miércoles, 11 de diciembre de 2013

La balada de la masturbadora solitaria



Al final del asunto siempre es la muerte.
Ella es mi taller. Ojo resbaladizo,
fuera de la tribu de mí misma mi aliento
te echa en falta. Espanto
a los que están presentes. Estoy saciada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Dedo a dedo, ahora es mía.
No está tan lejos. Es mi encuentro.
La taño como a una campana. Me detengo
en la glorieta donde solías montarla.
Me hiciste tuya sobre el edredón floreado.
De noche, sola, me caso con la cama.
Toma, por ejemplo, esta noche, amor mío,
en la que cada pareja mezcla
con un revolcón conjunto, debajo, arriba,
el abundante par en espuma y pluma,
hincándose y empujando, cabeza contra cabeza.
De noche, sola, me caso con la cama.
De esta forma escapo de mi cuerpo,
un milagro molesto, ¿Podría poner
en exhibición el mercado de los sueños?
Me despliego. Crucifico.
Mi pequeña ciruela, la llamabas.
De noche, sola, me caso con la cama.
Entonces llegó mi rival de ojos oscuros.
La dama acuática, irguiéndose en la playa,
un piano en la yema de los dedos, vergüenza
en los labios y una voz de flauta.
Entretanto, yo pasé a ser la escoba usada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Ella te agarró como una mujer agarra
un vestido de saldo de un estante
y yo me rompí como se rompen una piedra.
Te devuelvo tus libros y tu caña de pescar.
El periódico de hoy dice que se han casado.
De noche, sola, me caso con la cama.
Muchachos y muchachas son uno esta noche.
Se desabotonan blusas. Se bajan cremalleras.
Se quitan zapatos. Apagan la luz.
Las brillantes criaturas están llenas de mentiras.
Se comen mutuamente. Están más que saciadas.
De noche, sola, me caso con la cama.
...
Anne Sexton

¿Y qué pasa si la realidad no es nada más que una enfermedad?


¿Y qué pasa si la realidad no es nada más que una enfermedad?

miércoles, 13 de noviembre de 2013

MOSH


Desde que empecé a escribir hasta hoy:
Todos somos mas pobres.
Mas indefensos.
Mas tristes.
Mas Españoles.

Mi nombre es Bruto
 y soy un Pintor Español a punto de desaparecer en el concepto E.S.P.A.Ñ.A.
No me importa demasiado. Escribo, dibujo, construyo, leo, conduzco. Voy de un lado a otro por Madrid.
Hecho gasolina, como lo que pillo y voy con prisa a ninguna parte.
En Madrid todo es un experimento.
Atravieso una ciudad invadida por la basura. La representación del Apocalipsis versión Ana Botella.
Otra gran artista ella:
C.O.N.C.E.P.T.U.A.L.
El paisaje del fin de los días.
La desesperanza:
MADRID

Yo tenía 20 años y estaba pleno de fuerzas, grandes ideas y un plan mayor:
EL ARTE.

La próxima generación de artistas europeos saldrá de la clase trabajadora y será figurativa.
COMO YO.
Un buen grupo de chavales llenos de mala ostia, ganas de follar y de partirse la cara. 
Sin futuro aparente:
ARTISTAS

Desde que empecé a escribir hasta hoy:
Mi nombre es Bruto




ENCUESTA TELEFÓNICA


¿Cuál es, para usted,
el acontecimiento universal 
más importante de toda la historia? 
-La muerte de mi padre -
respondí.

...
NeoRRabioso

La suerte


Él venía de una semana de trabajo en el campo 
en casa de un hijo de puta y era diciembre o enero, 
no lo recuerdo, pero hacía frío y al llegar a Barcelona la nieve 
comenzó a caer y él tomó el metro y llegó hasta la esquina 
de la casa de su amiga y la llamó por teléfono para que 
bajara y viera la nieve. Una noche hermosa, sin duda, 
y su amiga lo invitó a tomar café y luego hicieron el amor 
y conversaron y mucho después él se quedó dormido y soñó 
que llegaba a una casa en el campo y caía la nieve 
detrás de la casa, detrás de las montañas, caía la nieve 
y él se encontraba atrapado en el valle y llamaba por teléfono 
a su amiga y la voz fría (¡fría pero amable!) le decía 
que de ese hoyo inmaculado no salía ni el más valiente 
a menos que tuviera mucha suerte.
...
Roberto Bolaño

sábado, 2 de noviembre de 2013

Hogar, dulce hogar


el cáncer
la muerte no sería tan mala
si se pudiera traer a casa
si no hubiera que levantarse
si no hubiera que salir de la cama
si no hubiera que subirse a una ambulancia
si no hubiera que vivir en un hospital
si no hubiera que vivir entre desconocidos
si no hubiera que prescindir de las frazadas
del color de las frazadas de la casa
de la temperatura del color de las frazadas de la casa.
morir no sería tan malo si todo pasara en la casa
y con los de la casa
si uno tuviera la suerte de tener una casa
lo peor del cáncer y de la muerte son la burocracia y el ajetreo
de los cambios de ropa y el frío de los pasillos y el frío de
las miradas de los extraños (de los que no sufren porque tú sufres
de los que no sufren porque tú vas a morir)
y la indiferencia de las calles y de los muros de las calles
y la indiferencia mortal del hospital y de todo lo que lame
y cubre por dentro a un hospital.
morir no sería tan malo
sufrir no sería tan malo
si se sufriera en la casa
si se supiera que nada ni nadie nos sacará
-en caso de morir o sufrir-
...........................................de la casa



Poema inédito de Claudio Bertoni

miércoles, 23 de octubre de 2013

Buena Suerte



Tengo suerte de tener los cinco dedos en la mano derecha
Suerte de hacer pipí sin que me duela mucho
Suerte que los intestinos se muevan.
Suerte, duermo de noche en una cama de capitán, siesta a media tarde
Suerte de pasear por First Avenue
Suerte de ganar un par de cien mil al año
cantando Eli Eli, escribiendo lo que se me pasa por la cabeza, grabando ga;abatos primordiales,  enseñando en un colegio budista, sacándole fotos con la Leica a la parada del bus por la ventana de mis ojos.
Oigo sirenas de ambulancias, huelo ajo y orín, pruebo nísperos y lenguado,
camino descalzo por el piso del loft, algo insensibilizadas las plantas de los pies
Suerte que puedo pensar y que el cielo puede nevar

