jueves, 11 de junio de 2020

Escuchando KID A de Radiohead



En el año 2000, en el coche, un Sábado por la mañana. Voy a ver a un cliente, se llama Manuel, que por entonces también era amigo y que después dejó de ser amigo, y después dejó de ser cliente, y más tarde su local dejó de ser un local moderno y se convirtió en un "chino" donde vendían botes de cerveza. Pero esa no es la historia. El caso es que por entonces los sábados por la mañana los dedico a visitar clientes y el caso es que muchos de ellos son también amigos.

En el año 2000, en el coche, un Sábado por la mañana. Tengo una cassette grabada de Radiohead, que me regaló Emilio. Lleva varias semanas rodando por el coche, y no le he hecho ningún caso.

Emilio me dijo: "Tienes que escuchar ésto".
Y Yo dije: "Vale", y no dije nada más.
Pero por entonces toda la música del mundo me daba igual.

Pensé que hacía tiempo que Kurt Cobain había muerto y que no tenia ganas de escuchar más de lo mismo. Y menos aún, más de lo mismo, de un grupo del que pensaba que no era más que las ventas de discos que Nirvana ya no haría nunca.

Pensaba que la música se había vuelto aburrida y repetitiva y que la electrónica era lo que tocaba escuchar poniendo cara de pasar un poco de todo con ayuda de las drogas necesarias o innecesarias. Pensaba en todo eso que se llaman prejuicios, mezclados con una depresión de la que poco a poco estaba saliendo.

Porque por entonces, por primera vez en mi vida, había dejado de escuchar música. Durante un tiempo, no quise saber nada de música. Estaba a menos que cero. Por entonces, tenía casi treinta años y dos hijos y una ex-mujer que me quería asesinar, y que me quería asesinar de verdad. Y lo había pasado fatal y apenas estaba saliendo de la muda de piel, de lo que no era, para volver a intentar lo que en realidad soy. 

Estaba mal, muy mal, peor que mal. Nadie sabía lo mal que estaba, pero estaba muy mal. Ni yo sabía lo mal que estaba, porque solo pensaba en mis hijos y en evitar que mi ex-mujer acabase conmigo cualquier día o cualquier noche. Porque, a pesar de estar separados, seguíamos follando.

Estaba totalmente trastornado, triste y demente. No sabía a donde iba y no tenía sensación de que existiese un futuro sino un momento final.

Ahora lo sé, estaba deprimido, pero por entonces, simplemente conduzco a ver un cliente como cualquier Sábado por la mañana.

El disco se llama "KID A", y lo pongo. Al cabo de 10 minutos tengo que parar el coche. No me creo lo que estoy oyendo. En ese momento pienso que es lo mejor que he escuchado en toda mi vida, mis neuronas están desatadas. Es una Revelación, una Epifanía, casi me pongo a llorar. A la vez pienso que ésto no se repetirá jamás, que este momento es único. Siento el calor y el sol y respiro profundo atrapando ese preciso momento. Llamo a Emilio y le digo todo ésto, y le digo que tenía que llamarle porque no podía creer que se pudiese hacer una música como ésta. Y le digo que si todavía se puede hacer algo así, entonces todavía se pueden hacer cosas, que creo en la pintura, en la poesía  y que sigo creyendo en el amor y la amistad  y que hay  esperanza, y que creo que hay sitio para algo más. Que todo se puede solucionar. Que me siento igual de triste que cualquiera de las canciones que estoy escuchando, pero que he descubierto toda la belleza que existe en mi tristeza, y que mi tristeza me puede salvar. Le digo que el día que Kurt Cobain se pegó un tiro, yo hubiese hecho lo mismo pero que no lo hice porque aquí no hay armas en las casas. Que ese día estaba tan triste como Kurt y que lo entendía todo.

Nunca pensé en matar a mi mujer, pero muchas veces pensé en desaparecer.
La música volvió de repente a hacerme comprender.
De repente, entró un montón de música más en mi ánimo, cada vez más entero, cada vez más lleno de amor y esperanza.

Ese año escuché Radiohead una y otra vez, pero también escuche otras muchas cosas y la música me acompañó, como antes siempre lo había hecho y pensé que podía vivir otras vidas propias, y que igual que la música cambiaba, yo también cambiaba. 

Ahora, sigue siendo igual. La música es lo que me hace sentir, mucho más que cualquier otra cosa.
Y eso es poco más o menos lo que recuerdo, escuchando el Kid A de Radiohead.
A propósito de la música que te ha hecho ser lo que ahora eres.

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