hay necesariamente intención en la causa, o al menos no hay una intención directa, siempre es una conducción de conductas: inhibir, procurar, anular, revertir, manipular, controlar o asegurar las acciones del otro para que deriven en el autocuidado, la autorregulación, o en este caso, la inmovilidad autoimpuesta. Lo importante de la conducción de conductas es su productividad, los beneficios que trae y para quiénes los trae. A estas alturas de la cuarentena ya empezamos a ver que se ofertan no sólo paseos virtuales a museos famosos o cursos en línea para yoga o física cuántica, sino plataformas que facilitan reuniones de centros de trabajo, negocios, políticas, clases de secundaria, preparatoria y universidad. 

Hasta hace unos meses pocos sabían de la plataforma Zoom y hoy todos la utilizan. En el futuro próximo habrá otras que incluso la reemplazarán, pero para efectos analíticos digamos que Zoom marca el modelo de producción para el que nos están disciplinando. Estamos frente a un cambio de la importancia de la transición del fordismo al toyotismo. Este cambio tiene el objetivo de inmovilizarnos lo suficiente para no detener la producción y el consumo, pero sí reducir la propagación del virus humano, el cual se ha inoculado en el medio ambiente haciéndolo inhabitable y cada vez más devastado para su aprovechamiento. Una microeconomía del autoencierro está ya en marcha, el zoomismo.

El fordismo, sabemos, fue el modelo de producción industrial en masa que reemplazó al taylorismo, y garantizaba empleo pleno y seguridad social universal o ligada al empleo como ocurrió en México. El toyotismo, que reemplazó al fordismo, estableció el trabajo a destajo, por horas, sin seguridad social obligatoria. El zoomismo sería el modo de producción a través del autoencierro, el cual además incrementa la plusvalía porque se transfiere a los trabajadores los gastos de operación de las oficinas corporativas: luz, internet, agua y hasta café. Sin traslados ni salidas nos hacemos más productivos. La cuarentena actual nos disciplina para la inmovilidad, para recluir los cuerpos y proyectar nuestros avatares profesionales a través de plataformas digitales, reformulando la percepción del tiempo y el espacio de la globalización. David Harvey lo conceptualizó como una compresión de tiempo-espacio a través de la tecnología informática pero también de los vuelos de bajo costo que incrementaron y cambiaron el turismo, los negocios y el trabajo. Vamos a pasar de una percepción relativa del espacio-tiempo global como algo comprimido, a una percepción y experiencia del espacio-tiempo en términos absolutos: un presente y espacio materialmente inmóvil que se desplaza sólo virtualmente.

El zoomismo, claro, tiene un alto componente de clase, de la misma forma que tuvo la propagación del Covid-19, que se esparció por el mundo a través de turistas y viajeros de élite. Lo propagaron los expats y extranjeros, no los migrantes forzados. Para éstos el dispositivo necropolítico de producción y administración de la migración forzada sigue andando e instrumentalizará el Covid-19 como ha administrado otras enfermedades y peligros. Bussiness as usual para ellos. El cambio viene con el disciplinamiento de las clases medias para emprender el zoomismo, el cual tiene diversos objetivos de control social, de los cuales podemos ver al menos los siguientes:

1. Detener vía la autorregulación los viajes que contribuyen al calentamiento global y esparcen virus, al tiempo que se le da un respiro al planeta sin detener el ritmo de producción y consumo actual. Ya se vio que la paralización por la cuarentena ha disminuido las emisiones de carbono en China. La inmovilidad detiene a las personas, no las industrias que sostienen el capitalismo neoliberal.

2. Muchos quedarán fuera, como en su momento el toyotismo desempleó a millones. Todos aquellos clasemedieros que viven al día y sin un trabajo que pueda realizarse de manera virtual serán los nuevos perdedores del neoliberalismo. También quebrarán los negocios pequeños, pero eso abrirá oportunidades para los conglomerados industriales y de servicios trasnacionales.

3. Al mismo tiempo, como en la Doctrina del shock de Naomi Klein, se aprovechará el autoencierro y el autocontrol para eliminar la comunidad y la resistencia, empezando por el movimiento feminista mundial, que hasta hace unos meses había alcanzado una influencia y hegemonía nunca antes vistas a nivel global, desde Chile hasta la India y pasando por México. Lo que se ganó en los últimos años se ha perdido con la cuarentena.

4. En términos de género también, a las mujeres nos regresarán al hogar. La angustia por la epidemia no termina en el cuerpo de las mujeres, sino que se sigue en los cuerpos de nuestros hijos, y/o de las personas a las que cuidamos: parejas, madres, padres, vecinos, amigos, familiares varios. A las mujeres que no nos regresen a la casa vía el zoomismo, nos recluirán vía el miedo a exponer a los hijos o a quienes cuidamos. El espacio público que habíamos ganado lo perderemos nuevamente y nos harán madres y cuidadoras de tiempo completo.

5. Las mujeres, así como otros movimientos sociales tales como el ambientalista tendrán que restringirse al activismo cibernético, el cual pensamos que habíamos superado ya. No obstante, litigar digitalmente las injusticias sigue siendo una estrategia de los movimientos sociales y es bueno que se incremente porque no es de dudarse que se prohibirán las marchas y mítines políticos por cuestiones sanitarias.

