lunes, 29 de septiembre de 2014

Dirty Disco


Section 25

Quiero tu amor. Quiero tu cuerpo. Quiero tu corazón. Quiero tu mente. Quiero tu corazón. Dame , dame. Dame tu amor. Quiero tu amor. Quiero tu mente. Quiero tu corazón. Quiero tu amor. Quiero tus ojos. Quiero tus piernas. Quiero tus manos. Dame , dame. Dame , dame su amor. Quiero tu amor. Quiero, quiero tu amor. Quiero tu cuerpo. Quiero, quiero tu cuerpo. Quiero tu corazón. Quiero, quiero tu corazón. Quiero tu boca. Quiero, quiero tu cuerpo. Quiero, quiero tu cuerpo. Quiero, quiero tu corazón. Quiero, quiero tu amor. Quiero tu belleza.

Quiero tu amor

viernes, 26 de septiembre de 2014

Se trataba de un asalto o algo así


Había encontrado la solución para el porno. Me compré audífonos. Vivo en una casa grande de madera. Alejada a unos tres metros de la casa más próxima. Pasaría una noche de novela. ¡Bah! Una noche de porno. Como tantas. Pero esta vez sin miedo al volumen del audio. Vino tinto, queso y porno. ¡Qué más se le puede pedir a la vida! Era una de MILF. Mientras la escena se iba desarrollando, lo relataba como si fuese una pelea de Floyd Mayweather. ¡Mátala! ¡Dale con todo! ¡Es tuya! ¡La tenemos! ¡Es una perra! Etcétera. Siempre la acción de los protagonistas terminaba con mi eyaculación masturbatoria. Y el grito de la hinchada que era yo. Siempre he pensado que mis gritos al acabar la función, se podrían escuchar perfectamente en Vietnam. Y los audífonos me traicionaron. No bajé la voz. Grité más fuerte que nunca. Supongo que mi alarido llegó a Nueva Zelanda. A los cinco minutos llegó la policía. Un carro de bomberos. Una ambulancia. Llegaron reporteros y público en general. Patearon la puerta de casa y entraron. Mi vecina Pilar escuchó mis gritos y llamó al 911. Se trataba de un asalto o algo así.
...
Hugo Vera Miranda

Don't Fight It Marsha, It's Bigger Than Both of Us

lunes, 22 de septiembre de 2014

Situaciones híbridas a la entrada de un funeral


cosas terribles
le suceden
 a la gente buena
todos los días

Mientras tanto...
Yo no soy uno
de esa buena gente.

Yo soy una
de esas cosas terribles

Marianna Paige

sábado, 20 de septiembre de 2014

Las Posibilidades de Wislawa Szymborska



Prefiero el cine.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del Warta.
Prefiero Dickens a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente
a amar a la humanidad.
Prefiero tener a la mano hilo y aguja.
Prefiero no afirmar
que la razón es la culpable de todo.
Prefiero las excepciones.
Prefiero salir antes.
Prefiero hablar de otra cosa con los médicos.
Prefiero las viejas ilustraciones a rayas.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos.
Prefiero en el amor los aniversarios no exactos
que se celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas
que no me prometen nada.
Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula.
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados a los conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.
Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras planas
del periódico.
Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado
a muchas otras tampoco mencionadas.
Prefiero el cero solo
al que hace cola en una cifra.
Prefiero el tiempo insectil al estelar.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.
Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad
de que el ser tiene su razón.