                                                                                                                               8 de enero, 1997
Versión de Ana Becciu
De "Muerte y fama" Editorial Lumen, S.A. 2000

Carta al Señor Legislador de la Ley sobre Estupefacientes





Antonin Artaud

Señor legislador de la ley 1916 aprobada por el decreto de Julio de 1917 sobre estupefacientes, eres un castrado.
Tu ley no sirve más que para fastidiar la farmacia mundial sin provecho alguno para el nivel toxicómano de la nación porque:
1º El número de los toxicómanos que se aprovisionan en las farmacias es ínfimo.
2º Los verdaderos toxicómanos no se aprovisionan en las farmacias.
3º Los toxicómanos que se aprovisionan en las farmacias son todos enfermos.
4º El número de de los toxicómanos enfermos es ínfimo en relación a los toxicómanos voluptuosos.
5º Las restricciones farmacéuticas de la droga no reprimirán jamás a los toxicómanos voluptuosos y organizados.
6º Habrá siempre traficantes.
7º Habrá siempre toxicómanos por vicio de forma, por pasión.
8º Los toxicómanos enfermos tienen sobre la sociedad un derecho imprescriptible que es el que se los deje en paz.
Es por sobre todo una cuestión de conciencia.
La ley sobre estupefacientes pone en manos del inspector-usurpador de la salud pública el derecho de disponer del dolor de los hombres; en una pretensión singular de la medicina moderna querer imponer sus reglas a la conciencia de cada uno. Todos los balidos oficiales de la ley no tienen poder de acción frente a este hecho de conciencia; a saber, que más aún que de la muerte, yo soy el dueño de mi dolor físico, o también de la vacuidad mental que pueda honestamente soportar.
Lucidez o no lucidez, hay una lucidez que ninguna enfermedad me arrebatará jamás, es aquella que me dicta el sentimiento de mi vida física. Y si yo he perdido mi lucidez la medicina no tiene otra cosa que hacer sino darme las sustancias que me permitan recobrar el uso de esta lucidez.
Señores dictadores de la escuela farmacéutica de Francia ustedes son unos pedantes roñosos: hay una cosa que debieran considerar mejor; el opio es esta imprescriptible e imperiosa sustancia que permite retornar a la vida de su alma a aquellos que han tenido la desgracia de haberla perdido.
Hay un mal contra el cual el opio es soberano y este mal se llama Angustia, en su forma mental, médica, psicológica o farmacéutica, o como Uds. quieran.

La Angustia que hace a los locos.
La Angustia que hace a los suicidas.
La Angustia que hace a los condenados.
La Angustia que la medicina no conoce.
La Angustia que vuestro doctor no entiende
La Angustia que quita la vida.
La Angustia que corta el cordón umbilical de la vida.

Por vuestra ley inicua ustedes ponen en manos de personas en las que no tengo confianza alguna, castrados en medicina, farmacéuticos de porquería, jueces fraudulentos, doctores, parteras, inspectores doctorales, el derecho a disponer de mi angustia, de una angustia que es en mí tan aguda como las agujas de todas las brújulas del infierno.
Temblores del cuerpo o del alma, no existe sismógrafo humano que permita a quien me mire. Llegar a una evaluación de mi dolor más precisa, que aquella, fulminante, de mi espíritu..
Toda la azarosa ciencia de los hombres no es superior al conocimiento inmediato que puedo tener de mi ser. Soy el único juez de lo que está en mí.
Vuelvan a sus buhardillas, médicos parásitos, y tú también Legislador Moutonier, que no es por amor a los hombres que deliras; es por tradición de imbecilidad.
Tu ignorancia de aquello que es un hombre sólo es comparable a tu estupidez pretendiendo limitarlo. Deseo que tu ley recaiga sobre tu padre, sobre tu madre, sobre tu mujer y tus hijos, y toda tu posteridad. Y mientras tanto, soporto tu ley.

Viva la Democracia


De un lado la CNT, del otro, la policía. Un poco mas allá, el gobierno, aquí, el Rey, enfrente, la oposición parlamentaria, y agrupados al fondo las ONGS, tres o cuatro religiones minoritarias, delegaciones provinciales de multinacionales desplazadas y privatizadas después de haber sido nacionalizadas por un gobierno anterior, y a punto de llegar: El Papa, la canciller, Ana Botella, el embajador de Italia en Lituania, una de las infantas, ninguno de sus consortes,  un presidente de autonomía y otro de la asociación vecinal de un P.A.U. de cuyo nombre... no me acuerdo. 

No experimento ninguna simpatía por el "obrero idealizado"en la mente del comunista burgués.
No me cae bien la patronal.
No tengo necesidad de preguntarme de que lado estoy.
No estoy.
Estoy leyendo otras cosas.
No tengo empatía con el presidente, ni con los ministros.
Tampoco con la oposición.
Pienso que vivo al margen de muchas cosas.
Un "Salvese quien pueda" prolongado.
No hice la mili.
No Voté jamás.
No soy de fiar.
Dubi Du Duá...
Aquí estoy: Una mente pensante y respetable.
Un artista de la clase obrera 
Un artista de mierda


Todos los soldados tienen piojos. Todos los anarquistas que conozco son unos payasos. Todas las ministras que me han presentado son unas zorras. A todos los de la oposición les he visto borrachos. He acompañado a muchos comunistas a urgencias con objetos atrapados en el recto. Las campañas electorales de mis amigos socialistas las cerraban de putas y yo, aunque no voto, les acompañaba. La canción del himno de la autonomía, la escribimos a dos manos "El Pedrín" y yo, una mañana en el coche, después de un after. Los ecologistas que cenaron en mi casa, la semana pasada, eran bulímicos. Me han dicho, en privado, que el presidente se droga. También se comenta, que la portavoz de la oposición se masturba en los baños de Las Cortes, para luego ser mucho mas eficiente en su intervenciones. Tengo mucho material fotográfico que compromete a alcaldes, ex ministros, altos cargos y mujeres de éstos, y a sus hijos, y a sus hijas, y a sus familias. Alguna vez he ido a recoger a la hija de alguno de ellos al hospital, tras pasar por un coma etílico, o por drogas. Entiendo que me llamen para no comprometer su situación. Es una posición delicada. Hay que cuidar de nuestro políticos y de nuestra monarquía. Ellos cuidan de nosotros el resto del año.

