jueves, 16 de abril de 2020

Humans are a virus


En una llamada a Bogotá, me entero que allí hay mucha gente que no tiene nada que comer, que hay gente que anda por las calles llamando a los telefonillos preguntando si les sobra algo que comer, lo que sea, el arroz pegado a la cazuela, lo que sea que vayan a tirar.  Que en muchos sitios empiezan a poner pañuelos rojos atados a las rejas de las ventanas para decir que no tienen nada que comer. 

En Ecuador, llevamos semanas viendo como queman a los muertos en medio de la calle porque nadie los recoge. 

Los países bajos hablan de vagos y vividores que se tiran a hacer la siesta y nada más, para referirse a españoles o italianos, a pesar de ser la meca de la evasión de impuestos de estos mismos países.

España se va a la mierda, pero seguimos escuchando los mensajes de apoyo del Rey y su hermana Elena cantando "Resistiré". Mientras se muere la gente, se acaba el escándalo de todo el dinero que el anterior Rey nos robó y fue regalando a golpe de pollazo por toda europa y parte del extranjero. 

Luego nos sueltan sin problemas que el gobierno ya ha repartido nosecuantos millones de mascarillas placebo a toda la gente que han obligado volver a trabajar y que no hay más. Mascarillas que duran cuatro horas para gente que tiene que ir a diario a trabajar, por lo pronto, los próximos 30 días. Bueno, pues que les jodan. que se busquen la vida, o que se gasten el sueldo en Amazon en comprar mascarillas de verdad que no se acaben cuando te obliguen a ir a trabajar por la mañana en el metro. 

Donald Trump decide, en un acto de pura soberbia estadounidense, no dar ni un duro más a la OMS por haber sido lentos, ahora que a él se le acumulan los muertos. El castigo a la OMS significa el castigo a África y el abandono de la población más pobre del planeta. Donald Trump sentencia a muerte a cientos de miles de personas en un acto de soberbia presidencial estadounidense, pero nadie le va a acusar de crímenes contra la humanidad, porque en el fondo todos le chupamos la polla al puto Donald Trump.

Aquí tenemos nuestras propias vergüenzas. Todo parece un poco impuesto y nadie juega limpio.

El mundo entero debería defenderse. Pero en vez de defenderse, parece que lo que busca es acomodarse en la indiferencia, esperando a que los mismos Hijos de Puta que nos condenan sean los que nos dejen vivir.

Todo el mundo espera al momento de volver a una realidad impuesta y donde no podamos decir nada. 

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