viernes, 29 de mayo de 2020

Infinito


Si crees en el infinito es que crees en Dios. Crees en la angustia infinita y necesitas la ayuda infinita de un Dios. Te resistes a creer que tu vida se acaba y que luego dejas de existir. Todo lo que se acaba es contrario a Dios, porque Dios existe para que el infinito sirva de extensión a lo poco que sirves en este mundo, ahora mismo.
Tu vida terminará y se fundirá con el infinito en una forma o estado mucho mejor que lo que eres ahora.
Sobrevivir a la propia muerte es la base de todas las religiones.
El Alma y la trascendencia son las dos maneras de disimular nuestra poca importancia en el mundo que habitamos.

Revolución


"Revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo."
Ludwig Wittgenstein

La verdad


"Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere un esfuerzo constante."
George Orwell

Tardes tranquilas de primavera


El mes de Abril de 2020 fue el más tranquilo de mis últimos 49 años.
Tardes tranquilas de primavera con la nevera llena, mucho hielo y televisión de pago. Sin trabajo, viviendo a crédito y sin poder salir de casa. Fuera, la gente se hospitalizaba y luego moría. Nosotros no moríamos. Ni nuestros amigos, ni nuestros familiares mas cercanos. Pero los demás sí y lo contaban por televisión. Nosotros solo teníamos una misión: Dejar pasar los días haciendo nada, para poder seguir existiendo.

Me imagino hace un momento, anotando en mi diario:
"Hace un rato que dieron las diez y sigue sin pasar nada. 
Tal vez sea verdad.
Tal vez pueda desaparecer."

Ahora estamos terminando Mayo y todo el mundo apuesta por el movimiento, pero nadie sabe hacia donde. La crisis sanitaria desacelera para dejar paso a la otra crisis, la económica. En breve empezará el Verano y se acabarán esas tardes tranquilas de Primavera, donde todo estaba en pausa. 

Llámame


Tu padre se está metiendo coca, tu madre
no te deja estar, y ahora que por fin habías decidido
desechar otros vicios que no fueran
el condenado tabaco y el café.

Llegas a casa, enciendes la T.V.
Trasplantes de hígado, qué comemos,
tensión en Pakistán.
Las enfermedades del recto.
Que lo hagas con control.

Se te ha muerto un amigo de la infancia
de algo que ni siquiera sabes pronunciar.
Se te ha averiado el coche
en pleno atasco. La semana pasada se llevaron
el teléfono, la que viene te van a cortar
la luz.
No puedes pagar el alquiler, trabajas
para un imbécil, y tu mujer te dice que quizá
ya vaya siendo hora de tener un hijo.
Tal vez dos.
Pero ya lo sabes, viejo, que te quiero.
Son cinco duros.
Llámame.

Roger Wolfe

jueves, 28 de mayo de 2020

La nueva normalidad


La nueva normalidad está llena de distancias físicas a las que llaman distancias sociales, aunque no lo sean.
Nos reeducamos en el distanciamiento y en la protección de nuestro espacio. No invadimos el espacio ajeno y nos resulta insoportable que alguien invada el nuestro. Ahora nuestro propio espacio es nuestra supervivencia.
Acercarte a alguien requiere de un nuevo protocolo donde no se toca y donde siempre hay una mascarilla que evita nuestro suspiro sobre los demás.
Nada de besos, nada de dar la mano y ningún abrazo, porque eres un posible agente infeccioso.
La basura doméstica se parece cada vez más a la basura de un hospital: Mascarillas, guantes, papel de cocina, botes de lejía, desinfectantes y multitud de productos de limpieza.
Parece como si en tres meses hubiésemos hecho Reset y estuviésemos Re-Programados. Todo son Ceros y Unos, todo es Sí o No.
A veces parece que más que responsables somos obedientes. Obedecer no implica pensar, ser responsable Sí.
La obediencia ha funcionado siempre mucho mejor, en este país, que la educación o la responsabilidad o la conciencia del bien común.
Cuarenta años de dictadura solo se sostienen con un pueblo obediente y no responsable: Irresponsable.
Por eso ahora, lo que mejor hacemos es obedecer. Está en nuestro ADN.
Para algunos, el problema es a quién hay que obedecer.
Es muy duro ser el nieto de un fascista que arrasó este país y exterminó toda idea contraria al expolio de su propio pueblo, y tener que obedecer a un hijodeputa de Vallecas que se ha sentado en el trono del gobierno y que desde su nuevo grupo de Ricos Rojos, de barrio residencial, se pone a dar ordenes a los dueños de este País.
Eso hace que los fascistas se revuelvan y salgan a la calle a pedir LIBERTAD.
Con la bandera del Águila de capa y pidiendo LIBERTAD.
La nueva realidad es multiforme.
En ese momento aparecen las banderas. Banderas por todas partes. Banderas en los coches y banderas de capa de SuperEspañol y banderas en monopatín y banderas de mascarillas, pulseras, pines y gorras.
Los Reyes encantados. Ellos con sus trapis de dinero y corrupción y la gente en la calle diciendo que Sí, que España y que Viva y que la Corona y que Eso.
Luego los demás, que nos sentimos insultados, sacamos las otras banderas. Y es que banderas hay para todos los gustos.
Pones tres colores en una sábana y ya tienes un país, y luego un escudo y tienes una forma de gobernar un país.
Pero no hay nada más hueco que una bandera. Detrás de la bandera no queda Nada.
De esta manera todo el que no sabe que decir, porque solo sabe obedecer, saca y mueve la bandera de su franquicia de pensamiento. No de lo que piensa, sino de lo que otro piensa por él. La bandera es una declaración de obediencia. Es una forma de delegar lo que pienso en la persona que me hace agitar la bandera.
Lo mismo que pasa en el fútbol.
Se trata de
NO PENSAR.

