jueves, 28 de noviembre de 2019

PASANDO EL TIEMPO


El cielo se sobrescribe en azul
Una brisa cálida se desliza
a través de la rendija de una bragueta entreabierta
mientras el sol amamanta
campos enteros de nabos empalmados
Apetece vino blanco y cerveza
Desparramarse bajo la sombra
de las ranas del estanque
y dormir y dormir
sin hacer nada
Necesitas días, meses
calendarios enteros de no hacer nada
Lustros de ausencia
de urgencias sofocadas
de coitos consumados
FOLLAR FOLLAR FOLLAR!!!!
Joder es más importante
que el alquiler del piso
o unos pantalones bien planchados
Follando escucho una orgía de clarines y palmeros
Los ángeles lloran y se meten
dedos por el culo
mientras Dios me graba en SuperOcho y
100.000 vírgenes me hacen
la madre de todas las mamadas
El realismo sucio
es un pasado de espanto
Un retrete con la mierda al cuello
Un culo sin agujero
El infierno es una pila de platos sin lavar
Un saco de camisas que planchar
Un rosario de cuentas que pagar
Trabajo para vivir
¡Mentira!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Trabajo para ganar $DINERO$
No hay nada digno
en el $DINERO$
La gente se mata por dinero
Follarse a una cría de doce años
cuesta dinero
Meter tus huesos en un nicho con goteras
cuesta dinero
No soporto a los imbéciles
Pero tampoco a los intelectuales y a los listos
No me interesan las noticias de los periódicos
de los telediarios
de los partes horarios de la radio
Sé que los políticos me sisan en las vueltas
Que los maridos zurran a sus mujeres con el amor de la [locura
y que los hombres yacen con el pecho abierto
en una trinchera de mierda y miedo
lejos de sus casas
Es siempre así
Todos los días así
Las cosas son como son
y está bien saberlo
Camino por los albañales de esta ciudad destruida
con la mirada abstrusa del extranjero eterno
Entro en una sala de exposiciones desierta
Cuadros y más cuadros
Lienzos, grabados, dibujos con tinta china
Estatuas policromadas, fotografías pintarrajeadas
Manifiestos artísticos, panfletos políticos
Nada que ver con el verdadero estilo
Ni siquiera con el arte
El mundo está lleno de palabras
De intenciones, de esperanzas
Demasiados artistas
Demasiados dioses y locos y borrachos
e inspectores de hacienda y charcuteros macilentos
que no entienden que
100 gramos
de mortadela boloñesa
NO SON 150
El sol hinca sus dientes en la avenida
Montones de cascotes se hacinan en los márgenes
Apilados amorfos desmayados como plomo derretido
La gente desparrama sus culos por las terrazas de los cafés
Un cañaveral de piernas entrecruzadas
oculta el esplendor divino de lo eterno femenino
Beben cerveza con gaseosa y limón
y tónica y Coca-Cola con derecho de aceitunas
y pasan el tiempo
sólo pasan el tiempo
y pasan
y pasan
Los gorriones gambetean las migajas del destino
Vuelan y comen
Cagan por donde quieren y se tiran pedos
Joden de cuando en vez
No está mal,