...
"Posibilidades"Wislawa Szymborska

Butthole Surfers

NADA DE ESTO TE VIENE EN EL MANUAL



La ducha no funciona.
La sartén convierte en picadillo
lo que se supone que tenía que ser
nuestra comida. Abro el grifo
del fregadero
y me quedo con él en la mano.
El perro está cojo. La mujer
con la que vivo ha terminado
de ponerse mala de los nervios.
El teléfono no deja de sonar.
(He puesto un contestador
y no he conseguido remediar la situación.
Al revés. El que no sigue llamando
se me presenta directamente en casa
sin previo aviso.)
Hace ocho meses que envié
un manuscrito de hace dos años
a un editor. Me dijo
que me enviaría el contrato
y un anticipo. Y todavía
estoy esperando. Tengo
trescientos folios encima de la mesa
que tendría que haber tenido listos
para hace dos meses por lo menos.
Lo que queda
de la cuenta bancaria
está en rojo.
Duermo cuatro horas, si las duermo,
y aun así no parece haber manera
de ponerse al día.
(Y acordarme de Balzac
no me sirve de gran cosa.)
Me duelen los riñones,
la espalda, los ojos, y me duele
hasta la polla, y eso
que tengo suerte últimamente
si la consigo usar para mear.
(Fui al médico y me preguntó
que cómo me ganaba la vida.
Garabateando, le dije.
Quince horas de promedio
delante del ordenador.
Se encogió de hombros y me dijo
que lo más probable
era que acabara ciego
poco antes de llegar
a los cuarenta.
Luego añadió
que en cuanto a lo otro
no le extrañaría nada
que lo del análisis se tratara
de un quiste hidatídico.
Pero que podría
ser peor.)
Y finalmente llego a casa
y el portero
me comunica
que los del ayuntamiento están a punto
de declarar en ruina el edificio.
Y luego suena el teléfono
una vez más
y un bromista me pregunta
que si estoy escribiendo algo últimamente.
Por supuesto, le digo.
Incluso estoy probando una nueva técnica.
¿Una nueva técnica?
Sí, ¿no la conoces?
Se trata de meterte
un bolígrafo en el culo
y luego hacerte una paja
sentado encima de un papel.
No es realmente
nada nuevo.
Pero optimiza el tiempo que da gusto,
y es catártico, además.
Y aunque no parece demasiado
convencido
hay una cosa
que sí puedo garantizar:
con esa clase de respuestas
te los acabas de quitar de encima
de una vez por todas.
Juro que no vuelven a llamar.
En cuanto a las promesas de inmortalidad
garantizada
que te ofrecen sacándote en sus papeles,
hace tiempo que dejé de preocuparme.
A juzgar por las magnas biografías
de los grandes personajes de la historia
es más que evidente
que con mis ridículos avatares cotidianos
no doy la talla ni de coña.

...

Roger Wolfe
(De Arde Babilonia, 1994)

POBRE HOMBRE


Me miro las manos y de repente me parece
que tienen un color
inconfundiblemente amarillento.
Algo inquietante porque el hígado
siempre es un problema y detesto el amarillo
por ese motivo y otros muchos
que quizá algún día me anime a consultar
con mi psiquiatra. En el caso
de que algún día decida
contratar los servicios de un psiquiatra.
Así que me levanto
y me acerco al baño
y escruto mi rostro en el espejo
y hago muecas y tiro de mi cara
en un sentido y otro
y me examino el blanco de los ojos
acercándolos lo más posible al fluorescente
hasta que me doy cuenta
de que parezco una especie de mono
estúpido y enloquecido
y que las dos docenas de análisis de sangre
que me suelo hacer todos los años
nunca revelan motivo alguno
para sentir alarma.
Un poco más tranquilo
decido reventarme un grano
sin poder evitar pensar
que no somos otra cosa
que un triste hatajo de pobres hombres.
Sólo que a veces
me siento el más imbécil
de todos ellos.

...
Roger Wolfe
(De Hablando de pintura con un ciego, 1993)