domingo, 24 de mayo de 2020

monarcas en apuros



En el estado de alarma:
Los reyes buscan desesperadamente sitios que visitar

Polígonos industriales al atardecer


Al polígono industrial de Resina, también llamado Marconi, en el límite de Madrid por el sur. Un Viernes al atardecer, de cualquier semana, de cualquier mes del estado de alarma, siguen llegando clientes en coche, aunque ya no hay putas. 
Ya se sabe que el criminal siempre vuelve a la escena del crimen.

Fases y desfases


Diferentes maneras de llevar una mascarilla






Sin instrucciones de uso que poder leer al comprar una mascarilla en una farmacia o en un supermercado, existen infinidad de maneras de llevar una mascarilla.
Como llevarla protegiendo la boca y nariz o solo la boca, o solo la nariz, aunque esto último es más difícil. 
En la barbilla, sobre la frente por el sudor o colgando de la oreja. 
En la mano, en el brazo o en el codo.
En el cuello y en la nuca.
Arriba y abajo para fumar, beber, respirar o hablar o toser y estornudar. Aunque evitar el estornudo, y las gotas de conversación, sobre los demás es la razón de ponerse la mascarilla.
No llevarla o no ponérsela.
Y un montón de posibilidades más en el uso de una mascarilla.

Banderas



martes, 19 de mayo de 2020

Pasajeros en tránsito



Lugares de tránsito como los hoteles, apartamentos turísticos, recepciones, salas de espera en el dentista, estaciones de tren, andenes de metro, puertos y aeropuertos, colas en el supermercado, colas en la calle para acceder al supermercado, citas previas para el peluquero, consultas médicas anuladas o redirigidas hacia la atención telefónica. 

Un montón de situaciones que se pausan y se convierten en la pausa para cualquier cosa.

Las personas también se pausan, se convierten en los habitantes de las salas de espera, de un tiempo que ahora no tiene tanta prisa.

Ahora empieza a hacer calor y salgo animado a caminar intentando sudar todo mi encierro. Camino mirando los carteles de "Se Vende" y "Se Alquila", con la certeza de que tras el número no me aguarda hogar alguno, ni esperanza de porvenir.

Me imagino en otoño, donde lo que ahora es nuevo será normal.


sábado, 16 de mayo de 2020

Antes fumaba


Antes fumaba. Ahora solo bebo. El problema es que ahora bebo de la misma manera que antes solo fumaba. Es decir, todo el tiempo. Al menos no me drogo. Antes me drogaba y no lo hacía todo el tiempo porque no podía, por el dinero, pero si hubiese podido, lo hubiese hecho sin parar. Porque durante muchos años solo quería saltar al otro lado. 

Me salvé de milagro. 
En los primeros noventa.

Siempre he pensado que mi hijo me salvó. Cuando nació mi primer hijo lo dejé todo de golpe durante muchos años. Solo pensaba en él. Me convertí en el proveedor. Y olvidé todo lo que no tuviese que ver con el bienestar de una familia. Aunque esa familia duró bien poco.

Hay dos razones por las que alguien se convierte en un adicto.
La primera es la autocompasión.
La segunda es la insatisfacción.

Mi razón es la segunda.

Tengo una personalidad adictiva porque no soy capaz de estar bien en ningún sitio. Siempre tengo la sensación de que todo está por llegar, todo está empezando y todo pertenece al futuro.
Pero el tiempo pasa y no llega nada. Lo único que llega es el deterioro de tu cuerpo.
Siempre quieres más y nada es suficiente. Esa es la segunda definición del adicto. La primera es la de la víctima autocomplaciente.
El autocomplaciente es el yonqui. 
Los demás estamos esperando, mientras hacemos de yonquis.

