«Ten piedad de mi larga miseria»
Le fleurs du mal
Charles Baudelaire
...
Tú que eres tan sólo
una herida en la pared
y un rasguño en la frente
que induce suavemente a la muerte:
tú ayudas a los débiles
mejor que los cristianos
tú vienes de las estrellas
y odias esta tierra
donde moribundos descalzos
se dan la mano día tras día
buscando entre la mierda
la razón de su vida;
yo que nací del excremento
te amo
y amo posar sobre tus manos delicadas mis heces.
Tu símbolo es el ciervo y el mío la luna:
que caiga la lluvia sobre
nuestras faces
uniéndonos en un abrazo
silencioso y cruel en que
como el suicidio, sueño
sin ángeles ni mujeres
desnudo de todo
salvo de tu nombre
de tus besos en mi ano
y tus caricias en mi cabeza calva
rociaremos con vino, orina y sangre
las iglesias
regalo de los magos
y debajo del crucifijo
aullaremos.
Sólo la nieve sabe
la grandeza del lobo
la grandeza de Satán
vencedor de la piedra desnuda
de la piedra desnuda
que amenaza al hombre
y que invoca en vano a Satán
señor del verso,
de ese agujero en la página
por donde la realidad
cae como agua muerta.
La grandeza del lobo
no es penumbra ni aire
es sólo el fulgor de una sombra
de un animal herido en el jardín de noche,
mientras tú lloras
como en el jardín un animal herido.
Los perros invaden el cementerio
y el hombre sonríe,
extrañado ante el misterio del lobo
y los perros invaden la calle
y en sus dientes brilla la luna
pero ni tú ni nadie,
hombre muerto
espectro del cementerio
sabrá acercarse mañana ni nunca
al misterio del lobo.
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