la verdad

Rafael López Vilas

LA MARCHITEZ DEL VERANO


La gente parece desorientada por el sol. Todos deambulan sin concierto, sortean farolas, contenedores de basura, mierdas de perro. Como si no supieran qué hacer. El viento es frío y se pega a la carne. Se cuela bajo los vestidos y desordena los cabellos con una mano destemplada. La luz se ha desteñido igual que una vieja camisa. El segundero del reloj no para de correr. La carrera no se detiene, jamás lo hace, y los buitres se cuelgan de los tejados esperando una oportunidad. Todo es absurdo. El tiempo lo es. También lo es dios. Y los hombres. Los hombres son absurdos. Creen, piensan, inventan. Sus cerebros alojan la atrofia del miedo. Y lo hacen gratis. La estupidez es gratis. También hablar. El dolor no. Tampoco la ausencia. El miedo. La SOLEDAD. La libertad está ahí mismo, pero el otoño ha podado los árboles segando sus almas a tijeretazos. Las flores agonizan en un campo de asesinos. Todavía hay verano, parece que diga el calendario y el mar muerde la orilla con los dientes de los peces muertos. Sus olas se balancean como una ecuación imperfecta sobre los castillos de arena. La sangre se ha vuelto fría en mis venas. Fluye embozada, como un caramelo de amargura que se diluye. Como una luz que se apaga, fundida por una tristeza de plomo. El sol se va donde duermen los pájaros. Donde marchan las ilusiones. Donde mueren todos estos años. Aquí queda la amargura. Una página estrangulada de un periódico. Una fotografía que recuerda que algún día, fui joven y hermoso. Debí darme cuenta entonces. Era mentira. Todo lo era. Lo que decían. Los besos. El futuro. El silencio del vino. La verdad. La lucha no continúa. Sólo las manecillas lo hacen. Hasta que nada quede, y todo se cubra de tierra.

Rafael López Vilas

NEWSPAPERS TODAY



Es lunes y son las 10:40 de la mañana. Estás sentado tomándote un café y leyendo el periódico y ves las fotos que retratan a todos esos tipos. Políticos, empresarios, sindicalistas, apostadores de opas hostiles, banqueros. Lo sabes. Claro que lo sabes. Me roban, piensas. Me estafan. Es así en cada página. En cada noticia. El drama se repite todos los días. Bombas, ataques preventivos, la hambruna tercermundista, los exodistas desplazados, el terrorismo oriental, el terrorismo occidental, la hecatombe bursátil, la inoperancia judicial, la corruptela gubernamental, los desahucios, los recortes, los escraches de los perroflautas, la manipulación periodística.

La historia se repite y no parece que NADIE hadido tu ayuda, pero tu teléfono está apagado o fuera de cobertura. ¿Qué pretenden? ¿que os despidan a todos? Si han sido ellos los despedidos, está claro que algo no hacían bien. Además, piensas que protestar no sirve de nada. Que la dignidad no calienta tus garbanzos ni paga el alquiler. Está bien, chico. No te gastes. Soy capaz de aceptarlo. La barricada nunca ha sido tu sitio. Las cosas van mal o peor, pero, ¿qué podías hacer, no? Preferiste agachar la cabeza y sentarte en tu sofá a esperar. Las cosas cambiarán, dijiste mientras aplaudías a rabiar los goles de Messi o de Cristiano Ronaldo a la Hacienda Pública. El tiempo se encargará o lo harán otros. Dios, por ejemplo. La suerte. La casualidad. Si no te mueves nadie te disparará entre los ojos y la mano de tu amo no golpeará tu hocico. La mierda no va a salpicarte a ti. La mezquindad no es un estado ánimo. Es tu condición. Lo que eres. Pero tú continúa así. Sigue haciendo caso de los periódicos. De los telediarios. Esa gente sabe exactamente qué decir. Toda una vida de eslóganes, de electroshock panfletario y de lavados de cerebro. Pero te sobreestiman. Con sólo unas monedas hubiese bastado. No quieres pelear. Alzar la voz. Decir que no. O que sí. Te limitas a acatar. A asentir con la mortaja cómplice de tu silencio mientras todo se destruye a tu alrededor. Tu culo, amigo, es lo que importa. Ellos lo saben bien. Que la mierda que llevas dentro siga rodando por la escalera del váter. Arrodillado. Sumiso como un viejo payaso de trapo. ¡Protesta, hermano! Di lo mucho que te molestan los baches de las calles, los zurullos de perro que decoran las aceras o lo poco que trabajan los barrenderos que recogen tu basura. Pero hazlo en voz baja. Eres pobre. Miserable. Un estúpido aspirante a una vacante de clase media que se arrastra por la vida con los bolsillos vacíos, repiqueteando con tu voto torticero como un pájaro carpintero en la urna de tu señor. Deja que otros se encarguen del trabajo sucio. No te manches las manos y sigue esperando. Créeme. La cordura no es rival para la estupidez. La razón no sirve con ella. Tampoco la inteligencia. ¡Huye! Lo has hecho toda tu vida. Dicen que correr es de cobardes, pero los cobardes superviven. Igual que las cucarachas o las ratas.