Leo alguna biografía de artistas que llegando a cierta edad y reconocimiento profesional, se relajan, dejan de necesitar de las drogas en favor del aplauso continuo a su trabajo. Otros, a pesar del reconocimiento, no terminan de llegar a su propio fin y se consumen en sus adicciones.

Eso no me va a pasar a mí. He sido un artista vago y no tengo una mierda de obra.
Todo lo que soy y pienso se evapora sin dejar rastro. 
Nunca seré una voz, sino un rumor.

He esquivado toda la vida hacer lo que tenía que hacer.
Siempre estuve más preocupado de pagar las facturas que de hacer una carrera de artista.
He trabajado de todo, y los trabajos más estúpidos son los que más me han reconfortado.
Limpiaba cristales de colegios de monjas o limpiaba moquetas de oficinas de la Castellana y me reía todo el tiempo.
Dibujaba manga porno para videojuegos primitivos de los noventa y me reía todo el tiempo.
Me recorría España en coche, llevando detrás todo un equipo de rodaje, y me reía todo el tiempo.
Me inventaba empresas y me reunía con empresarios y me reía todo el tiempo.
Camarero, dependiente, conductor, comercial. Videoartista.
Productor, realizador, conseguidor, fotógrafo y redactor.
Muchos años con sueldos ínfimos que me pagaban al momento y que me gastaba en la misma noche.
Si me preguntaban que hacía o a qué me dedicaba, yo decía: La puta de todo.
Fui profesor de academia y dueño de un gimnasio, editor, webmaster y diseñador gráfico.
Ilustrador de libros de cocina, dibujante, retratista al óleo del Corte Inglés y de nuevo empresario.
Me monté un grupo de pintores comerciales y vendía por catálogo. Pintando rápido. El pintor más rápido de Madrid. Vendí muchos cuadros y luego más. 
Por entonces, compré una mesa de Ping Pong y abrí el estudio "The Pop Factory". Yo decía: Vamos a pintar, a beber cerveza, iremos en bermudas y vestiremos camisas hawaianas y siempre, en medio, jugaremos al Ping Pong. Saldremos a los bares y beberemos y discutiremos como verdaderos artistas. 
Muchas mujeres y muchas noches en blanco. Nunca nos llegamos a pelear con las manos. Todo fue bien, y luego, de repente,  no nos volvimos a ver, ni a hablar, ni a saber de nadie. De repente se acabó. Cada un por su lado.

Por entonces,
ya tengo dos hijos,
y la madre de mis hijos me quiere matar.
Salgo de una relación tóxica.
Me siento aliviado y me pierdo en la noche de Madrid.
Me confundo con la niebla.
Desaparezco.

Muchas noches blancas

Y luego, cuando creo que todo está perdido, conozco a Paola.
Amo a Paola, vivo con Paola, me caso con Paola.
Ahora.
Sigo con Paola.

Siempre pienso que el complicado soy yo.

Luego me reconvierto en artista serio y después en brocante y después en carpintero y en cerrajero y en decorador. Tengo una tienda en el rastro y pinto lo que quiero pintar, pero poco. Y en medio de todo esto, profesor en la universidad. En Publicidad, Periodismo, Comunicación, Bellas Artes, Diseño y  Moda. Y ahí estamos. Cierro el rastro y me lo monto en Malasaña. 

!0 años más y me hago mayor en medio de todo esto y sigo sin pintar. 
Todo el tiempo dibujando. Todo el tiempo perdiendo el tiempo. Todo el tiempo riéndome de  todo el tiempo.

Porque todo el tiempo...
Tenía que haber pintado y dibujaba.
Tenía que dibujar y me ponía a escribir.
Cuando tenía que escribir me ponía a hacer fotos.
Luego hacía canciones.
Después poemas.
Vídeos.
Nada.

Soy una perdida de tiempo.

Siempre ganando el dinero, pagando y respirando.

Durante mucho tiempo compensaba mi rutina con el refugio en cualquier actividad con la menor repercusión posible.
Intentaba hacer las cosas menos interesantes y solitarias del mundo.
Caminar es lo más parecido a una religión que he podido tener.
Caminar
El mejor refugio, que he encontrado en mi vida, ha sido caminar.
Caminar es la mejor manera de desaparecer del mundo durante 30 minutos o una hora o hora y media o durante una mañana o un día entero.
Caminar es la mejor versión de mí mismo.

Ahora mismo pienso que soy mejor caminando que haciendo cualquier otra cosa.