My favorite sex position


Mi postura sexual favorita es llorar en el cuarto de baño

domingo, 14 de septiembre de 2014

Poemas de metro


POEMAS DE METRO
Jaques Jouet
Traducción Martha Pulido

¿QUÉ ES UN POEMA DE METRO?
De tanto en tanto, escribo un poema de metro. Este es uno.
¿Quiere saber qué es un poema de metro? Admitamos que la respuesta sea si. He aquí un poema de metro.
Un poema de metro es un poema compuesto en el metro, durante un recorrido.
Un poema de metro tiene tantos versos como estaciones de viaje menos uno.
El primer verso se compone mentalmente entre las dos primeras estaciones del viaje (contando la estación de salida).
Se transcribe al papel cuando el metro se detiene en la segunda estación.
El verso siguiente se compone mentalmente entre la segunda y tercera estación del viaje.
Se transcribe al papel cuando el metro se detiene en la tercera estación. Y así sucesivamente.
No se debe transcribir cuando el metro está en marcha.
El último verso del poema se transcribe en la plataforma de la última estación.
Si durante el viaje debe cambiar de línea, el poema tendrá dos estrofas o inclusive más.
Si por desgracia el metro se detiene entre dos estaciones… El momento de escritura de un poema de metro siempre es delicado.
Poesía
1.
El primer verso se quemará para comenzar a afirmar una convicción original:
si el poema de metro conviene para hablar con inteligencia de la experiencia de la poesía,
es porque el tic tac externo contra la indiferencia del discurso
está representado con suficiencia y equilibrio por el tiempo de la travesía entre los túneles de dos estaciones.
Esta alternancia regular de sombra y luz por la ventana
rima muy bien con las rayas de la cebra cuando se levanta sobre las patas traseras,
negro, blanco, el amontonamiento de los versos y las entrelíneas,
vibración, silencio en el tiempo de la puesta en voz que anticipo, del martes 28 de noviembre
próximo. Escribo con cierta exaltación,
mayor a cualquier otra que haya conocido en los anteriores poemas de metro,
me arriesgo a tener que pronunciar, el poema, en público
y conciente de que las bondades de la perspectiva y la corrección aquí, en muy buena medida, imposibles y no deseables
encontrarán su equivalente exacto en la energía de la tensión del suceso.
Tengo siempre en mente que la cantidad de versos de este poema está determinada por el punto previsto de mi destino:
el último verso no estaba calculado, pero queda bien, lo transcribo en la plataforma de la estación La Muette.
2.
El poema de ayer tomó  el tiempo de un recorrido inevitable y necesario.
El recorrido de hoy no tiene más razón que la necesidad del poema.
El azar aparente de ayer en  La Muette
debe ser recordado positivamente para seguir hablando de poesía
que podría ser por lo menos de manera tan precisa como el ejército llamado la Gran Muette
puesto que el poema, entre todos los usos de la lengua
es el único capaz de hablar inútilmente
sin temer, de tomar en serio al mismo tiempo el enigma de la traducción del sabor de una fruta.
He ahí una buena justificación de orden casi cívico,
vaciar la lengua completamente y llenarla completamente,
la gota que se escurre hace reinar el vacío y la gota que llena hace desbordar el florero, boquiabierta y canta,
alternativa o simultáneamente,
si es posible concebir que un plato desbordado haga hueco en los estómagos.
Las excusas que profiere el vendedor de un periódico de mendigos
superan con creces la estrechez de mi reflexión.
Dejo pasar este chaparrón repetitivo de lo real encogiéndome ligeramente de hombros.
Pero el verso se sacude con dificultad
es más probable que se empape.
Si la lengua, en la poesía, mira el ritmo a los ojos,
los peldaños tallados de la escalera según las reglas,
las excusas del vendedor de periódicos o los títulos del periódico vespertino
existen, por una parte casi totalmente descuidada, contra el diapasón del poema,
frívola necesaria razón de ser común
que hace dudar pronto quién es el dueño del diapasón.
Entre cada una de las unidades superpuestas de la poesía, los versos,
existe el vacío ocupable por el aire circulante,
el aire y todas las otras palabras que no son poesía
puesto que tienen que ver con el caos de los trayectos que se cruzan de manera aleatoria.
Poesía disciplinaria.
3.
La poesía no es natural, no tiene la mano verde, y además, no tiene manos.
La poesía es artificial más que cualquier cosa en el mundo.
La poesía es tan artificial que es demasiado es demasiado y uno ni lo puede creer.
De lo natural, la poesía se aleja al galope.

4
A todos aquellos que no piden nada a la poesía, la poesía sin embargo, les pide algo, sin satisfacer su modesta tenacidad se pregunta si no está lista para traspasar, de buena gana
las barreras mentales Vauban dispuestas por la policía de costumbres contemporáneas.
Hay fallas por las cuales se puede deslizar la cuchilla oxidable del poema de proximidad.
La virtud proclamada de un oficio de las márgenes me parece un acceso antipático de enfurruñamiento social.
No me gusta pensar que la poesía es pura, limpia e inocente,
inaplicada, inaplicable o exterior a la literatura.
El poema no debe tener miedo de que lo escriban en una camiseta,
el poeta no debe tener miedo a que lo remuneren según la cantidad de versos.
Haga sus pedidos

lunes, 8 de septiembre de 2014

Mi método de dibujo es anti-perfecto


«Para poder ver de verdad, para ver más profundamente, más intensamente, y así llegar a estar plenamente consciente y vivo, es para lo que dibujo lo que los chinos llaman «Las Diez Mil Cosas» que me rodean. El dibujo es la disciplina que me permite redescubrir constantemente el mundo.»