Viva  E.S.P.A.Ñ.A.
Viva la Democracia.

lunes, 21 de octubre de 2013

YA NO TE AGUANTO

YA NO TE AGUANTO
Luc Santé
Artículo extraído del libro Mata a tus ídolos, Libros del K.O, Madrid, 2011.
Kill all your darlings (consejo literario atribuido a William Faulkner)
(…)
2.- Puede que John Leland no haya escrito la primera historia de la modernidad, de del hipness (aunque tras una búsqueda superficial, no he encontrado otra), pero cuesta no pensar que este libro también pueda ser el obituario de dicho tema. Es como divulgar los rituales de la logia o prnunciar en voz alta todos los nombres del Altísimo. Hay numerosas historias sobre la bohemia, pero no es lo mismo, aunque los dos conceptos tengan un amplio espectro de coincidencias. La bohemia comenzó en Europa y se extendió al resto del mundo, pero lo hip (Leland emplea la palabra como nombre y adjetivo) es autóctono de Estados Unidos. La palabra deriva del término wolof hepi (“ver”) y hipi (“abrir los ojos”). El concepto hip surgió de semillas plantadas en Senegambia que brotaban en Estados Unidos. Está totalmente relacionado con el concepto de mezcla racial, en ambos sentidos, ya que comprende tanto el amor y apropiación por parte de los blancos del estilo negro y también la adquisición del bagaje europeo por parte de los afroamericanos: el pianoforte, el traje de los tres botonos, el existecialismo, las expresiones yiddish, las gafas de carey y la novela. Lo hip es oculto, arcanos sin cielo.

El mestizaje cultural es fundamental, no sólo para el hipness, sino en todo lo destacable que ha producido Estados Unidos. El hecho de que el sexo interracial se tuviera que practicar más o menos en secreto hasta hace poco refleja el aire glamuroso y arriesgado ligado al hipness, incluso cuando el producto que surge de lo hip encuentre el camino de entrada a los cánones tarde o temprano. Todo habitante de Estados Unidos nota día a día los efectos del mestizaje cultural, aunque persista una política oficial perversa que solo admite la facción nórdica y protestante de la identidad nacional. Solo los efectos del mestizaje podrían asegurar la supervivencia de lo hip, incluso sin ayuda del departamento de marketing y sus bancos con salud de hierro; pero me estoy adelantando.

“Hip es un término iluminado”, escribe leland en Hip: The Story. También incorpora cool, un concepto que proviene “de un rey del siglo XV del imperio nigeriano de benín, quien se granjeó el apodo de Ewuare, que significa que algo “es calmado”, después de lllevar la paz a una región azotada por los conflictos armados internos. Ser hip significa estar despierto y alerta, ser pluscuamperfecto y tener un don invisible, poseer sabiduría que convierte a su dueño en un iniciado de una secta sin nombre cuyos miembros se reconocen entre sí por el uso de ciertas palabras, el vestir ciertos accesorios, la inclinación de un sombrero, la forma de remangarse. En cuanto dichas palabras o estilos llegan al conocimiento popular, es el momento en que los hipsters cambian de vocabulario y estilo. En aquellos días, con más carrozas que nunca llamando a las puertas de la modernidad y adoptando estilos antes incluso de que los hipsters pudieran probarlos, resultaba muy difícil seguir siendo intocablemente sofisticado. Por eso la Pabst Blue Ribbon se convirtió en la cerveza hip: nadie la había reivindicado, era un vestigio de obreros sin consumidores a la vista dispuestos a propiarse de lla. La elección de consignas hip se ha convertido en un proceso de eliminación.

Leland tiene por delante una historia de muchos niveles que contar con una gran cantidad de trabajo pesado, pero su proceder es valiente y cierra un capítulo en cada una de las etapas importantes. El siglo XIX queda representado, por un lado, por los extraordinarios cimientos de Thoreau, melville, Withman y, sobre todo, Emerson (un temible lector de los posos de té que, al parecer, predijo todas las tendencias culutrales estadounidenses del futuro) y, por otro lado, por el crecimiento de bardos que sentaron las bases de esa piedra angular con extraña forma lllamada IRONÍA. El siglo XX es frenético. Se pueden unir los puntos entre el jazz de Nueva Orleáns, la bohemia del Greenwich village, el Renacimiento de Harlem y los exiliados del parís de los años 20 y escuchar después el riff repetido en un nuevo tono tras la Segunda Guerra Mundial, gracias al bebop y la generación beat. Pero al margen de la historia hay criminales, dibujos animados, (¿hubo alguna vez un hipster más perfecto que Bugs Bunny, al menos antes de que se convirtiera en cómplice?), cine negro, engaños, drogas. Los judíos son un caso especial, ya que se entienden ambos lados de la dicotomía racial y juegan las dos bazas, mientras ambos lados los excluyen. Las mujeres también representan un caso especial, más hips que cualquiera a menos que sean relegadas a la procreación y a vaciar orinales. Más adelante en la narrativa cronológica encontraremos hippies (brevemente), punk, hip hop y hackers, entre otros. ¿He mencionado ya las drogas? Hay tantas líneas argumentales entrelazadas que se necesitaría hacer un organigrama sobre el tema.

Leland es un escritor fluido, capaz de desplegar frases bonnitas y de hacer funambulismo sobre la fina línea que supone escribir sin pasión sobre lo hip sin parecer un embalsamador. En algún punto del tercer capítulo (“Jazz, la Generación Perdida y el ranacimiento de Harlem”) comencé a escuchar cómo murmuraba palabrotas espectrales a medida que se daba de que su narración requería una cadena de montaje interminable de historias enlatadas. Se las arregla para sorprender con pequeñas ocurrencias y con citas apropiadas pero, si tienes cierto conocimiento previos de su obra, pondrás cara de fastidio al tener que sufrir de nuevo anécdotas desgastadas por el uso. Más o menos a un tercio del final, los ojos se te empiezan a poner vidriosos al ver que los personajes de los capítulos anteriores se vuelven a mencionar en nuevas apariciones, de forma que las conexiones entre el modelo hip de 1927 y el modelo hip de 1956 no se pierdan para los holgazanes de la última fila. Además, como el público objetivo del proyecto tiene una edad media de 18 años, Leland ofrece un servicio público reproduciendo la historia de, por ejemplo, la Generación Perdida, para que pueda diferenciarse de las Generaciones Beat, en Blanco y X. Puede que alguna vez los hipsters adolescentes estuvieran mejor informados sobre la vida y obra de predecesores, debido a su aislamiento y a la dificultad para conseguir información sobre temas actuales, lo que producía cierta desesperación en ellos y los empujaba a la biblioteca.