Tiempo de ocio


Ella dice: Yo los fines de semana me arreglo y bailo con mis amigos por zoom
El dice: Yo los fines de semana me meto las rayas en el baño de casa

Lo peor


Lo peor de vivir en Madrid, es entrar en pánico y no tener discotecas abiertas.


jueves, 14 de mayo de 2020

Sacan las banderas pero venden España



"En España lo mejor es el pueblo. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva"
Dijo Machado

Y es así
Es el pueblo el que rescata a toda esta gente que se ocupa de vendernos, una y otra vez. Esta gente que se despreocupa de todos menos de sí mismos y que abrazados a una bandera que no significa nada más que el puro egoísmo, convierte el sentimiento de ser o pertenecer a un sitio en un asco y una vergüenza.

Ser Español consiste en tener vergüenza ajena. España es el territorio sentimental de la ultraderecha. Es una pena, pero antes fue así y ahora la historia se empieza a repetir.  Tal vez por eso, yo siempre he preferido ser de Madrid y otros se sienten Catalanes y Vascos y Gallegos o Valencianos, Castellanos, Andaluces y un largo etcétera. Sálvese quien pueda. Lo que sea antes que sentirse identificado con el fascismo inculto y cutre de este país. Nos sorprende si vemos a un alemán presumiendo de matar judíos, pero estamos muy acostumbrados a ver gente que presume de lo bien que hizo franco matando rojos.

Yo, Madrileño por definición, ahora preferiría ser de un pueblo bien pequeño, viendo con quién tengo que compartir mi sentimiento hacia esta ciudad, donde la gentuza se hace presente en barrios como el de Salamanca. 

Con gente paseando por las calles con banderas españolas que insultan a la inteligencia y sobreponen su egoísmo al drama de sus propios vecinos, y de su propia ciudad. Muertos ajenos. Hospitales públicos saturados ajenos. Pobres que mueren ajenos. Gente que no tiene con qué comer, pero ajenos. Sanitarios contagiados y muertos, pero ajenos. Colas para el reparto de alimentos, ajenas. Alquileres que no se pueden pagar, pero ajenos. Un montón de circunstancias que no tienen que ver con vivir o morir en Madrid si eres del barrio de Salamanca.

Y después, opciones políticas como Vox que dan vergüenza ajena. 

Toda esta gente no sabe lo que me molestan a mí y al resto de Madrileños. 
A los Madrileños nos molestan todos estos Españoles que no son de Madrid.

El patriotismo es el último refugio de los canallas



"El patriotismo es el último refugio de los canallas"
Samuel Johnson

La gente del barrio de Salamanca no soporta más el confinamiento. Se ponen una capa de E.S.P.A.Ñ.A. que les arrope y les dé autoridad, porque ser E.S.P.A.Ñ.O.L. te da una autoridad y una sabiduría que no existe en ninguna otra parte del mundo. Y eso ya lo sabían Paquito, el Primo Miguelito y los abuelos de muchos de todos estos que ahora se apuntan a hacer oír su voz, por la D.E.M.O.C.R.A.C.I.A. 

Aunque si tu abuelo hubiese pensado en la democracia, ahora no tendrías el dinero que tienes.

Y salen a la calle a protestar contra los malos. En esta fantasía onanista de barrio bien, vamos a identificar los malos por los R.O.J.O.S. Un termino un poco dudoso eso de pensar que el PSOE son los rojos, pero bueno, es una fantasía pajillero-apocalíptica, así que vamos a dejar que se lo monten a su manera.  

Algunos le piden a la criada que les den una cacerola y una cuchara de metal porque esta noche van a hacer una "cacerolada" que está muy de moda en Nuñez de Balboa, con los amigos, después de las ocho. 

Cayetano y BorjaMari dicen que lo que mola es correr por la mañana y disfrazarse de SuperEspañol por la tarde. Se han comprado máscaras con los colores de la bandera o con los colores de la guardia civil y con la bandera y le han impreso unas cartulinas con la bandera a los viejos del tercero para que se la pongan cuando salgan a pasear. El tema es que todo sea muy español, y la bandera es lo mas español que hay. MelodijoVox.

Si no tienes una bandera en tu casa esperando estas cosas es que no eres E.S.P.A.Ñ.O.L.

Luego hay que salir a la calle y darle golpes al mobiliario urbano con un palo de golf, pedir canapés a Mallorca, pasear bolsas de marcas caras mientras gritas "Viva España" y expresar la rabia que supone sentirse sometido por un gobierno Bolivariano-Venezolano-Estalinista y feo. Todavía nadie ha descorchado champán, pero molaría para pasar mejor los canapés de Mallorca.

La policía les pide por favor que se comporten: Por favor... Por favor. Y de nuevo: Por favor.
La policía no puede hacer nada. Son los pijos. Son los dueños de España. Los que dirigen el país.
En su fantasía onanista, nosotros estamos para ellos. Si estamos y existimos, será para su servicio.

