lunes, 1 de junio de 2020

Corre por tu vida


Camina bien lejos, y si puedes correr, corre. Escapa a cualquier otro sitio donde nadie te conozca. No busques un paraíso, porque los paraísos ya no existen. Tampoco existen los lugares tranquilos y apacibles. Las grandes oportunidades han dejado de existir, y creo que también han desaparecido las segundas oportunidades.

No busques un lugar tranquilo. No existe la campiña inglesa ni la toscana italiana ni el fiordo encantado ni la calle perfecta ni la avenida limpia ni el policía amable ni las segundas oportunidades.

Ahora, amanece y te duele la cabeza. Como no puedes hacer nada, no haces nada. Estás, pero no haces nada. Estas vivo, pero no puedes pagar el recibo de este mes. Y el mes se termina y empieza otro mes. Y siempre así. Ese tipo de lógica sin continuidad.

Piensas que has vivido equivocado pensando que el amor te salvaría. Que te mantendría a flote. Y ahora, que no queda nada, en realidad es verdad. Es el amor lo que te hace seguir adelante. Anónimo. Rumbo a ninguna parte. Con humor. Triste pero riendo. Comentas las últimas noticias de prensa. Y vuelves a enamorarte. Y otra vez. Cada mañana. Cada mañana, en el desayuno te vuelves a enamorar. Amanece y te duele la cabeza. Ella. Dice que falta pagar el siguiente recibo. Y así. Una y otra vez. Cansado pero enamorado. Sacando fuerzas donde no hay y volviendo a intentarlo. Por amor.

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