Al fin y al cabo, tampoco te ha ido tan mal. Deja que los demás caigan. Que aprendan lo que cuesta la vida mientras los amos del universo se enriquecen.

Ahora, termínate el café y cuando al salir de la cafetería te encuentres con el desahucio de ese matrimonio jubilado, o con los tipos de las preferentes, o con los que protestan porque sus hijos estudian en barracones con goteras o por la privatización de los hospitales o por la ley mordaza o porque la empresa ha preferido cerrar la fábrica, porque los chinos o los taiwaneses o los pakistaníes trabajan más barato, o porque las mujeres mueren a manos de los hombres o cobran menos que los hombres o se las discrimina en favor de los hombres, porque tienen que parir, fregar, barrer, cambiar pañales, cocinar, hacer las camas y abrir bien las piernas para recibir a sus maridos con una jodida sonrisa vertical, no te lo pienses, muchacho, cruza de acera y sigue caminando, pensando que la vida es así, que las cosas son como son y que, chico, al fin y al cabo, esto es lo que hay, ¿no?

Rafael López Vilas

sábado, 23 de noviembre de 2019

Un marciano envía una postal a casa



Los caxtones son pájaros mecánicos con muchas alas
y algunos son muy apreciados por sus marcas,
hacen que los ojos se derritan
o que el cuerpo chille sin dolor.
Nunca he visto que vuelen, pero
a veces se posan en la mano.
La niebla es cuando el cielo se cansa de volar
y reposa su blanda maquinaria sobre el suelo:
entonces el mundo está borroso y libresco
como grabados bajo papel de seda.
La lluvia es cuando la tierra es televisión.
Tiene la propiedad de oscurecer los colores.
El Modelo T es una habitación con la cerradura por dentro,
con girar una llave el mundo se libera
en movimiento, tan rápido que hay una película
que ver para cualquier cosa que te pierdes.
Pero el tiempo está atado a la muñeca
o metido en una caja, haciendo tic-tac con impaciencia.
En las casas, duerme un aparato encantado,
que ronca cuando lo descuelgas.
Si el fantasma llora, se lo llevan
a los labios y lo sosiegan con sonidos hasta que
se duerme. Y, sin embargo, lo despiertan
deliberadamente, haciéndole cosquillas con un dedo.
Sólo a los pequeños se les permite sufrir
en público. Los adultos van a una celda de castigo
con agua pero sin nada que comer.
Echan el pestillo y sufren los ruidos
solos. Nadie se libra
y el dolor de cada uno tiene un olor diferente.
De noche, cuando mueren todos los colores,
se esconden por parejas
y leen sobre ellos mismos,
en color, con los párpados cerrados.

Craig Raine

No mates al ganso dorado

Lo dijo Malcolm:


Siempre me siento más cómodo en un entorno caótico. No sé por qué es eso. Creo que el orden es aburrido. Hay algo acerca de este tipo de deseo de orden, particularmente en las culturas anglosajonas, que expulsa esta capacidad para que las calles se conviertan en un lugar realmente exótico, amorfo, caótico y orgánico donde las ideas pueden, básicamente, desarrollarse.

Robar cosas es una ocupación gloriosa, particularmente en el mundo del arte.