Ningún policía se atreve a tocar a un pijo. Porque cada uno de estos delincuentes tiene todo un equipo de abogados detrás que te puede joder para siempre.
El trabajo de los policías se convierte en acompañarles, en su Pijo-Protesta, para vigilar que no se hagan demasiado daño golpeando las cacerolas o golpeando las señales de tráfico.
Y después de un rato decir gracias cuando deciden volver a sus casas.


E.S.P.A.Ñ.A. es así.
Viva E.S.P.A.Ñ.A.



miércoles, 13 de mayo de 2020

No Respirar



En solo dos o tres meses, el virus ataca el 5% de la población.
Pocos, según la televisión, porque el 95% restante estamos esperando infectarnos.
Según esto, ahora mismo estoy en la sala de espera de un futuro contagio.
Según esto, estoy esperando ser contagiado, sin saber si voy a ser asintomático o a morir con los pulmones inflamados y duros como una roca.
Salgo de casa pensando si va a ser hoy y procuro no tocar nada, no estar cerca de nadie, no hablar con nadie. No llevo guantes porque es peor llevarlos que lavarte las manos. Y mucho mejor llevar un poco de alcohol en el bolsillo. Intento usar la mascarilla lo menos posible, pero la llevo en la chaqueta por si hace falta. 
Evito acercarme a nadie. Evito comprar. Evito respirar cuando me cruzo con alguien, y cuando alguien me adelanta corriendo, aguanto la respiración.
El tiempo pasará y el porcentaje cambiará.
Nadie sabe decir si este virus acabará con el 10% del 5% de la población o acabará con el 10% del 80% de la población. Nadie habla del 20% por ahora. La horquilla es muy amplia. 
Todos formamos parte de un experimento. Si no has muerto, puede ser que seas asintomático y no te enteres o que tengas un poco de sensación un par de días o que seas ingresado y te salves o que te mueras en la UCI. 
Nadie sabe como va a ser su contagio y nadie sabe como va a salir de su contagio.
En realidad , nadie sabe nada. 
Nadie cree en nada.
Por primera vez todos somos igual de ignorantes. 
El puto Trump es tan tonto como tú y yo.
Algunos científicos dicen que este es el primero de muchos ataques de microorganismos contra el ser humano.
Nos sentimos ajenos a este tipo de teorías. No queremos saber. Negamos el futuro.

Aunque sabemos que muchos tendrán que ir en algún momento a un hospital 
Y luego:

A. no volverá a casa
C. no volverá a casa
H. no volverá a casa
J. y L. no volverán a casa
N. no volverá a casa
Muchos otros no volverán a casa
Muchos de nosotros terminarán por 
No poder Respirar
y no volver a casa.


domingo, 10 de mayo de 2020

La nueva normalidad


En la nueva normalidad todos tendremos puesta una máscara y seremos distantes. 
Casi parecerá que hemos cambiado de nombre. 
En la nueva normalidad vamos a corregir nuestros hábitos sociales de forma que todo parezca un poco distante. Tendremos la conciencia dispuesta en las fronteras de nuestro cuerpo y en las distancias hacia todos los demás organismos semejantes. Todo ser humano ajeno será a la vez nuestro destino, nuestro deseo y nuestra culpa. 
Si antes no creías en las fronteras, ahora la frontera eres tú.
El semejante será nuestro complemento y nuestro enemigo.
Nuestra necesidad y la razón de nuestra crisis. A veces, el semejante será la razón de nuestra muerte.
En la nueva normalidad el mundo quiere distinguir a los humanos entre cercanos y lejanos y a veces necesarios y no necesarios. Todo el mundo será demasiado y todos nosotros seremos demasiados.
Somos demasiados y cada día podrá ser último día de cada uno de nosotros.
Ideas afines a la extinción.
En la nueva normalidad estamos intentando evitar quienes somos y de donde venimos. 
El humano se aísla evitando devorarse a sí mismo.
En la nueva normalidad el problema seremos nosotros.

Hoy es 10 de Mayo, cincuentayochoavo día de aislamiento obligatorio en Madrid.

viernes, 8 de mayo de 2020

Oye Nena, Yo soy un artista


Oye Nena, Yo soy un artista.

Siempre he hecho un poco lo que me ha dado la gana, y así he vivido: Haciendo lo que me ha dado la gana.

Oye Nena, Yo soy un artista.

Desde los veinte, he tenido la necesidad de ganar dinero y mantener una familia. Fui padre muy joven y se me afiló el hocico inmediatamente. Los lobos solo piensan en mantener a sus crías, y yo soy un Lobo. Siempre he vivido de mi trabajo y  siempre he inventado la forma de hacerlo. Siempre he sido el proveedor. A mis crías siempre les ha ido bien.
¿Cómo?
Como artista. Con mis manos. Con mi manera de hacer las cosas.

Oye Nena, Yo soy un artista.