«He aprendido que lo que no he dibujado no lo he visto realmente, y que cuando empiezo a dibujar una cosa ordinaria me doy cuenta de lo extraordinaria que es, un puro milagro.»

Frederick Franck
The Zen of Seeing

viernes, 5 de septiembre de 2014

El amor no se parece en nada a eso que esperabas


Para escribir una novela de metro.

Puedo contar la historia de mis años noventa. Y en mis años noventa puedo contar la historia de la madre de mis hijos y su enfermedad mental. Cuando estuvo encerrada. Cuando la recetaron todas esas pastillas. Cuando acusó a aquel chico de violación después de emborracharse y perder la virginidad, con 18 años, sin saber con quién, en un pueblo, al sur, de las afueras de Madrid. Un desastre que motivó un traslado de toda la familia a otro pueblo al norte de Madrid.

Ella miente. No sabe vivir sin mentir. La mentira es su forma de vida. Todo es mentira. Vive en la mentira. Miente a su pareja, miente a sus padres, hermanos, hermanas, miente a sus hijos, me miente a mí. Convierte la mentira en una especialidad. Actúa, sobre-actúa. Ella es una actriz en su propia vida. Los siguientes 10 años se los pasa follando con un joven pintor: 2 hijos. Los otros siguientes 10 años se los pasa denunciando al que fue un joven pintor. 10 años después retira las denuncias. y otros 10 años más para buscar otro tema de conversación.

Una criminal. Un caso patológico.

Ella cuenta sus pequeñas verdades:

Dejo los malos hábitos, dejo los hábitos en general.  Estoy segura de estar a salvo, ilesa, la piel intacta.  Pienso que estoy bien, pero...  No estoy nada bien.”

- Quieras o no, es todo un culebrón.
- Es cierto. Es un culebrón, de esos tan exagerados que no te los crees.

Me tiró de un coche en marcha en una comarcal camino de Ävila. Me rompió la ropa e intentó atropellarme en una carretera de la sierra. En dos ocasiones me dejó a pocos kilómetros de Madrid en la carretera de la coruña. Recuerdo andar por el arcén durante horas para llegar a un transporte y volver a casa. Mi equipaje destrozado al arrojarlo una y otra vez desde todos estos sitios. Después de esto nunca mas volví a viajar con ella si no era en mi propio coche. Extrema violencia. Recuerdo un verano en el que no pude ponerme un bañador o un pantalón corto porque tenía las piernas llenas de moratones. las piernas me las partió a patadas en las escaleras de la casa de sus padres mientras yo llevaba a nuestro hijo en brazos. Me reventó a patadas y yo no dije nada. ¿Qué podía decir? Nunca dije nada. Ella es pequeña y yo un tipo grande. ¿cómo se puede explicar? Es increíble, pienso ahora, que aguantase tanta mierda.

En la novela hay también mucho sexo. Sexo duro, sucio y explícito. Una novela es casi lo mismo que un suicidio aplazado.