En la mañana


Everybody likes Rubbish


miércoles, 13 de noviembre de 2019

domingo, 10 de noviembre de 2019

Todos los hijosdeputa del mundo


Todos los hijosdeputa del mundo telefonean a Madrid para felicitar a los Neo-Franquistas que han doblado sus votos en menos de seis meses. Llama Marine Le Pen y llama Salvini. Mucha gente lo celebra y salen banderas nacionales por todas partes. Los pueblos de Castilla y los barrios obreros de Madrid y toda Andalucía y Murcia y todo el centro de la península se alimentan de odio y votan contra la Inmigración y contra los homosexuales y contra la violencia de género y contra el feminismo y contra los Catalanes y contra los Vascos y se hacen grandes sabiendose E.S.P.A.Ñ.O.L.E.S. Seis millones y medio de Españoles de verdad. Seis millones y medio de Hijosdeputa. Porque para ser Español hay que ser un HIJOPUTA. Un PATRIOTA. Un IDIOTA. Hay que ser ESPAÑOL. INCULTOS que rezan: A POR ELLOS. Gente que odia, que está en contra de otra gente. Porque para qué pensar, si puedes odiar. La gente no importa. España es lo más importante. Y ser Español es odiar y es ir "a por ellos".

Pues bien, Yo no soy Español, nunca lo he sido. Me da vergüenza la puta bandera y me asquea el Rey y la Reina y me siento totalmente estafado con un régimen impuesto como fue el de Franco. Yo soy de Madrid y me da mucha vergüenza toda esta gente, que aquí mismo, quiere convertir la ciudad en la que vivo, de la que me siento propio y orgulloso, donde me siento libre, donde me siento de Madrid,  el lugar abiertamente libre que entre muchos hemos convertido, en la puta mierda fascista que me traen. Con sus miedos, sus prejuicios, su incultura y su resentimiento. Gente que veo todos los días, que se criaron aquí. Que sus padres emigraron desde Extremadura o Segovia o Murcia o La Mancha y que tienen unos trabajos de mierda y el mono lleno de grasa y que deciden votar contra mí y mi familia antes que reivindicar sus derechos y hacer esta ciudad mas grande, mas abierta aún y mas orgullosa de sí misma. Porque es mucho más fácil odiar a alguien que reclamar un derecho. El obrero agradecido que vota al señorito y que da las gracias para seguir puteado pero feliz de dar culo al mas desfavorecido. Porque es mucho mas fácil putear al débil que enfrentarse al fuerte. Todos los hijosdeputa del mundo están felices, hoy en E.S.P.A.Ñ.A.

viernes, 8 de noviembre de 2019

No quiero votar


Yo no quiero votar. No puedo votar. Eso de votar es un poco de idiotas. Los idiotas votan y luego aplauden a su candidato si resulta ganador y la emoción es tan grande que ya les da igual que al día siguiente hagan todo lo contrario de lo que prometieron, porque cuando uno vota y su voto da una victoria, es como sentirse con razón. Uno es la voz que preside, la que importa, y da igual lo que se haga después, porque eres importante.

Y si tu voto no da una victoria, tampoco cambia mucho la historia. Vas a estar cuatro años negando y criticando cualquier medida o ley u opinión del Gobierno residente. Aunque en muchas ocasiones hagan exactamente lo que el partido al que pensabas votar prometía en su programa. Porque al final todos hacen un poco lo mismo que es llenar los organismos públicos de gente de su confianza para después no saber que hacer, y como no saben que hacer, pues hacen lo que toca.

Y que pasa si no hacen lo que toca, porque el partido de turno que gana unas elecciones va de original. Pues que crean inestabilidad en los mercados y  los medios de comunicación se quejan y  todo termina en unas nuevas elecciones donde volver a recolocar los asientos.

Un estudio, en una Universidad de prestigio, dice que una razón de toda esta mierda es que se vota por sentimiento y es como ser del Madrid o del Barcelona. El voto es emocional. Y entonces si vas a votar, para que pensar si se puede sentir.

Yo no quiero votar. Miro la tele y aparecen los candidatos mayoritarios y me parecen todos unos gilipollas. Me lo parecen porque lo son. Ahí están el Casado, el Iglesias, el Rivera, el Sánchez y el Abascal. Podrían estar en un debate televisivo o cenando después en el asador donostiarra o en el restaurante de moda, se comportan de la misma manera. Son insoportables. No se van juntos a cenar porque no se aguantan. Son la representación máxima de la estupidez. Todos corresponden a un estereotipo. Desde el facha arrogante hasta el rojo con Chalet pasando por el Friki indeterminado con adoquines de muestrario. Luego acompañan la escena el representante del Gobierno en funciones que parece un maniquí y la derecha tradicional que no sabe si ser moderna o tirar por la nostalgia mas carca a favor de las encuestas. Es como de patio de colegio.