He pintado y construido tantas cosas como el puto Picasso, solo que mis cosas no están en ningún museo ni galería. Mis cosas son mercado, sirven para alimentarme a mí y a los míos y no pretenden trascender, porque trascender no paga facturas. Ni a mí, ni a Picasso. Bueno, a Picasso sí, porque Picasso tenía un buen Marketing.

Oye Nena, Yo soy un artista.

Al contrario, me he encontrado cosas mías en wallapop. Que debería comprar, yo mismo,  solo por defender mi prestigio. Pero es que me da igual. Está bien, que la gente me nombre en Wallapop, eso es parte de lo que soy. Un artista que sobrevive. Un artista de barrio que se vende por wallapop.

Todo en el mundo del Arte es mentira. Me aburre toda la gente que dice que está interesada en el arte porque le gusta Banksi, cuando en realidad solo quieren comprar una camiseta. Me aburre toda esa mezcla de pasividad hacia la vida, convertida en "Arte". Los artistas de instagram son un puto coñazo, son más guapos que otra cosa y sus lienzos, dibujos y poemas son una puta mierda. Basura milenial, pose y postureo. Miles de razones para dejar de visitar un museo, avaladas por las pocas ganas que te quedan de saber nada de pintura que no esté realizada por gente guapa con likes. Que coñazo de gente empoderada de redes sociales y de estupidez autocomplaciente.

Oye Nena, Yo soy un artista.

Leyendo lo que dicen estos nuevos mesías del arte, a veces pienso que la gente del futuro tendrá que volver a aprender a leer. Cada día las cosas son más estúpidas. El mundo del arte se hace ñoño y tan positivo como para dejar de existir. La forma de pensar se simplifica. La crítica es ridícula. 

Yo, por mi parte, me hago mayor y cada vez estoy mas enfadado con todo.

Muchas veces pienso que a las nuevas generaciones se las pasa por las escuelas y universidades para aturdirlas y que terminen pensando que no tienen nada que decir. Yo intento hacer lo contrario, en mis momentos de profesor de arte en Madrid.

Intento decirles que reaccionen.

Pero es verdad que las caras de mis alumnos suelen ser de sorpresa, cuando les planteo situaciones al margen de lo políticamente correcto. No entienden del todo que les proponga ser libres o imaginar un mundo no dirigido. 

Tampoco soy demasiado intenso. Lo que para mí siempre ha sido lo normal, aprendo que no es tan fácil de comunicar. 

Oye Nena, Yo soy un artista.

Me gustaría decirle a mis alumnos:
El mundo está esperando que lo muerdas tan fuerte que no pueda volver a respirar sin tu latido.



miércoles, 6 de mayo de 2020

Tus manos siempre brillarán




Respiro hondo 
y me imagino parpadeando 
como la luz del sol cayendo 
a través de las hojas. 

Parece un truco,
y es un truco.
Un truco de luz posible,
porque parece posible.

De pronto es primavera.
Y luego es verano.
No recuerdo el otoño,
ni recuerdo el invierno.

Es posible que esté aquí 
para decirte que es posible. 
Para convertirte 
en una brizna de hierba.

Y dejar que el viento
sople a través de ella, 
con el suelo húmedo 
y la risa y la eternidad

Amores jóvenes


Sobre las drogas en los primeros años noventa:
Con veinte años, que tu novia te diga: "Recuerda que trabajo en una farmacia" era toda una declaración de amor. 

La basura del virus



La basura del virus son mascarillas y guantes tirados en las calles desplazándose entre las aceras y las zonas ajardinadas. Toallas desechables que atascan los desagües. Plásticos de todo tipo que ahora más que nunca son de un solo uso. La compra de productos frescos desaparece y todo lo que entra en las casas está empaquetado. Restos de botellón en todas las esquinas cuando sales a caminar. Las bolsas de basura que saca la gente y que se quedan en la acera por no levantar la tapa del contenedor.  Gente que sale a la calle y camina lento con una lata de cerveza de medio litro en la mano y que se desplaza de un chino a otro en el tiempo justo que dura la consumición.
En Madrid, durante el estado de alarma, se han exportado residuos biosanitarios a otros países.
El virus se propaga a través de nosotros porque nosotros no estamos dispuestos a pensar en los demás, ni en donde vivimos, y a veces parece que ni en nosotros mismos. 
Tan absurdo es esto como no pensar que para los demás el demás eres tú. 
Igual deberías pensar que el virus que ahora tiene nombre, lleva muchos años mutando en múltiples formas de aniquilación y fantasías de autodestrucción hiperconsumista, que se resumen en el egoísmo, la estupidez y las ganas de devorar todo lo que nos rodea.