El otro gran obstáculo que se encuentra el autor de un libro así es que se trata necesariamente de un producto del presente. A menos que establezcas un punto y aparte arbitrario y afrontes el asunto en pretérito, lo que te hará parecer un embalsamador, te enfrentas a un peliagudo juego de piernas de piernas retórico si lo que quieres es huir de la obsolescencia instantánea. Leland mira a su alrededor a todo el espectro del hipness en el momento de escribir y se encuentra con...gorras. Sabe a la perfección qe las gorras ya estarán enterradas mucho antes de su publicación. ¿Cómo puede siquiera sugerir que el hipness tiene un futuro viable? Leland revisa un siglo y medio de hipness en busca de una señal, algún giro que se le haya pasado por alto y que conecte el pasado borroso con el presente confuso, una piedra que los constructores desecharon y que demuestre ser la piedra angular sobr ella que el hipness propserará y entonces ve...publicidad.

Así es, en su Monte Rushmore particular de hip anticipatorio, junto a las caras de Emerson, thoreau, melville y Whitman, esculpe el rostro de Volney Palmer, quien “abrió la primera agencia de publicidad estadounidense en filadelfia en 1841”. Cierto es que la publicidad ha tenido siempre una importancia trascendental para los artistas que buscan el reconocimiento, y aún más para los hipsters, ya que sus creaciones están inseparablemente unidas al envoltorio de sus propias personas 8es extraño pero Leland apenas presta atención a los autoanuncios de Whitman o Norman Mailer). La publicidad también fue un comoponente principal del modernidmo: en el siglo XX, toda clase de artistas, incluso los comunistas, disfrutaban inetntando aprovechar y replicar el impacto icónico de los anuncios. También es cierto que la publicidad ha bebido constantemente del arte de vanguardia (la publicidad necesita lo hip mucho más que lo hip a la publicidad), y que vender las ventajas del producto dejando que este se ocupe de sí mismo es una receta para comercializar el hipness (un precepto que se remonta, al menos, a las creaciones de Edward ernays, el sobrino de Freud, para la industria del tabaco en los años 20). Pero Leland se ha dejado convencer por múltiples “creativos” que probablemente creen de verdad que lo que hacen es arte abstracto. Entiéndelo, no venden conches, ¡venden los discos e los hipsters cuyos temas se usan en los anuncios! ¡Están socavando el sistema desde dentro! Y el cheque está en el correo y no me correré en tu boca. La cuestión es que, si eres cómplice de empresas cuya proncipal razón de existir es enriquecer más a gente que ya es mucho más rica que tú, eres su sirviente. Sostenme el abrigo mientras tanto.

2001,2004

domingo, 20 de octubre de 2013

lista de listas




1- Lista de cosas que no entiendo.

2- Lista de personas que quise y quiero pero de las que ya no sé nada.

3- Lista de todos los medicamentos que he tomado desde que nací, hasta hoy.

4- Lista de amores imposibles, con argumentos convincentes.

5- Lista de pensamientos perrunos.

6- Lista de la compra, como si fuese algo romántico.

7- Lista de situaciones en las que me aburro.

8- Lista de drogas que he probado.

9- Lista de letras, por orden de preferencia.

10- Lista de marcas con las que no me importaría colaborar.

11- Lista de decepciones que valieron la pena.

12- Lista de emails que nunca contestaré.

13- Lista de gritos que escucho desde la ventana durante un día entero.

14- Lista de películas que me ponen.

15- Lista de timos que acepté como normales.

16- Lista de mujeres a las que me gustaría parecerme, explicando el motivo.

17- Lista de llamadas perdidas.

18- Lista de calcetines desaparejados que hay en el cajón.

19- Lista de insectos que he tocado con un dedo.

20- Lista de cosas que he perdido pero no lo sé.

21- Lista de besos que recuerdo bien.

22- Lista de botones.

23- Lista de pensamientos metarrealistas.

24- Lista de preguntas sin respuesta.

25- Lista de miradas en una fiesta de cumpleaños.

26- Lista de diseños honestos.

27- Lista de las mejores frases de mi madre.

28- Lista de ceros y unos.

29- Lista de lágrimas derramadas que he lamido con la lengua.

30- Lista de sueños que se me han olvidado y me invento.

31- Lista de la risa que más me gusta del cine. En loop:

...

lunes, 14 de octubre de 2013

Lòrigine du monde (Gustave Courbet)


Yo dije:
- Contén la respiración
Y tú respondiste:
- ¿Por qué?
- Porque nos vamos a adentrar en el comienzo del tiempo.
Y así lo hicimos.


domingo, 1 de septiembre de 2013

Todos los soldados tienen piojos


En la guerra, todos los soldados tienen piojos, al menos cuando hace bastante calor. Los hombres que lucharon en Verdún, Waterloo, Flandes, Senlac. Las Termópilas, todos ellos tenían piojos arrastrándose por sus testículos. Nosotros logramos mantenerlos a raya. hasta cierto punto, quemando los huevos y bañándosnos con tanta frecuencia como podíamos soportarlo. Nada, sino la existencia de los piojos, me hubiera arrastrado hasta ese río helado.

George Orwell
en "Homenaje a Cataluña"

sábado, 31 de agosto de 2013

Desaparecer en un crucero


Si nos imaginásemos realizando un crucero, probablemente nos vendrían a la cabeza idílicas imágenes, como por ejemplo disfrutar la placentera tranquilidad del mar, visitar fascinantes puertos turísticos, degustar románticas cenas a la luz de las velas con el océano de fondo, o irnos de fiesta todas las noches por las salas que en este tipo de barcos abundan para disfrute de sus pasajeros…
…y probablemente, un crucero sería el último lugar del mundo donde pensásemos pudiéramos ser víctimas de un crimen atroz, léase robo, violación, secuestro o asesinato deshaciéndose del cuerpo arrojándolo por la borda.
Y es que si para alguien resulta especialmente idílico un crucero, es para un delincuente. Es el escenario perfecto para cometer casi cualquier tipo de crimen, siendo extremadamente fácil salir completamente impune después, pasando desapercibido.

