domingo, 22 de octubre de 2023
Solidaridad Generacional
El insulto
Y un día me insultó. No me lo esperaba. Pensaba que eso nunca podría pasar, pero pasó. Me insultó. La discusión ya no fue entre amigos, ni entre amantes, ni entre confidentes. Sentí que ya no me quería. Que el insulto anulaba más de quince años de amor y complicidad. Nos puso a un lado y a otro, enfrentados en una relación de poder y violencia.
De repente, ella pasó al otro lado, al lado contrario, contra mi, y me insultó y luego reafirmó el insulto y yo no supe reaccionar o más bien reaccioné como siempre, inhibiéndome del problema, tomando distancia, como si no fuese conmigo y me aparté. Es lo que hago con la gente que quiero cuando me atacan, me aparto, intento desaparecer y dejo de escuchar, espero, intento pensar que ya decidiré lo que significa lo que me han dicho.
Paro la discusión diciendo que me dejen en paz , que no me hablen, que se acabó. "A la mierda", "a tomar por culo", "déjame en paz". Lo hago así, por la ira. Por el control de toda esa energía que se desata en esos momentos y que no traen nada bueno.
Luego me voy a dormir y desaparezco.
sábado, 14 de octubre de 2023
Represión o cura
viernes, 13 de octubre de 2023
Todos los presentes tienen su propio futuro
El fascismo es sexy por naturaleza
martes, 10 de octubre de 2023
Violación
La espera
Mi amor vendrá
y abrirá de repente sus brazos
para estrecharme en ellos,
comprenderá mis miedos, observará mis cambios.
Desde la negra lluvia, desde la densa oscuridad,
sin siquiera cerrar la puerta del taxi,
subirá la vetusta escalinata,
ardiente de amor y alegría.
Entrará sin llamar,
tomará mi cabeza entre sus manos
y de una silla su abrigo azul de piel
resbalará dichoso.
Yevgueni Yevtushenko
Mi casa es esta mujer
lunes, 9 de octubre de 2023
Expresiones faciales descontroladas ante la aceleración de la historia y reducción del presente.
Paris está llena de chinches
Me dicen que París está llena de chinches y que no se dice por los medios, porque no es bonito, pero que hay una plaga.
Recuerdo pasear por los jardines próximos a la Torre Eiffel de noche y ver las ratas corriendo por todas partes. En las series americanas parece habitual tener una rata en casa si vives en Nueva York. Tengo un miedo obsesivo por este tipo de bichos y espero que en España no tengamos que convivir nunca con ratas. Por todo lo demás, París sigue siendo uno de los sitios más bonitos del mundo, a pesar de las ratas y de las chinches.
La belleza muchas veces esconde el olor insoportable de la podredumbre, como en Versalles con los orines y defecaciones tras las cortinas de toda la nobleza francesa de la época.
Imagino un montón de sitios donde a día de hoy el perfume del dinero intenta ocultar la miseria y putrefacción sobre la que se asienta la riqueza del primer mundo.