domingo, 3 de mayo de 2020

La nueva realidad



En la nueva realidad comencé el día mirando un grano que se había formado recientemente en la punta de mi nariz. Con mi rostro cerca del espejo, trato de recordar cómo me veía sin él y no puedo recordarlo. Es como si el tiempo se parase ahora. Mi cuerpo cada día pesa más y se siente desanimado.
No esperaba ser yo durante toda una vida.
Pero si esperaba estar vivo, y volver a ver la montañas y el agua correr y los sonidos del bosque y el calor del sol. Entrar al mar hasta que tengas que flotar. Respirar y no pensar en nada más. Sentir la propia presencia. Sentir el peso del cuerpo.
Memorizo los movimientos del amor.
Porque sigo creyendo en el amor.
Pienso en la sensación de caminar por los valles y los desiertos y el esfuerzo de mi cuerpo caliente al subir hacia la cima.
Yo no esperaba ser Yo durante toda una vida, tampoco esperaba ser Yo durante toda una vida.
Yo no pensaba escuchar mi voz durante toda una vida, tampoco esperaba estar en silencio toda una vida
Ahora prefiero ser lo que sucede a través de la montaña y del agua que corre y del sonido del bosque y del mar que te abraza.
Lo que hecho de menos no son las ideas sino las sensaciones. Todo se simplifica.

La nueva realidad no consiste en ser sino en estar.

¿Quién sabe que día es hoy?



No sé en qué día de la semana vivo, y no sé cuántos días de confinamiento llevamos, y a veces tampoco sé ni qué hora es. La nueva rutina del confinamiento hace que pierda la noción del tiempo. A veces solo quiero que pase el día, sin más, y confundo un día con otro. En mi memoria, al no encontrar diferencias de ningún tipo, todo me parece un mismo momento pausado. Todos los planes que me propuse al inicio del confinamiento, cuando pensé que era el momento de aprovechar el tiempo, han fracasado, porque al poco me dí cuenta que no tengo nada que hacer fuera del mundo anterior, y que todas esas cosas que estaba aplazando para cuando tuviese tiempo, en realidad no eran reales. No tengo tanto mundo interior. Es la rutina lo que me sostiene.

Durante 50 días hemos estado en casa y no ha pasado nada real. La realidad se ha convertido en una pantalla de televisión donde nos han domesticado en beneficio de nuestra supervivencia. Finalmente, la falta de estímulos externos y estar siempre en el mismo entorno hacen que perdamos la noción del tiempo. Al no salir a la calle no nos relacionamos con otras personas ni ocurren cosas a nuestro alrededor que nos ayuden a marcar la temporalidad, vivimos en una especie de burbuja.

“En los procesos de encierro prolongados, ya sea por una situación de confinamiento como esta, por un secuestro o por una decisión voluntaria, lo primero que se anula son las dimensiones espacio-tiempo, que nos marcan quiénes somos y dónde estamos”, aclara el psicólogo José Ramón Ubieto, 

Pasa incluso en vacaciones, cuando perdemos los horarios que marcan el día a día, y también en ingresos hospitalarios prolongados. “Por eso, lo primero que se hace cuando se atiende a una víctima de un accidente es preguntarle quién es y dónde está para restablecer esas coordenadas”

Nuestro reloj interno está confundido. No tenemos referencias, la gente no tiene calendario en casa, todo está en el móvil. Hemos perdido Marzo, Abril y Mayo y todas las emociones y momentos sociales que se derivan de ésto, de la primavera y de tener más horas de sol y de florecer. El hecho de que las noticias de los medios de comunicación sean siempre iguales tampoco ayuda. Sólo sabes que es fin de semana porque cambia el presentador. El resto de televisión se convierte en un maratón eterno de series, sin fecha, y durante horas el tiempo se congela y en nuestra nueva realidad no hay que esperar para ver el siguiente capítulo. El mundo de la televisión estaba preparado para el tiempo estanco y estaba esperando a que todos estuviésemos en casa.

Para la gente mayor, salir a las ocho al balcón para aplaudir se a convertido en el contacto con la realidad. Es totalmente necesario, y entienden dejar de salir como un abandono hacia la muerte.
Si no ves a nadie, uno se refugia en si mismo, sobre todo si estás pasando el confinamiento en soledad, lo que produce una especie de bloqueo en el tiempo, ya que se pierden las prisas y esperas propias de las relaciones sociales que marcan nuestra día a día.

Estar siempre en el mismo entorno supone otro problema. “La temporalidad se activa cuando salimos a la calle y recibimos estímulos externos. Ahí tomamos conciencia del día que es”, explica Ortega. De alguna manera se rompe con esa rutina que se nos ha impuesto por estar encerrados en casa. El teletrabajo nos ha obligado a no salir, los estudiantes no tienen que ir a clase y cada vez hay más casos de gente que pierde el empleo. Así, un lunes es igual a un sábado. Y un domingo a un miércoles. El famoso Día de la Marmota se ha convertido en la rutina. Y la rutina es la verdad.