Ahora me dicen que tengo que votar, que la derecha siempre vota mientras la izquierda se divide. Que mi voto importa. Que hace falta. Porque la derecha piensa en la rentabilidad económica mientras que la izquierda se divide en las ideas. La derecha vota, la izquierda no. Y todo eso que implica que si no voto seré culpable de que la gentuza fascista que se asoma por todas partes tome el poder. 

Deseo que toda esa puta mierda de gente que presume de ser tan de derechas, tan patriota, tan moral y tan religiosa y que piensa que puede decidir sobre la condición, el sexo o el origen de los demás se pudra en la ignorancia de su propio ser. Pero no con mi voto. No quiero participar. Porque mi voto permite que esta gente esté discutiendo si ser homosexual es o no es una enfermedad o que si Franco era un dictador o no o que si a lo mejor es mejor prohibir partidos políticos contrarios a sus ideas. Mi voto me pone a igual con el que vota ser un hijodeputa. Y eso no me deja tranquilo.

Ahora, ¿que se puede hacer?, porque si no voto resulta que permito que esta misma gentuza obtenga posiciones de poder donde puedan decirme exactamente lo que puedo pensar o decir. Y si voto, pues participo de encumbrar al poder a alguien que desde antes me parece un mentiroso.

Debería votar solo para evitar que el fascismo crezca. 
Y no debería votar para evitar que los falsos profetas de la nueva izquierda aplacen la compra de Chalets.

El Domingo después de votar o no votar me tomaré el aperitivo con los amigos. Pasaré la tarde deambulando por la Latina, Me tomaré un GinTonic o varios y después seré Feliz de vivir en DEMOGRACIA.

El Lunes la misma mierda

Demasiado tarde para morir joven


Hay días que, cuando acaban, te dan la sensación de que no solo es el día el que termina, sino parte de ti. Te quedas como un poco más vacío. Con suerte llegas a tiempo de ver las noticias de las nueve y luego parece como que eres un poco menos tú. Como si cada día que pasa te quitasen un pedazo. Como si cada vez estuviese mas lejos lo que eras y cada vez mas cerca lo que serás.

Comprender

No hay que pretender comprenderlo todo
Si te paras a comprender el agua, te ahogas.



TE




viernes, 1 de noviembre de 2019

El Problema del Mal



¿Es que Dios quiere prevenir la maldad, pero no es capaz? Entonces no es omnipotente. ¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces es malévolo. ¿Es capaz y desea hacerlo? ¿De donde surge entonces la maldad? ¿Es que no es capaz ni desea hacerlo? ¿Entonces por qué llamarlo Dios?

Paradoja de Epicuro


Huir de situaciones confusas


Septiembre de 2017
Muy cerca de la Gran Vía, un hombre de unos cincuenta años, bien vestido, pero evidentemente enajenado, gesticula mientras abre los brazos para darte un abrazo. Tú, intentas evitarlo, le das un beso en la mejilla y sigues corriendo en tu rutina de running diario. 

Octubre de 2019
Otro tipo de edad indeterminada entra en DelGallo, en el barrio de Malasaña de Madrid, con las manos llenas de sangre, la cara llena de sangre, el pecho lleno de sangre y sin capacidad para hablar. Solo con gestos te dice que quiere mirar. Cuando se acerca a la sección de ropa le dices que mire pero que no toque porque va a mancharlo todo de sangre. El tipo te dice que Sí con la cabeza y luego tarda diez minutos en orientarse y llegar hasta la puerta a tres metros de distancia y despedirse sonriendo, levantando la mano chorreando de sangre.