El paraíso para un delincuente

Un crucero navega cargado hasta la bandera de gente pudiente. Son barcos que se han convertido en gigantescos centros comerciales flotantes, con decenas de tiendas en su interior, restaurantes, salas de fiestas o casinos.
Los pasajeros no solo suelen llevar consigo todo tipo de aparatos electrónicos valiosos como cámaras, móviles o portátiles. Muchos van bien pertrechados de dinero en efectivo y tarjetas de crédito. Los cruceros emiten tarjetas para gestionar los pagos dentro del barco y las cerraduras pero aun así, los viajeros siguen necesitando las normales para usarlas en los puertos turísticos que visitan.

El “Allure of the seas”, con capacidad para alojar a un máximo de 6.296 pasajeros, 362 metros de eslora y 72m de altura sobre la línea de flotación. Es más grande que un edificio de 20 pisos. Una caída al mar puede resultar mortal a partir de los 30 metros e incluso antes, dependiendo de las circunstancias del impacto.
En los cruceros no hay policía. Hay cámaras y seguridad privada, a veces integrada por especialistas con mucha experiencia provenientes de las fuerzas de seguridad, ejercito o incluso cuerpos especiales. Aun así, siempre van a ser un número inferior al de pasajeros y no van a poder hacer de guardaespaldas de cada uno de ellos o estar al tanto de lo que sucede en cada rincón del barco en todo momento.
Gran parte del tiempo, estos navios atraviesan aguas internacionales, es decir, circulan a 200 millas (370km) de cualquier costa por lo que estas zonas, no están sometidas a la jurisdicción de ningún gobierno.
Cuando se produce un crimen y se comunica a las autoridades de un país, en ocasiones no se involucran por no tener competencias si es que el suceso se produjo en aguas internacionales. En otras ocasiones no cuentan con recursos suficientes para ocuparse o simplemente no tienen la voluntad de “tragarse el marrón”1. En los casos de desapariciones, muchas veces la investigación se limita a realizar una búsqueda del cuerpo en el mar por parte de los guardacostas y poco más.
Las líneas de cruceros llevan décadas asegurando que sus barcos son el método más seguro de viajar pero entre los años 1985 y 2012, al menos 184 personas han desaparecido de estos navios, algunos cayendo por la borda y otros, la mayoría, en circunstancias que permanecen sin esclarecer.
Los 184 casos conocidos están recogidos en cruisejunkie.com, una compilación realizada por el profesor de la Universidad de Terranova, Ross A. Klein. De los 184 incidentes, se detalla lo que sucedió en 87 de ellos:
Accidentes; 9
Desaparecidos sin dejar rastro; 29
Posibles suicidios; 23 (la mayoría de los confirmados cometidos por tripulantes)
Asesinatos confirmados; 1
Personas rescatadas vivas tras caer por la borda; 1 7
Rescatadas muertas tras caer; 8
De los 97 casos restantes no hay información. Es decir, “Missing” en el sentido estricto del anglicismo, lo que sumando los 29 desaparecidos “confirmados”, hacen un total de 1 55 personas desvanecidas.
Y además, cuando alguien desaparece en crucero, lo suele hacer sin dejar ni rastro. Hay casos en los que familiares acuden al puerto para recibir a sus seres queridos, ven ansiosos como todo el pasaje va desembarcado y cuando ya no queda nadie, se encuentran con que su familiar no está.
Las navieras se lavan las manos
La fuente de los datos anteriores, cruisejunkie.com, es un tanto peculiar y no por casualidad. Cuando se produce un incidente, las navieras tienden a correr un tupido velo y a lavarse las manos en todo lo posible. De no hacerlo su negocio peligraría seriamente.
Si alguien desaparece, en algunos casos suelen realizar búsquedas por el barco, colaboran con las autoridades cuando estas se involucran, revisan las grabaciones de las cámaras de seguridad pero siempre procurando que las circunstancias no transciendan demasiado a la prensa. En otras ocasiones simplemente no hacen nada, salvo tapar el incidente.
De hecho, los pocos casos recogidos por el profesor Klein que van acompañados de algún tipo de explicación, suelen ser gracias a algún recorte de periódico o nota en internet que se ha hecho eco del suceso, no gracias a informaciones prestadas por las navieras.
El ejemplo por antonomasia de hasta qué punto una línea de cruceros puede llegar a lavarse las manos en un caso de desaparición, es el de Merrian Carver, ciudadana estadounidense de 40 años. Desapareció del crucero “Mercury” perteneciente a la línea “Royal Caribbean” en Agosto del 2004 mientras se dirigía a Vancouver, Canadá.
Tras atracar el Mercury en Vancouver, la “Royal Caribbean” nunca llegó a informar a las autoridades de la desaparición de uno de sus pasajeros. Incluso donaron a la caridad la ropa que había quedado en su camarote.
Los familiares de Merrian se enteraron de la desaparición, después de que su hija de 13 años telefonease desesperada a sus abuelos, los padres de Carver, preguntando a ver si sabían dónde estaba su madre porque llevaba varios días llamándola al móvil sin que cogiera.
Después de intentar comunicar con ella sin respuesta durante varios días, los abuelos acudieron a la policía. Tras pasar varias semanas intentando dar con su paradero, averiguaron que Merrian había comprado un billete para realizar un crucero. Los familiares no tenían constancia del viaje.
Cuando contactaron con la naviera, la “Royal Caribbean” les informaba que desconocían si la pasajera había desembarcado en Vancouver o no. Ahora bien, tras consultar con el servicio de habitaciones, confirmaron que Carver había dejado de utilizar su camarote el segundo día de travesía, es decir, en plena altamar y que todo su equipaje se había quedado en la habitación.
Cuando la policía quiso examinar las maletas, resultó que la naviera había donado todo el equipaje a la caridad. Llegados a un punto, las autoridades se vieron obligadas a archivar el caso y los abuelos iniciaron una búsqueda que les llevó a gastarse 75.000$, primero contratando una agencia de detectives para intentar localizar a su hija y después interponiendo una demanda contra la Royal Caribbean.
Uno de los investigadores, Tim Schmolder, se encontró con todo tipo de trabas por parte de la naviera. No le permitieron interrogar a los pasajeros o a la tripulación. No le dejaron revisar las cámaras de seguridad y solo le autorizaron subir a bordo del Mercury durante unas pocas horas. Insuficientes como para encontrar pistas.
Tras acudir a la vía legal, la naviera continuó poniendo obstáculos, como por ejemplo entregar una lista de 2.000 pasajeros sin la información de contacto de ninguno. En una de las citaciones, los abogados de los Carver consiguieron que compareciese Domingo Monteiro, el empleado encargado de la habitación de Merrian.
Monteiro declaró que había informado de la ausencia de Merrian a sus superiores, durante todos los días de la travesía desde la segunda jornada. Al atracar en Vancouver, su jefe le ordenó empaquetar todos los enseres y equipaje de la mujer en una bolsa, dejarla en su armario, asegurando que él se ocuparía de todo.
Tras conseguir más documentación de la Royal Caribbean, se descubrió que la naviera había iniciado una investigación interna tan solo un día después de saber que un pasajero había desaparecido… pero no para encontrar a Merrian, sino para averiguar si Domingo Monteiro había hablado con terceros o no. Cuando la prensa destapó el caso meses después, la Royal Caribbean se limitó a publicar una nota donde declaraban que uno de sus viajeros se había suicidado tirándose por la borda.
El padre de Merrian, Kendall Carver, nunca ha desistido. Tras el caso de su hija se convirtió en el fundador de la ‘International Cruise Victims Association -
Asociación Internacional de Víctimas de Cruceros”, internationalcruiseviaims.org, donde se recogen decenas de sucesos similares.

