sábado, 23 de noviembre de 2019

Un marciano envía una postal a casa



Los caxtones son pájaros mecánicos con muchas alas
y algunos son muy apreciados por sus marcas,
hacen que los ojos se derritan
o que el cuerpo chille sin dolor.
Nunca he visto que vuelen, pero
a veces se posan en la mano.
La niebla es cuando el cielo se cansa de volar
y reposa su blanda maquinaria sobre el suelo:
entonces el mundo está borroso y libresco
como grabados bajo papel de seda.
La lluvia es cuando la tierra es televisión.
Tiene la propiedad de oscurecer los colores.
El Modelo T es una habitación con la cerradura por dentro,
con girar una llave el mundo se libera
en movimiento, tan rápido que hay una película
que ver para cualquier cosa que te pierdes.
Pero el tiempo está atado a la muñeca
o metido en una caja, haciendo tic-tac con impaciencia.
En las casas, duerme un aparato encantado,
que ronca cuando lo descuelgas.
Si el fantasma llora, se lo llevan
a los labios y lo sosiegan con sonidos hasta que
se duerme. Y, sin embargo, lo despiertan
deliberadamente, haciéndole cosquillas con un dedo.
Sólo a los pequeños se les permite sufrir
en público. Los adultos van a una celda de castigo
con agua pero sin nada que comer.
Echan el pestillo y sufren los ruidos
solos. Nadie se libra
y el dolor de cada uno tiene un olor diferente.
De noche, cuando mueren todos los colores,
se esconden por parejas
y leen sobre ellos mismos,
en color, con los párpados cerrados.

Craig Raine

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