sábado, 28 de febrero de 2015

30 cosas que aprendí el año que cumplí 22 años, hace 22 años


30 cosas que aprendí el año que cumplí 22 años, hace 22 años

1. Ten siempre una botella de agua en el coche.
2. Limpia tu casa y haz la cama. Siempre.
3. Siempre que puedas, come algo diferente.
4. Haz un presupuesto para ti mismo.
5. Deja propina. Siempre.
6. Muchas veces es mejor eliminar un mensaje de texto que enviarlo.
7. Sal hasta tarde, pero levántate temprano. No te pierdas un solo día.
8. No te olvides de sonreír, y si puedes de reír.
9. Cuando hables con alguien, no le interrumpas. Espera un poco.
10. Intenta escuchar toda la música, ir a los conciertos, emborracharte y bailar. 
12. Cambia de zapatos cada día.
13. Lleva siempre 20 € olvidados en el bolsillo.
14. Está bien eso de estar triste, pero trata de no olvidarte de lo que te hace feliz.
15. El sexo es siempre bueno.
16. Di "Te quiero"
17. Bebe mucha agua. Siempre.
18. Da el primer paso. Esperar no sirve de nada.
19. Toma un montón de fotos.
20. Da las gracias.
21. El objetivo es ser Feliz. Intenta estar a gusto.
22. Crea una galería de imágenes que recordar.
23. Cree en la historia. Tu eres parte de la historia.
24. El arte hace visible la realidad.
25. Algunos días son mejores que otros.
26. Cuida de tu familia.
27. No te olvides de mirarte al espejo cada día.
28. Siente la emoción. Si no lo haces, estás muerto.
29. Cambia de idea.Siempre.
30. Busca otras 30 cosas que aprender antes de 22 años.


King George


Es lo mismo andar que permanecer quieto. Sentarse, parar a encender un cigarro, o no sentarse, no fumar. Es lo mismo pensar o no pensar, respirar o dejar de respirar. Todo es lo mismo. Son una y la misma cosa. Comer o permanecer en ayunas mientras esperas o dejas pasar el metro que te lleva o no te llevará a tu destino. Y si no llegas, no habrá un destino en el que bajarte de un vagón de metro. Si caes muerto, el hombre que anda tras de ti pasará por encima de tu cadáver. Entra y sal, sube y baja tambaleándote. Come de pie, con ranuras, palancas, monedas grasientas, eructa, límpiate los dientes, colócate bien la camisa dentro del cinturón, anda vacilante, resbala, silba. Mires donde mires ves un montón de gente que podría dejar de hacer lo que hace, porque todo sería igual y todo es la misma cosa. Levántate la tapa de los sesos. Si sales a la calle y disparas tu revolver, otro hombre te disparará a ti.

Todo sigue su curso en la ceguera de media tarde en la M30. Todo conforme a unas normas. Ahora el tráfico va de este a oeste; dentro de un minuto irá de norte a sur. El sol interrumpe la vista del espejo retrovisor cuando los conductores salen del túnel al atardecer, pero nadie va a ninguna parte, nadie llega a ningún sitio. Todos los lugares son la misma cosa.

Ahora estoy silbando una melodía alegre: "King George"
Me recuerda a Jorge, mi hijo.
Después
Entro en casa y digo: Hola Paola ¿Cómo estás?

viernes, 27 de febrero de 2015

Si te pones una falda bastante corta, la fiesta vendrá a tí


Quiero escribir una novela sobre el silencio. Con las cosas que la gente no dice. Este es mi proyecto para el año que empieza. El título provisional es "Una novela de metro". También se ha llamado "Viva la Rockandroll" y "Superfácil". Todavía no se de que trata.

Ahora estoy a 3.832 pasos de mi cama, rodeado de extraños y deseando ser uno de esos seres con superpoderes que desafían la ley de la gravedad cuando vuelven a casa con el pijama ya puesto. Todavía estoy viajando y no encuentro el camino de vuelta. Todavía estoy solo. Esta noche estoy en Madrid, ​​en medio de la nada, en casa de MIAMIGO, con unas amigas y unos amigos de MIAMIGO, haciéndonos amigos.