Ed Ruscha dice:


sábado, 2 de mayo de 2020

Un lugar donde poder fumar


El casero me dice TURURÚ. El banco no me coje el teléfono. Las ayudas no llegan. Todo el mundo aplaude. En las noticias hablan de muertos, pero nadie los ve. Nadie sale de casa y si lo haces es para comprar. La única posibilidad de ser humano en el exterior es ser un consumidor. Yo solo busco un lugar donde poder fumar y estar solo conmigo mismo.


Los que sufren son los ricos


Los que sufren son los ricos, porque los pobres simplemente viven o dejan de vivir, y no hay un relato del sufrimiento. 

En muchos países solo sufren los ricos porque los pobres no forman parte de la realidad. Ahora, con el virus, hasta para morir hace falta dinero para demostrar con un test la razón de tu muerte. La gente siempre ha muerto en la pobreza sin importarle a nadie la razón. Ahora es lo mismo, la gente muere en la pobreza sin importarle a nadie si fue el virus. Las estadísticas contemplan los datos de la gente que socialmente importa, y según el país importan o no los viejos, importan o no los pobres, importan o no los inmigrantes, importan o no la gente de las periferias o los marginales. Si estás leyendo esto tranquilamente en tu casa, posiblemente importes.

Ningún país dice del todo la verdad, algunos porque no la saben y otros porque mienten intencionadamente. La mayoría porque atiende a la regla de contar como muertos los que se encuentran en el segmento de población visible.

La historia no la escriben los ganadores sino los que importan y los pobres siempre pierden las guerras.



El fotógrafo Nick Hedges dijo:
"Lo que pasa con las personas que viven en barrios marginales es que no hay drama ... se trata del desgaste absoluto de la moral de las personas de una manera tranquila y poco demostrativa". 

Hoy es Sábado, 2 de Mayo de 2020, cincuentavo día de aislamiento obligatorio en España.

viernes, 1 de mayo de 2020

Los días que pasan

La diferencia entre antes y ahora es que antes pasaban los días y nada más.

Ahora pasan los días y todos los días son el mismo día. Se paró el tiempo. Los meses desparecen y las estaciones se intuyen tras la ventana.
Parece que nunca ha llovido tanto como estos dos meses pasados.
Aunque solo lo hemos visto, no nos hemos mojado.

En el mejor de los casos. el mundo está en pausa.

En otras situaciones, la tragedia te deja sin tu marido o sin tus padres o sin tu amigo. La gente espera morir. En estos casos, no sabes bien cuando empieza un día o empieza otro.
No sabes

Otras veces, la tragedia se acomoda en tus espaldas, de tal manera, que no sabes cuando termina un
día y empieza otro.
Son días oscuros, de muerte, de luto, de adicción y de depresión.
Son los malos días.
El tiempo es así: Uno siempre espera que suceda algo. Pero luego, cuando sucede, piensas que era
mejor cuando no pasaba nada, y solo pasaban los días.

La Naturaleza es la vacuna


La Naturaleza es la Vacuna

"La mejor protección es la naturaleza. Es la mejor vacuna, y nos la hemos cargado. No me cansaré de repetirlo: la naturaleza hace una protección integrada. Igual no es perfecta, pero su protección es de amplio espectro, no te cuesta dinero, es sostenida y cumple muchas otras funciones. La naturaleza está de guardia las 24 horas del día. Los servicios que está haciendo para mantener las condiciones físicas, químicas y biológicas que reducen la carga vírica, para que los riesgos de la zoonosis tengan unas dimensiones pequeñas, son impagables. Vamos rescatando de la biobliografía y el conocimiento científico piezas que nos permitan saber con precisión cómo funciona esta protección, pero ya sabemos que es real."

Fernando Valladares

En esta entrevista todo es importante.Y sirve para entender donde estamos y hacia donde vamos



"No podemos decir que esto nos haya cogido por sorpresa. Todo lo que nos está ocurriendo se deriva del cambio climático, del que han venido advirtiendo los investigadores y yo mismo desde hace tiempo. Hemos tenido otras pandemias en los últimos años y se han lanzado advertencias de que algo muy grave podría ocurrir. La actividad humana ha generado estas pandemias porque hemos alterado el ciclo del agua y el ecosistema que mantiene el equilibrio en el planeta. Los desastres naturales –pandemias, incendios, huracanes, inundaciones…– van a continuar porque la temperatura en la Tierra sigue subiendo y porque hemos arruinado el suelo. Hay dos factores que no podemos dejar de considerar: el cambio climático provoca movimientos de población humana y de otras especies; el segundo es que la vida animal y la humana se acercan cada día más como consecuencia de la emergencia climática y, por ello, sus virus viajan juntos."

Jeremy Rifkin