Un buen culebrón necesita un amor imposible o un despecho o una traición, intrigas, alianzas, conspiraciones. Tiene que haber mujeres, las mujeres llevan el fondo del asunto en todos los culebrones. Las tramas emocionales deben tener más peso que las de misterio. Y si la historia no va a ser televisada podemos incluir grandes cantidades de sexo y violencia. Los buenos tienen que ser muy buenos, y los malos muy malos. Un poco de humor para relajar y notas picantes para acabar los capítulos con ganas de leer lo siguiente. Hay muchos ingredientes en juego, pero lo mas importante en un gran culebrón son las puertas. Siempre que una mujer abre una puerta encuentra detrás una infidelidad: De su novio, su marido, el novio de su amiga... la firma de un contrato, confesiones, documentos que salen de su escondite, parentescos olvidados. Todo se desvela cuando una mujer abre una puerta. Las puertas descubren de golpe la verdad.  - OK. Voy a escribirlo. Aprenderé sobre la marcha. Buscaré un editor, me citaré con él, le insultaré y contaré toda esa mierda. El puto editor querrá publicarlo... "Puertas que se abren y se cierran", es irresisitible.  Así, no parece tan difícil. me siento capaz. - Tendrás que empezar con eso de "basado en hechos reales" y cambiar los nombres y dirección de los personajes. Para no tener problemas. Hay que protegerse. Si algo he aprendido es que hagas lo que hagas, hay que protegerse. te tienes que atrincherar. Desaparezco de las redes sociales, me quito amigos en Facebook, cierro webs con mi nombre y elimino enlaces sospechosos. Desactivo los comentarios. Ya no tengo teléfono móvil, ni cuenta de correo propia. Por el contrario me busco un par de identidades nuevas, para operar en silencio, por la sombra. Y si alguien quiere acceder a mi, tiene que estar cerca, muy cerca.  Simplemente... desaparezco. Ya no estoy. Luego está todo eso del título. Uno que no sea “Puertas que se abren y se cierran”

"Dos cosas son seguras: 1) a la gente ya no le importa lo que les sucede a los demás, y 2) ya nada importa gran cosa. Basta con ver lo que ha pasado."
Las cosas no tienen un porqué, simplemente suceden. Recuerdas lo que pasó, pero no recuerdas porqué pasó. Puedo contar muchas cosas. Pequeñas cosas del tamaño de un chisme de portal, y otras tan grandes como para no salir de los juzgados en 20 años. ¿Por donde empezar? Esta es una historia sobre la hija de un vendedor de zapatos. Sobre el propio vendedor de zapatos. Sobre el joven aprendiz de pintor y sobre los hijos, padres, hermanos, primos, amigos y demás alrededores de la hija del vendedor, el vendedor y el joven pintor. También es una historia sobre lo que pasa cuando parece que no pasa nada. Y finalmente es la historia de un desencuentro.

En resumen, lo que conforma toda una vida. No mucho más. No hay otra actividad. La hija del vendedor de zapatos resume su vida en poco más que un párrafo.


Por otro lado, (años 60), tenemos al vendedor de zapatos, que consigue salir de la miseria, en la que vivió desde la infancia, después de casarse con la hija de un rico de pueblo, y que se traslada de Extremadura a Madrid. Con el dinero de la familia de su mujer se establece y se convierte en un "hombre hecho a sí mismo" con mujer, mas hijas que hijos, coche ejecutivo, casoplón, cenas-comidas de empresa, putas, querida y acompañante, -Si Señor-Soy un señor- Señor- y todo el protocolo que tanto le gusta. Todo ello acompañado por un trabajo de representación comercial de una marca de calzado de calidad: "Cosidos a mano". En resumen, un mafioso de pueblo con matones contratados, que presume de mujeres porque en el fondo le gustan los tíos. Todo un señor español. También es la historia de un joven pintor que quiere irse pero se queda. llamadas silenciosas. Los hijos de ambos que no saben de que va la historia.
Alergias al polen. La mujer del vendedor que se droga y se deprime. La empleada de servicio.
La otra hija del vendedor de zapatos que también se acuesta con el joven pintor. El perro ejecutado y enterrado en el solar de enfrente a la casa. La otra hija del vendedor que se pega un tiro en el dormitorio de su madre. Mierda de gatos por toda la casa. Un último hermano que se droga y desespera.
El vendedor de zapatos nos enseña el culo en medio de la calle. Pronto en Youtube.
La hija del vendedor tirándose encima de un coche para poder denunciar un atropello. Llamadas desviadas. Un niño que grita corriendo por el pasillo de un psiquiátrico queriendo escapar.
Mucho mas que un simple juego de manos. Y lo que queda por contar, que solo es: Desesperanza.

Situaciones híbridas a la entrada de un edificio



"Tal vez si me bebo otro café, me sentiré mejor"
"Tal vez si me compro un suéter nuevo, me sentiré mejor"
"Tal vez si me sale tan borracho que no puedo ver, me sentiré mejor"
"Tal vez si me duermo durante catorce horas, me sentiré mejor"