Quiero escribir una novela sobre el silencio. Con las cosas que la gente no dice. Este es mi proyecto para el año que empieza. El título provisional es "Una novela de metro". También se ha llamado "Viva la Rockandroll" y "Superfácil". Todavía no se de que trata.
Ahora estoy a 3.832 pasos de mi cama, rodeado de extraños y deseando ser uno de esos seres con superpoderes que desafían la ley de la gravedad cuando vuelven a casa con el pijama ya puesto. Todavía estoy viajando y no encuentro el camino de vuelta. Todavía estoy solo. Esta noche estoy en Madrid, en medio de la nada, en casa de MIAMIGO, con unas amigas y unos amigos de MIAMIGO, haciéndonos amigos.
¿Las amigas? Ah, Francesca. Ella no es muy alta, pero es curvilínea y es italiana. Y su mejor amiga Pauline, que es francesa y ve la poesía en todo. Me gustan las chicas a las que les encanta leer. También hay una irlandesa que no habla: Molly.
¿Los amigos de mi amigo? Los dos rusos. Siempre se me olvidan sus nombres. Yo solo la veo a ella, a Francesca.
Esta noche Francesca está enseñándonos a beber absenta. Como los artistas de las vanguardias. Quiere vernos ciegos y totalmente borrachos. Ah, Francesca! Si te pones la falda bastante corta, la fiesta vendrá a tí.
- "¿Qué quieres decir con que no bebes absenta?"- Le preguntó a Pauline, su amiga francesa.
- "¡Bebe uno conmigo! Podrás leer la mente después de unos pocos de estos." Insistió Francesca y sirvió la absenta en todos los vasos que estaban a su alcance. Contándolos, tocamos a dos vasos para cada uno de nosotros.
Era el cumpleaños de Francesca. La verdad era que Pauline envidiaba a Francesca porque las tetas de Francesca eran falsas, pero grandes y bonitas. Las tetas de Pauline eran de verdad, pero eran pequeñas y feas. Era por esta razón que Francesca siempre acaparaba toda la atención.
Francesca nos hizo beber el primer vaso de absenta como si fuera un disparo. El segundo vaso nos dejó pegados al sofá. Yo no me moví de su lado.
"Sabes", dijo mientras nos acomodamos en una profunda conversación, "hay una diferencia entre un cuarteto y una orgía ..." Oh, bien, una de esas conversaciones en las que terminaremos follando y donde no tendré nada significativo que aportar. "Una orgía es fácil, pero un cuarteto ... tienes que ser un director. Tienes que tener la batuta para tomar el control de la situación. No es sólo una negociación de partes corporales a colocar sino un juego psicológico profundo. Le pregunté a Francesca si recordaba haber visto la película "Una proposición indecente", sin quitarle la mirada del escote. No recuerdo lo que me contestó. Para entonces, ya la estaba besando.
Eso fue la otra noche. Ahora estamos enviando textos, tarde en la noche, diciendo todas las cosas que no podía decir cuando estábamos en casa de MIAMIGO. Nos enviamos guarradas y algunas fotos de nuestros coños y pollas. Pienso que Francesca es un ser divino, mientras miro su coño en la pantalla de mi teléfono, y que mi vida se llena de poesía en este momento, mientras paso mi lengua por la pantalla.
Oh Francesca!! Si te pones una falda bastante corta, la fiesta vendrá a tí
- "¡Bebe uno conmigo! Podrás leer la mente después de unos pocos de estos." Insistió Francesca y sirvió la absenta en todos los vasos que estaban a su alcance. Contándolos, tocamos a dos vasos para cada uno de nosotros.
Era el cumpleaños de Francesca. La verdad era que Pauline envidiaba a Francesca porque las tetas de Francesca eran falsas, pero grandes y bonitas. Las tetas de Pauline eran de verdad, pero eran pequeñas y feas. Era por esta razón que Francesca siempre acaparaba toda la atención.
Francesca nos hizo beber el primer vaso de absenta como si fuera un disparo. El segundo vaso nos dejó pegados al sofá. Yo no me moví de su lado.
"Sabes", dijo mientras nos acomodamos en una profunda conversación, "hay una diferencia entre un cuarteto y una orgía ..." Oh, bien, una de esas conversaciones en las que terminaremos follando y donde no tendré nada significativo que aportar. "Una orgía es fácil, pero un cuarteto ... tienes que ser un director. Tienes que tener la batuta para tomar el control de la situación. No es sólo una negociación de partes corporales a colocar sino un juego psicológico profundo. Le pregunté a Francesca si recordaba haber visto la película "Una proposición indecente", sin quitarle la mirada del escote. No recuerdo lo que me contestó. Para entonces, ya la estaba besando.
Eso fue la otra noche. Ahora estamos enviando textos, tarde en la noche, diciendo todas las cosas que no podía decir cuando estábamos en casa de MIAMIGO. Nos enviamos guarradas y algunas fotos de nuestros coños y pollas. Pienso que Francesca es un ser divino, mientras miro su coño en la pantalla de mi teléfono, y que mi vida se llena de poesía en este momento, mientras paso mi lengua por la pantalla.
Oh Francesca!! Si te pones una falda bastante corta, la fiesta vendrá a tí
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