sábado, 13 de junio de 2020

Escuchando a los Sex Pistols


"Never Mind the Bollocks, Here's the Sex Pistols" es el disco que más veces he escuchado. Desde los 15 años y hasta ahora, una y otra vez, todo el tiempo. 

La banda sonora de mi vida empieza aquí.
Aclaración: Este disco no se puede escuchar bajito.

Porque este disco es una forma de ser y de pensar y de cuestionar absolutamente todo. Y lo hace con toda la energía y la violencia posible. "La Ira es una Energía" decía unos años más tarde John Lydon. 

Estuve viendo a P.I.L. el 16 de Octubre de 1986 en la Sala Astoria de Madrid. Yo entonces tenía 16 años y sudaba agitado en la pista mientras John Lydon berreaba, sin parar, slogans que me llegaban al alma y que me definirían para siempre. Yo entonces era un Punk adolescente que respiraba deprisa porque todo era emocionante.

En la barra de atrás, sin hacer mucho caso al concierto, estaban los Almodovar y los Berlanga y todos los hermanos mayores que ya por entonces parecía que todo les daba un poco igual. La gente de la Movida Madrileña que a nosotros nos parecían todos unos pijos que iban de modernos. Nosotros eramos de barrio de las afueras y estábamos mucho más enfadados y todo nos parecía importante.

John Lydon era un héroe jorobado. Era un Sex Pistols. Un Hijodelagranputa. Le adorábamos. Todos los chavales del extraradio queríamos abofetear al rey y a la reina y al principe y a las infantas y pasábamos de la movida y de Alaska y de toda esa mierda edulcorada y patrocinada. Eramos Punks. Lo que nosotros queríamos era reventarlo todo, colocarnos de anfetamina y quemar el congreso. Unos hijos de puta con imperdibles en las orejas. Nos metíamos en peleas y pensábamos que merecía la pena.

La entrada al concierto la conseguí participando en un concurso de dibujo de una revista de música de la época, creo que la revista era Ruta 66, pero no estoy seguro, ya no me acuerdo. Tenía que hacer un dibujo de Johnny Rotten, el cantante de los Sex Pistols. Dibujé a Rotten y gané el concurso. Me enviaron dos entradas. Una para mi y otra para mi amigo Fernando. 

Al finalizar el concierto, como eramos unos chavales sin dinero de los suburbios, volvimos a casa corriendo por una M30 que entonces no tenía túneles. Recuerdo correr por el arcén justo antes de llegar a la Avenida de Andalucía, Ciudad de los Ángeles y Villaverde, con sonrisa de idiota pensando ser parte de la historia.

Todo un Sex Pistols.

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