En resumen, estamos ante un cambio de época quizá de la envergadura de la reestructuración económica con la que se pasó al neoliberalismo. El control social frente a la pandemia, como lo demuestra Naomi Klein, da oportunidades diversas que estaremos enfrentando desde el autoencierro, posiblemente vía Zoom.


El zoomismo y el disciplinamiento para la inmovilidad productiva
Ariadna Estévez

jueves, 9 de abril de 2020

P.A.T.R.I.O.T.A.S.



Patriotas como A.M.A.N.C.I.O. Yo abro el armario y tengo un montón de cosas de A.M.A.N.C.I.O. Todos los armarios de España son franquiciados de A.M.A.N.C.I.O. Aquí, en España, no hay Español que no se vista de Español como dice A.M.A.N.C.I.O. 

Ahora A.M.A.N.C.I.O. nos dona millones, y A.M.A.N.C.I.O. es un heroe. Las redes le agradecen su inmediata disposición. Todo el mundo aplaude a  A.M.A.N.C.I.O. que nos ayuda a superar la crisis del COVID19. 

A.M.A.N.C.I.O. como ejemplo paradigmático de la ayuda humanitaria. Complejos empresariales que producen en países orientales donde esquivan los derechos humanos y que luego distribuyen sus mercancías en el primer mundo con unos beneficios del mil por cien, y que presumen de modelo a seguir. Empresas que se van fuera, dejando atrás el porvenir de su propio país, del que tanto presumen, para poder abusar de la miseria del tercer mundo como no se puede aquí. Lo mismo que te escandaliza, o por lo menos eso dices,  que un viejo español o francés o italiano viaje a Tailandia o a Cuba a follarse a niñas de la edad de tus hijas, lo mismo hace A.M.A.N.C.I.O. con la chaqueta que tienes en tu armario, pero de la que no te sientes responsable. Ni Yo.

Lejos de la realidad




Desde casa, todo lo que sucede fuera es referido. La realidad es algo que te cuentan y que tienes que creer, igual que si crees en Dios, como un acto de fe. 

Te dicen que está muriendo gente de a 600, 700, 800... Y lo que ves es un número y crees en el número. Y el número es aterrador, pero ves el número como algo abstracto. La cifra sustituye al muerto. 600 muertos no son un muerto, otro muerto, otro muerto, otro muerto, otro muerto, otro muerto, otro muerto, otro muerto, otro muerto... 

800 muertos es pura estadística, un número que corregir. Una curva en proceso descendente. El número se convierte en el desafío y no en la tragedia. Es lo que sucede, si estás en casa y en vez de ver al muerto ves el número, te sientes aliviado. No sientes empatía por nadie sino esperanza por seguir en casa, a salvo y con la nevera llena.

Es el mismo proceso por el que cuando esto pasa en China, aquí a todo el mundo le da igual, porque se convierte en una realidad tan lejana como ajena. Estamos muy entrenados en todo esto, como perfectos yonquis de la información. Los medios saben como administrar la realidad en dosis más o menos cargadas de importancia. En tu cerebro ya sabes que no es lo mismo un atentado en París que en Bombay. Ningún recuerdo traumático con atentados en Oriente Medio. Poca empatía con el sufrimiento de otras razas o culturas o religiones. Exacerbación del patriotismo en mayor o menor grado en todo el primer mundo.

La globalización económica nos acerca la información pero nos aleja de la realidad. Hemos hecho de la hipocresía un modo de vida. 

En casa, cada vez reclamamos más derechos y miramos con desprecio comportamientos no homologados por lo políticamente correcto. En el primer mundo, lo políticamente correcto llega al extremo del chiste. El eslogan ha sustituido el pensamiento, y las razones tienen que estar avaladas por la economía. La gente lleva décadas votando valores económicos, independientemente a que esos valores económicos lo único que han demostrado es pobreza y aniquilación. 

"Voto por la economía" dicen. "Mientras yo esté bien" dicen. "La Patria" dicen. Todo un discurso aprendido de lo más fascista que lo mismo te sirve para votar a Vox que a Podemos, que al PSOE, PP, grupos independentistas... Da igual, todos participan de la misma mierda. 

Votar en occidente se ha convertido en un acto egoísta, donde la mayoría se complace de imponer su egoísmo a los demás. 

Eso es lo que tenemos ahora mismo en el congreso de los diputados. Donde, a pesar de quedar cuatro, todos van a su propio interés. El presidente está agotado y el resto tira a la diana, compitiendo a ver quien es el que más consigue. Dan mucho asco, todos, la verdad.

Mientras tanto, los informativos han tomado la decisión de alejarnos lo más posible de la realidad. Es el momento perfecto, todos en casa, sin poder comprobar si es cierto que en Madrid, en la Gran Vía se oyen pájaros, o que la gente intenta salir de las grandes ciudades aprovechando la semana santa.  Aplausos. Nuevos nacimientos. Ningún muerto. Todo se ha convertido en entretenimiento y todo tipo de noticias que intentan alejarnos de la realidad.

9 de abril de 2020. Miércoles, veintiseisavo día de aislamiento obligatorio en España.