Las autoridades no tienen jurisdicción o recursos para investigar los casos.

Cuando la desaparición de un pasajero es comunicada a las autoridades de algún país, estas se enfrentan a un complejo caso que puede llegar a tener una envergadura monumental o incluso acarrear consecuencias a otros pasajeros por el mero hecho de haber alternado con la víctima.
En primer lugar, para que una investigación pueda dar frutos, esta debe realizarse inmediatamente después del suceso. Si se intenta indagar cuando el crucero ha concluido, los investigadores se enfrentan a todas las trabas que ponen las navieras. Se encuentran con que las pruebas forenses han desaparecido porque el camarote o lugar de los hechos se han limpiado. Los testigos pueden estar desperdigados por todo el mundo al tener los pasajeros diversas nacionalidades.
El barco puede tener bandera de un determinado país, el suceso puede haberse producido en aguas internacionales y las autoridades ante las que se interpone la denuncia, pueden ser de un país tercero correspondiente al puerto en el que el barco ha atracado finalmente, no estando claro quien tiene jurisdicción para hacerse cargo de las diligencias.
El caso de Ceorge Smith, de 26 años, demuestra el lio monumental que supone la desaparición de un viajero en un crucero.
Smith tenía nacionalidad estadounidense. Celebraba la luna de miel junto a su mujer, Jennifer Hagel, en un crucero por el mar Egeo a bordo del “Brilliance of the seas”, barco con bandera de las Bahamas.
Durante la travesía entablaron amistad con Rusty Kofman, un pasajero de 20 años que viajaba junto a sus primos Creg and Zachary Rozenberg, todos de origen ruso residentes en Brooklyn, Nueva York y al parecer, con muchas ganas de juerga.
El 5 de Julio del 2005, tras pasar una noche de fiesta en el casino, George Smith se retiraba a su camarote, completamente ebrio tras beber absenta, ayudado por varios de los rusos. Su mujer había estado jugando manos de 200$ dolares al ‘black jack” y se había corrido la voz de que la pareja tenían otros $50.000.- en su camarote. En un momento de la noche, Jennifer discutió con su marido y se fue del casino pero no regresó inmediatamente a sus habitaciones.
Al volver a la mañana siguiente, se encontró con que Smith había desaparecido. Varios pasajeros habían escuchado ruidos de pelea desde sus compartimientos. La seguridad del barco encontró restos de sangre pero no relacionaron el suceso con Kofman.
Cuando el navio atracó en un puerto turco, solo unos pocos agentes subieron a bordo durante dos horas en las que interrogaron a varios pasajeros, sin recoger muestras forenses en la escena del crimen. Cuando se fueron, la tripulación limpió el camarote y por ende, todas las pruebas.
Dos días después, el grupo de Kofman que seguía de fiesta en el crucero, fue involucrado en un caso de violación y entregados a las autoridades italianas en Ñapóles. Allí, el juez que instruyó la causa por asalto sexual, dictaminó que el tribunal italiano no tenía jurisdicción, procediendo a ponerles inmediatamente en libertad “a la española” y re-enviando el caso por violación al FBI.
La poderosa agencia de investigación norteamericana se encontró con un complejo entuerto, que llevaba aparejado un posible asesinato detrás, en el que apenas pudo avanzar.

Los delincuentes conocen bien los puntos muertos del barco.

Otro aspecto llamativo de las desapariciones en cruceros, es que muchos pasajeros se desvanecen en puntos del barco donde no hay cámaras de seguridad.
De haber sufrido algún tipo de asalto, da la sensación de que sus agresores conocían muy bien cuáles son los puntos muertos del barco.
Es el caso de Rebecca Coriam, una empleada del crucero “Disney Wonder”, desaparecida en Marzo del 2011 mientras el barco estaba en ruta desde México a Los Ángeles. Fue vista por última vez a las 5:45 de la mañana por un compañero al que comentó que se iba a dormir. Una cámara de seguridad la grabó dirigiéndose por un pasillo a su camarote. Tras girar y salir del ángulo de visión de la cámara, desapareció y no se I a volvió a ver jamás.
Cuando el barco atracó en Bahamas y se denunció su desaparición, tan solo un policía subió a bordo para registrar la nave durante unas pocas horas. El FBI no intervino. Se insinuó que podría haberse suicidado pero la mujer acababa de comprar 4 billetes para visitar París con sus padres y su hermana.
El caso de Rebecca Coriam es especialmente significativo porque sucedió a bordo de un crucero de Disney, de temática familiar, que iba repleto de niños y que por tanto sería el último sitio en el que se esperase suceda algo así.
Cuando concluyó la “mi ni-investigación” del policía que subió, el barco continuó viaje por altamar, cargado de niños, como si no hubiera pasado nada.

El día del desembarco y la noche anterior son críticos.