¿Las amigas? Ah, Francesca. Ella no es muy alta, pero es curvilínea y es italiana. Y su mejor amiga Pauline, que es francesa y ve la poesía en todo. Me gustan las chicas a las que les encanta leer. También hay una irlandesa que no habla: Molly. 

¿Los amigos de mi amigo? Los dos rusos. Siempre se me olvidan sus nombres. Yo solo la veo a ella, a Francesca.

Esta noche Francesca está enseñándonos a beber absenta. Como los artistas de las vanguardias. Quiere vernos ciegos y totalmente borrachos. Ah, Francesca! Si te pones la falda bastante corta, la fiesta vendrá a tí.

- "¿Qué quieres decir con que no bebes absenta?"- Le preguntó a Pauline, su amiga francesa. 
- "¡Bebe uno conmigo! Podrás leer la mente después de unos pocos de estos." Insistió Francesca y sirvió la absenta en todos los vasos que estaban a su alcance. Contándolos, tocamos a dos vasos para cada uno de nosotros. 

Era el cumpleaños de Francesca. La verdad era que Pauline envidiaba a Francesca porque las tetas de Francesca eran falsas, pero grandes y bonitas. Las tetas de Pauline eran de verdad, pero eran pequeñas y feas. Era por esta razón que Francesca siempre acaparaba toda la atención.

Francesca nos hizo beber el primer vaso de absenta como si fuera un disparo. El segundo  vaso nos dejó pegados al sofá. Yo no me moví de su lado. 

"Sabes", dijo mientras nos acomodamos en una profunda conversación, "hay una diferencia entre un cuarteto y una orgía ..." Oh, bien, una de esas conversaciones en las que terminaremos follando y donde no tendré nada significativo que aportar. "Una orgía es fácil, pero un cuarteto ... tienes que ser un director. Tienes que tener la batuta para tomar el control de la situación. No es sólo una negociación de partes corporales a colocar sino un juego psicológico profundo. Le pregunté a Francesca si recordaba haber visto la película "Una proposición indecente", sin quitarle la mirada del escote. No recuerdo lo que me contestó. Para entonces, ya la estaba besando.

Eso fue la otra noche. Ahora estamos enviando textos, tarde en la noche, diciendo todas las cosas que no podía decir cuando estábamos en casa de MIAMIGO. Nos enviamos guarradas y algunas fotos de nuestros coños y pollas. Pienso que Francesca es un ser divino, mientras miro su coño en la pantalla de mi teléfono, y que mi vida se llena de poesía en este momento, mientras paso mi lengua por la pantalla.

Oh Francesca!! Si te pones una falda bastante corta, la fiesta vendrá a tí

jueves, 26 de febrero de 2015

Un cigarrillo quema a 400ºC


En los días buenos, no me importa si me despierto en el lado equivocado de la cama. No hablo con mi zumo de naranja con Vodka, ni vacío el Bailey's en mi café cuando veo que no hay leche en la nevera.

En los días buenos, escribo poemas en tiempo pasado porque no tengo resaca y lo recuerdo todo. De hecho, puedo recordar lo que sucedió la noche anterior o cuantas veces besé a la chica con un ojo negro y otro verde. 

En los días buenos, mi sombra puede caminar detrás de mí sin tropezar o balancearse de lado a lado. Cada línea en mis poemas tiene sentido y no es un balbuceo de borracho que intenta recitar el alfabeto desde atrás sin tropezar.

En los días malos, me despierto en el suelo o sobre la taza del inodoro con dolor de cabeza. Mis poemas no pueden parar de vomitar sin sentido y cada botella rota en el suelo me atraganta. En los días malos, si no estuviera demasiado borracho para escribir, me gustaría decir algo inteligente sobre como la vida para muchos consiste en andar de puntillas y para mi la vida no es otra cosa que el alcohol quemando mis palabras.

En los días malos, pretendo que sea mi cumpleaños y bautizo al vino con mi nombre. Escucho a todos los parroquianos del bar como a un coro alabando alguna versión lejana del CIELO. 

