viernes, 26 de agosto de 2011

Dejamos para la semana que viene un montón de ruinas por reconstruir





Dejamos para la semana que viene un montón de ruinas por reconstruir, para empezar: Las uñas rotas y mordidas, el afeitado, los codos secos, la piel para hidratar o humectar, el medicamento olvidado por al menos tres días, vitaminas y verduras y una lista de la compra por hacer. Sin hablar de la revisión del coche y su lavado, abrillantado, encerado. Facturas que mejor se olvidan como lo que no se quiere saber y que luego son tan importantes como el respirar.

Todo esto con la banda sonora adecuada, fácilmente con Spotify. Con la novela en la mesilla, de la biblioteca a partir del Lunes, cuatrocientas páginas por lo menos. Televisión sin horario y a grandes dosis, incluyendo series repetidas y cotilleo vario, que es mas largo y afecta directo al cerebro: El mejor chute de irrealidad verdadera. Un poco de prensa con el café: Un veinte por ciento más de países  donde se violan los derechos humanos, debates de opinión sobre la pertinencia de construir o no mas centrales nucleares, el fin de E.T.A. y   la crispación por el aumento de votos a Bildu, la crisis económica, la crisis económica, la crisis económica.... UN REFERENDUM, vaya por dios, por dios con Papa y todo, que Madrid está preparado para todo.

Todos parecen estar al borde, down, depressed, stressed.
 ella no te quiere, y tú para qué
quieres que te quieran.

Ocúpate de otras cosas que no sean de corazón. Visita los museos y compra obras de Arte, gasta dinero. Si no tienes dinero, gasta dinero. Si además tienes dinero, gasta dinero. Búscala joven, sexualmente activa y con conversación. Es importante la conversación. Invítala a comer Sushi. Tienes por lo menos cuarenta (cuarenta y uno para los amigos) y esto ha sido siempre un desastre. Menos mal que la quieres, mira chaval: eso es de lo poco que te puede salvar. Parménides. La repetición de cada gesto. Amor por la rutina. La forma de cerrarse la puerta, al tiempo de encenderse la lámpara, los personajes que te cruzas a la misma hora cada día, la asquerosa fiebre de poder de todos esos zorros sin escrúpulos, el camino de espinas, el opio de las religiones, los racistas, todo tan natural, como el alba lacerante, como esa lluvia, como este calor que se marcha y que después de mandarlo a tomar por culo todo el verano, parece que al final te hace caso. El corazón deja de funcionar por completo para que la presión de nuestra sangre se dispare. Tus dientes necesitan blanquear; Tus uñas de los pies necesitan un cuidado, por el amor de Cristo. La virgen mas milagrosa que no acaba de llenarte los oídos, como el pelo que crece y que te cortas, el mismo ciclo de repeticiones, el pánico al vacío, a las facturas, a las parejas, a la policía, al crimen.

Ahora te das cuenta que todo esto es lo mas parecido a la INMORTALIDAD.

Y susurrarte al oído que la libertad te dará verdades.