El día que concluye la travesía y la noche anterior, parecen ser puntos especialmente críticos, dado que son momentos en los que reiteradamente han desaparecido pasajeros. Un hipotético atacante puede huir del barco más fácilmente cuando este está a punto de atracar, tal vez incluso antes que se denuncie el suceso.
John Halford, un británico de 63 años, iba a desembarcar en el puerto de Sharm-el-Sheikh, para coger un avión de regreso a casa, el 6 de Abril del 2011, tras realizar un crucero por Egipto en el Thomson Spirit”. Antes de bajar del barco, envió un mensaje de texto a su mujer en Inglaterra, comunicando que se verían al día siguiente en el aeropuerto.
Cuando la mujer se disponía a salir para recoger a su marido junto a sus tres hijos, recibió una llamada de la naviera Thomson, informando que John nunca llegó a coger el vuelo de regreso.
Tras investigarse el caso, se comprobó que John no había bajado del barco, ya que
tenía que fichar al pasar por varios puntos de control. Había sido visto por última vez a las 12:30 tomándose un cocktail en uno de los bares del navio. Después desapareció para siempre.
En su camarote encontraron su maleta hecha, el pasaporte, el móvil, las gafas… al parecer, no había sufrido ningún tipo de robo. Dentro del equipaje encontraron regalos para su familia, por lo que se deduce que no tenía intenciones de desaparecer voluntariamente.
Se realizó una breve búsqueda del cuerpo por el mar sin ningún resultado. Después la mujer se encontró con el calvario de que su marido sea declarado desaparecido y
no fallecido. No podía realizar reclamaciones al seguro de viaje que había contratado John y la naviera Thomson se lavó las manos.
Christopher Caldwell, de 36 años, desapareció la última noche de un crucero desde Miami a Cozumel, México, a bordo del Tascination”.
El 23 de Julio del 2006, su prometida le dejó en el casino jugando mientras ella regresaba a sus camarotes para pernoaar. Cuando se despertó a las 6:30 de la mañana, se encontró con que Chris no había llegado.
Tras dar la voz de alarma y buscarle, un tripulante declaró que le había visto a las 3:30 de la noche caminando ebrio por una de las cubiertas. Después desapareció para siempre.
Considerando su estado, se podría pensar que cayó accidentalmente al mar. Por otro lado, Caldwell salía del casino con las ganancias en el bolsillo, no había cámaras en la pasarela por la que desapareció, ni testigos.

Asaltos en los camarotes.

Hay varios casos en los que pasajeros han sido asaltados mientras pernoctaban dentro de sus camarotes. Acceder a su interior no es difícil; la tripulación tienen tarjetas para abrir, alguien puede llamar a la puerta simulando que es parte del personal u otro pasajero que quiere algo.
James Christopher Scavone desapareció del crucero “Destiny”, perteneciente a la naviera Carnival, el 5 de Julio de 1999. Scavone se había unido a un viaje que realizaba un amigo suyo, Jeff, junto a 12 familiares.
La noche de su desaparición, estuvieron cenando todos juntos, después en la discoteca pero a las 12:30 James se despidió y se retiró, dirigiéndose solo a su camarote.
Jamás se le volvió a ver.
Cuando sus amigos se levantaron a las de 10 la mañana del día siguiente, se percataron de su ausencia y tras notificar a la seguridad del barco, se realizó una búsqueda exhaustiva habitación por habitación. Después un rastreo por el mar y finalmente se involucró el FBI sin lograr resultados.
En Febrero del año 2006, una mujer que había viajado en el mismo crucero, reconoció a Scavone tras ver en televisión un documental que hablaba del caso. La pasajera declaró que aquella noche había escuchado ruidos de pelea en una habitación vecina y gritos pidiendo socorro.
Según esta teoría, James estaría siendo asaltado en su camarote pero curiosamente, para cuando la tripulación registró la nave, todo había sido limpiado y no encontraron pistas.
Los expertos recomiendan adoptar medidas activas de autodefensa.
Lejos de ser un momento idílico en el que se puedan olvidar todas las preocupaciones, los expertos recomiendan adoptar medidas de autodefensa activas desde el primer instante en el que se pisa un crucero.
Como si fuera un punto peligroso de cualquier ciudad, se aconseja a los pasajeros no subir a los ascensores solos, evitar las salas comunes por la noche, no caminar por los pasillos cuando no hay nadie, atrancar las puertas de los camarotes y si se viaja con menores, no dejarles sin vigilancia o instruirles en cómo actuar; que no se alejen, que no vayan a los baños solos. . .
Algunos casos de desapariciones más:
Amy Lynn Bradley, 23 años, viajaba por el Caribe a bordo del crucero “Rhapsody of the Seas” junto a su familia en Marzo de 1 998. La noche de su desaparición había estado en una fiesta junto a su hermano. Se retiraban a las 3:30 de la mañana. Ambos compartían una estancia en la que había dos camarotes individuales, un salón y una balconada común, donde estuvieron conversando un rato antes de ir a dormir.
Cuando el hermano se levantó, se encontró con que Amy había desaparecido. Antes de bajar la pasarela en Curasao, la familia consiguió que el capitán ordenase una búsqueda intensiva por el barco implicando en ella a todo el pasaje.
No dio resultado alguno pero en la página que el FBI mantiene sobre Amy aparecen los retratos robots de dos individuos con los que la mujer podría haber sido vista en Barbados, en el año 2005.
Anteriormente, en 1999, un marinero relató que una mujer parecida a Amy se le había acercado en un local de alterne de Curasao pidiéndole ayuda pero que inmediatamente, dos hombres se la llevaron a un piso superior. Esta teoría apunta a casos de ‘trata de blancas* relacionados con mujeres desaparecidas en cruceros. En el caso de Amy, existe una recompensa de $250.000.- a cambio de cualquier pista que lleve a su liberación.
Blake Kepley, 20 años, estadounidense, realizaba un crucero por Alaska en el “Oosterdam” en Julio del 2011 Junto a un grupo integrado por 1 4 familiares. Cuando sus parientes iban a desembarcar en Ketchikan, el día 22 a las 2:30 de la tarde, se percataron de su ausencia e informaron a la seguridad del barco, que comprobó no había bajado del navio todavía.
La única conclusión que se pudo obtener es que había desaparecido en algún momento entre la 1:00 am y las 7:00 am de la noche anterior. Los guardacostas realizaron una exhaustiva búsqueda marítima sin resultados.
Annette Mizener, de 37 años, estadounidense, desaparecía el 4 de Diciembre del 2004 tras salir de México en el crucero “Pride”. Viajaba con sus padres y su hija de 1 7 años. Cuando se comunicó la ausencia, la tripulación buscó camarote por camarote. Tan solo encontraron su bolso tirado en el suelo, cerca de una de las bordas. El cuerpo nunca apareció.
Otro caso bastante siniestro es el de una mujer alemana, Sabine L, en Diciembre del 2007. Sabine, de 62 años, se embarcó junto a su marido Ludwig en un crucero por las Islas Canarias a bordo del famoso “Queen Elizabeth 2″, navio propiedad de la Cunard Line.
Una noche la pareja se fue a dormir en su camarote, el 5167 y cuando Ludwig despertó, se encontró con que su mujer no estaba. Se la buscó por todo el barco pero jamás fue encontrada.