En los días malos, sabes que un cigarrillo quema a 400ºC y no te importa.

domingo, 22 de febrero de 2015

Buenas noches


Ya es de noche. Esto no es un sueño porque no estoy dormido. Pero estoy aturdido, estoy flotando. Escribo en mi cabeza este texto sin ningún sentido. 

Bajo las sábanas,  el mundo gira alrededor del hombro desnudo que asoma de una camiseta sin mangas. Un mechón de pelo que me hace cosquillas en la nariz. El calor de un cuerpo de mujer a mi lado en una cama estrecha. 

La mentí. Puse azúcar en el salero y durante semanas tuvimos huevos y filetes dulces. Le decía que todo le sabía dulce porque era feliz. El sabor de la felicidad. Ella pensó que había perdido la razón, o que le pasaba algo en el paladar. Antes de que pidiese cita en el médico volví a cocinar con sal y entonces pensó que yo tenía razón y que durante unos días había sido tan feliz que hasta lo había podido saborear en cada comida. 

Intento dormir. Recuerdo cuando de pequeño rezaba en la cama juntando las manos, y en seguida me dormía profundo. Luego dejé de hacerlo. Ahora junto las manos y experimento algo parecido a la calma, pero ya no rezo. 

La semana pasada me bajé dos estaciones de metro antes de llegar a casa. Estuve andando intentando escuchar el sonido de mis pies y el roce de mi chaqueta. Caminando es cuando  me ocurren las cosas mas importantes. Caminando no pienso en nada. Siento el hueco que hay dentro de mi. Pienso que mi cuerpo se mueve para mantener las cosas en su propio espacio. En este lugar por donde paso, soy la ausencia de lugar. Siempre es lo mismo, dondequiera que estoy, soy lo que falta. Cuando camino, me separo del aire y después el aire vuelve a ocupar el espacio que desocupo. Una y otra vez el aire llena lo que antes fue mi cuerpo. Todos tenemos razones para movernos. Yo me bajé dos estaciones antes para colaborar con el espacio y mantener las cosas en su lugar.

Estoy aturdido, estoy flotando. Estoy prácticamente dormido cuando dejo de escribir. Me doy las buenas noches.

domingo, 15 de febrero de 2015

Habitaciones por abrir


Mi madre decía que hay habitaciones cerradas dentro de todas las mujeres, la cocina del amor, el dormitorio de la pasión, el cuarto de baño de la pena y la apatía. Algunas veces, los hombres vienen con llaves, y otras veces, los hombres vienen con martillos.

Warsan Shire

jueves, 12 de febrero de 2015

Váyase usted a la mierda versión facebook


RESPUESTA A UN COMENTARIO RACISTA EN FACEBOOK

En primer lugar: Yo estoy casado con una inmigrante. Se llama Paola.
En segundo lugar: Tengo un hermano, al que quiero muchísimo y por el que haría cualquier cosa, con el que no puedo tener una relación normal por culpa de su mujer.
Su mujer es la auto
ra de varios de los comentarios que figuran aquí encima.
Según ella, mi mujer es de segunda porque debería tener derechos de segunda, porque a pesar de trabajar, no se le deberían reconocer derechos de ningún tipo antes que a alguien nacido en España. y da igual que su supuesto sobrino: Nicolás, que ahora tiene 16 años. (Y que evidentemente nunca será su sobrino, porque esta individua no se merece tener a Nicolás como sobrino). Como digo, según ella, Nicolás, que es hijo de una inmigrante, cuando trabaje también será de segundas, porque sus abuelos no han cotizado, por generaciones y generaciones. Ah! se me olvidaba, su abuela también ha cotizado, pero no deja de ser una inmigrante. Y como dice: Primero los de aquí.
Bueno. A todo esto, yo pregunto. Y esta tía de donde ha salido. Porque estoy un poco hasta las narices de toda la basura que mueve alrededor. Y yo no sé como se atreve a sentarse a la mesa conmigo y con mi mujer.
La eliminé de mi Facebook hace dos años por un comentario racista que hizo. Y yo dije que no quería ver nada más. Así que la borré. Ahora me encuentro con esto. Que asco.
Estoy muy enfadado con mi hermano por haber traído a mi casa y sentado a mi mesa a este personaje, al que llevó perdonando durante años mentiras, cotilleos baratos y toda la basura que va dejando por donde pasa.
Es una pena. Que tenga que dejar a mi hermano y es una pena que mis sobrinos crezcan pensando que ser de fuera es ser peor persona.
Por último decir que esto que digo no es racismo. No, Es un lástima.
Lo siento por mi hermano.
No hace falta que conteste, mejor evita cruzarte conmigo, no quiero vomitar.

