domingo, 22 de octubre de 2023

El insulto

Y un día me insultó. No me lo esperaba. Pensaba que eso nunca podría pasar, pero pasó. Me insultó. La discusión ya no fue entre amigos, ni entre amantes, ni entre confidentes. Sentí que ya no me quería. Que el insulto anulaba más de quince años de amor y complicidad. Nos puso a un lado y a otro, enfrentados en una relación de poder y violencia.

De repente, ella pasó al otro lado, al lado contrario, contra mi, y me insultó y luego reafirmó el insulto y yo no supe reaccionar o más bien reaccioné como siempre, inhibiéndome del problema, tomando distancia, como si no fuese conmigo y me aparté. Es lo que hago con la gente que quiero cuando me atacan, me aparto, intento desaparecer y dejo de escuchar, espero, intento pensar que ya decidiré lo que significa lo que me han dicho. 

Paro la discusión diciendo que me dejen en paz , que no me hablen, que se acabó. "A la mierda", "a tomar por culo", "déjame en paz". Lo hago así, por la ira. Por el control de toda esa energía que se desata en esos momentos y que no traen nada bueno.

Luego me voy a dormir y desaparezco.

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