Marzo de 1993
Una mujer, que no conoces, te promete amor eterno en las escaleras de la estación de tren de Méndez Alvaro mientras te diriges al metro. 

Octubre de 2019
Observas a otro hombre en un semáforo de Orcasitas dudar en cruzar hacia un lado u otro y avanzar dos o tres pasos para inmediatamente volver y cambiar de semáforo y repetir los movimientos de forma compulsiva y finalmente retroceder sobre la acera en línea recta.

Enero de 2007
Una mujer de Valencia te llama por teléfono para decirte que su marido se tira a tu mujer. Le contestas que no tienes mujer, que estas solo. Te contesta que estás equivocado, que no estas solo y que tu mujer se tira a su marido. Esa semana te llama varias veces intentando convencerte de que tienes mujer.

Abril de 2016
Conduces por Taramundi y te quedas ciego. Paras el coche para cambiar de conductor. Estas muy asustado. es la segunda vez que tienes un episodio de este tipo en un año.

Junio de 2018
Tu hijo se tumba en el suelo del salón de tu 3ºA, te llama por teléfono y te dice que llames a una ambulancia porque no puede respirar. Sabes que no es verdad. Tu le contestas que se espere porque en ese momento estás trabajando y tardarás al menos tres horas en poder llegar. 

Octubre de 2002
Enciendes la televisión y en Gran Hermano entra a concursar una chica con la que te acostaste unas semanas antes. Te inquietas pensando en que momento hablará de ti a toda la audiencia y tu vida se volverá una mierda. Luego pasan las semanas y compruebas que no habla nada sobre ti y que estás a salvo.

Julio de 1993
Sales del Blue Velvet de la Plaza de Olavide, donde bebes con unos amigos y no dejas de caminar hasta que te encuentras en Mendez Álvaro junto a la M30. Es de noche. No puedes cruzar al otro lado. Te vuelves. Cuando llegas de vuelta ya es muy tarde. El bar cerró. Tus amigos no están. Está amaneciendo.

Marzo de 1992
Un colegio entero te persigue por la Gran Vía para pegarte a la salida de una discoteca. No sabes que has hecho para molestarles tanto.

Diciembre de 2004
Sales a buscar el coche y no lo encuentras. Después de andar por los alrededores de tu casa durante dos horas, terminas recordando haberlo dejado el día anterior cerca de María de Molina. Tardas otras dos horas más en llegar en Metro y dar vueltas hasta encontrarlo, pero has olvidado las llaves. Vuelves a casa, coges las llaves, vuelves a María de Molina, arrancas tu coche y te vas a casa.

Mayo de 2010
De repente te pones a sangrar de madrugada sobre la almohada. Te levantas. Te lavas. Hechas todo a lavar y te acuestas en el sofá del salón boca arriba mientras escuchas a los vecinos follar a gritos.

Mayo de 2013
Corres por los pasillos del Gregorio Marañón de la calle Ibiza, intentando alcanzar a tu hijo después de enterarse que su madre le quiere ingresar en la unidad de psiquiatría infantil. Corres para atraparlo mientras deseas que escape.

Junio de 1986
Tienes 16 años cuando te desvaneces en una tienda de discos de la plaza de Vázquez de Mella. Unas semanas antes te desvaneces en misa. Unas semanas más antes te desvaneces en la calle debajo de casa. Por entonces, tus padres te llevan continuamente a médicos que no encuentran nada con lo que poder definir una enfermedad.

Febrero de 1994
Una chica te quiere mear, mientras estas inconsciente, en los jardines de la facultad de Bellas Artes de la Complutense, un día de Carnaval.  Hablan sobre tí, te conocen. Su amiga le quita la idea y se van.

Agosto de 2014
En una autopista de Francia dirección París, un chico de unos catorce años sale corriendo de un coche que frena de repente y cruza  entre los coches en dirección contraria. Salta la mediana. Aceleras justo antes de ver como se te echa encima y no le atropellas.

Noviembre de 2019
Ahora estas en casa recordando muchas otras situaciones confusas de las que necesitabas escapar.