viernes, 6 de febrero de 2015

Muerto


Otra noche donde podría haber muerto y después la oscuridad, por lo menos 24 horas. Todo el tiempo mirando el techo del salón. Nadie sabe de mi, a nadie le importa. Un día completo inmóvil. Si luego digo que estoy muerto, que lo estuve, que lo retuve durante un día entero. Nadie lo va a negar.

Estar muerto es lo mismo que estar muy quieto y no pensar en nada. Dejar que todo deje de importar y dejar de importar a los demás. Todos se olvidan de ti. Todos se vuelven hacia otro asunto.

Silencio.

Frío.

Vacío.

Intento concentrar mi atención en el pulso que bombea mi cerebro. Cuento las pulsaciones y se que no estoy muerto del todo, pero lo parezco.

Duermo.

Abandono.

Sueño.

Absolutamente Nada



La primera vez que escribí un poema fue en el colegio de curas donde hice el bachillerato. Lo escribí en una hoja amarillenta con líneas azules para señalar los renglones y no torcerse al escribir. Mi poema hablaba de las Matemáticas y lo titulé "Chuleta de Matemáticas". Mi poema me daba las soluciones a los problemas del examen de ese trimestre y no tenía rima, pero era un poema que decía la verdad. Acertaba un 100% de las cuestiones importantes que se le podían plantear. Siempre he pensado que es mas importante decir la verdad que hacer que mis poemas rimen. Por eso mis poemas nunca han intentado rimar. Ni siquiera una primera vez, como ya he dicho, en mi "Chuleta de Matemáticas", mi primer poema.

El maestro me felicitó y a final del trimestre me dieron una estrella de oro. Mi madre la colgó en la puerta de la cocina y leyó la felicitación a mis tías por teléfono. Ellas sonrieron pensando en mi y en lo listo que era. Ese año el Padre Clemente nos llevó al Zoo y nos dejó cantar en el autocar. Yo sonreía pensando que mi poesía solo traía cosas buenas a todo el mundo.

En Febrero del año siguiente, la chica del bloque de la esquina me dió una tarjeta de San Valentín con un montón de X. Le pregunté a mi amigo lo que significaba y recuerdo sonreír de felicidad mientras me lo explicaba. Después escribí un poema. 

La segunda vez que escribí un poema fue la tarde de San Valentín. lo escribí en una hoja blanca con lineas rojas que arranqué del cuaderno de Francés. Lo titulé "14 de Febrero" porque era la fecha de ese día y eso es lo que era: 14 de Febrero. Luego se lo enseñé al maestro y me dio un UNO en Lengua. Me pidió que escribiera algo mas "legible" y que rimara, porque si no rimaba no parecía un poema. Mi madre no lo colgó en la puerta de la cocina porque el papel era de otro color y no pegaba. Intenté besar a la chica del bloque de la esquina y salió corriendo. Ese año, el padre Clemente me tiró de las orejas cuando me pilló fumando en los baños del patio. Yo estaba muy enfadado con todo el mundo pensando que mi poesía había fracasado.

Me sentí desanimado.

De todas formas, los años siguientes,  escribí otros poemas. Mi madre nunca los colgó de la puerta de la cocina porque nunca se los enseñé. Mi amigo se mudó. Nunca besé a la chica del bloque de la esquina porque enseguida se buscó un novio. El padre Clemente al final murió. 

En una bolsa de papel escribo un poema que llamo "Absolutamente nada", porque eso es lo que es y es la verdad. Lo escribo y lo cuelgo en la puerta de mi cocina.