Agresiones sexuales.

Los cruceros son el lugar de actuación perfecto para todo tipo de predadores sexuales y pederastas. Clasificando los 94 casos recogidos en cruisejunkie.com, nos encontramos con los siguientes datos;
Asaltos sexuales denunciados al FBI entre los años 2007 y 2012:
Asaltos a mujeres: 55 
Asaltos a menores: 31 
Individuos detenidos con pornografía infantil: 7
James Walker, un abogado de Miami especialista en casos relacionados con cruceros, afirma que durante la década de 2002-2012, había llevado 75 casos de asaltos a menores producidos en estos barcos. Lo más sorprendente es que muchos de los pederastas eran individuos que se habían infiltrado entre la tripulación solicitando un empleo.
Según Walker, los padres que viajan con niños, los suelen dejar durmiendo solos en los camarotes por la noche, mientras acuden a las salas de fiestas o a los casinos. Es cuando los empleados del servicio de habitaciones aprovechan para entrar, usando sus tarjetas para abrir las puertas. Otro lugar donde se producen estas agresiones son las zonas de actividades infantiles y los baños.
Respecto a los ataques a mujeres, existen casos documentados en los que son previamente drogadas. Es lo que le sucedió a Dianne Brimble, una mujer australiana que viajaba a bordo del “P&O Pacific Sky”. El 23 de Septiembre del 2002, su cuerpo aparecía desnudo en uno de los camarotes.
Tras practicar la autopsia se descubrió que había sido drogada con una dosis letal de “GBh” ó ácido y-hidroxibutírico, una sustancia usada por este tipo de agresores para dejar a sus víctimas inconscientes. Al ser incoloro e insípido, se puede añadir disimuladamente a una bebida.

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viernes, 30 de agosto de 2013

Mirando hacia atrás sin ira



Mirando hacia atrás sin ira.
Mirando fotos.
Allí estoy, con un cigarrillo, los pelos de punta y un ojo pintado.
Una mueca.
De negro.
Un blanco vestido de negro. 
Un provocador de 18 años que siempre lleva la contraria.
Casi no me reconozco.
Siempre fumando, como si la vida fuese a durar ese único momento.
Ahora que sé que no, que la vida dura mucho mas de lo que te cuentan, no me importa tanto esperar. Soy mucho mas paciente.
Ya no fumo.
Y no es malo. Esta bien todo este largo tiempo por vivir.


Me miro en las fotos:
Desesperando en las salas de espera de finales de los 80. 
Robando libros de bibliotecas públicas, kioskos callejeros o librerías de museos. 
Robando discos. 
Colándome en conciertos. 
Robando tebeos y playboys, mas tarde Penthouses o Hustlers al ciego del Kioskillo del Paseo.
Entrando en las tiendas del centro y mirando todo tipo de cosas que brillan.
Cines de sesión matinal entre semana.
Gastando mi dinero en lo mismo. Compro lo que puedo. Compro libros, discos, entradas de conciertos, tebeos, playboys, penthouses o Hustlers y entradas de cine
Saltandome clases, colegios, institutos y burlando exámenes.
Creyéndome un dios dorado y saliendo a atropellar coches.
Todo eso soy yo con 18 años.

Mis amigos de entonces son chicos de barrio que también roban en las tiendas del centro. 
Pero ellos roban ropa de marca, relojes, carteras y zapatillas converse.
No entienden que yo robe libros
No entienden esa música tan rara
No entienden que me gaste el dinero en las sesiones matinales de los cines de la Vaguada
O que ahorre para un concierto.
No entienden mi ojo pintado.
Yo les digo que soy un delincuente cultural
Son tipos rudos que se sonrojan si les digo que me gusta la literatura.
Que me gusta la pintura.
La Poesía.
Se sienten incómodos.
Saben que no soy un maricón, pero les avergüenza que diga esas mariconadas.
Alguno de ellos son maricones, pero lo harán público unos años mas tarde.
Por entonces tenemos 18 años, son finales de los 80, somos tipos duros de barrio.
Por entonces CERO tolerancia.
No nos olvidemos.

Me respetan. 
Incluso me protegen. 
Soy su esperanza blanca. 
Ellos creen en mí. 
Yo NO.
Yo no creo en mí.
Tampoco creo en ellos.
En eso no he cambiado nada.
Creo que salí con defecto de fábrica.
Sin rencor.
Mirando hacia atrás sin ira.
Mirando fotos.
Un cigarrillo Camel, la camisa por fuera, los pelos de punta, un ojo pintado y una bolsa con discos.
Un libro en casa junto a la cama, un cuaderno, un cenicero, una cámara, un lápiz, varios rotuladores, papel guarro.
A veces los ojos verdes.
A veces lo que todavía
SOY

Godzilla en México



Atiende esto, hijo mío: las bombas caían 

sobre la Ciudad de México 
pero nadie se daba cuenta. 
El aire llevó el veneno a través 
de las calles y las ventanas abiertas. 
Tú acababas de comer y veías en la tele 
los dibujos animados. 
Yo leía en la habitación de al lado 
cuando supe que íbamos a morir. 
Pese al mareo y las náuseas me arrastré 
hasta el comedor y te encontré en el suelo. 
Nos abrazamos. Me preguntaste qué pasaba 
y yo no dije que estábamos en el programa de la muerte 
sino que íbamos a iniciar un viaje, 
uno más, juntos, y que no tuvieras miedo. 
Al marcharse, la muerte ni siquiera 
nos cerró los ojos. 
¿Qué somos?, me preguntaste una semana o un año después, 
¿hormigas, abejas, cifras equivocadas 
en la gran sopa podrida del azar? 
Somos seres humanos, hijo mío, casi pájaros, 
héroes públicos y secretos.
...
Roberto Bolaño