Todo está bien y todos estamos bien. Las calles se llenan y la carretera se llena y todo se llena. Las mascarillas a veces se llevan y a veces no se llevan. Las terrazas se llenan y las caceroladas en barrios pijos, se acaban en favor del Gin Tonic, en terrazas de barrios pijos. Playas y parques de botellón. Fiestas privadas. Reuniones familiares. Concentraciones en los barrios, alrededor de los "Chinos", para beber cervezas.
Los muertos se olvidan tan rápido como se olvidan los aplausos.
Un día te dicen que aplaudas y aplaudes. Otro día te dicen que no aplaudas, y no aplaudes.
Nadie me explica el porqué. Es así, es lo que dicen en televisión.
Ahora aplaudes, ahora no aplaudes.
Yonquis de la actualidad que ayer lloraban por nadie y hoy beben por todos, tratando de mantener el chute de contemporaneidad a golpe de like y de instagram y de perfiles varios en redes sociales. Protagonistas de todo: De estar confinado, y de intentar buscar algún familiar por lejos que sea que se muera para poder tener quién llorar, y luego superarlo y hacer pan casero y ejercicio y poder hablar de la experiencia de salir a caminar y de ver a los amigos, y lo que sigue. Puto coñazo de gente y cultura milenial. Diarios del confinamiento. Merchandising del virus. Influencers en casa. Todos mirando y comentando.
En televisión hablan de Cero Muertos y de la apertura de los centros comerciales. Casi en la misma frase nos dicen: Estás vivo, y hoy que no ha muerto nadie, siéntete alegre porque en medio país abren los centros comerciales. Ya eres de nuevo un ser completo, que vive. respira y consume. La gente aplaude a la entrada del Corte Inglés y el Corte Inglés aplaude la entrada de sus clientes. Las cámaras esperaban el momento, sabiendo que sería un momento emocionante digno de transmitir en los telediarios.
Todos estamos bien. Estamos vivos y no tenemos trabajo. No sabemos que hacer. Los bancos siguen buscando el beneficio. Nuestra derrota sigue siendo su beneficio. No sabemos que va a pasar y nos resistimos a pensar que todo consiste en que la nueva normalidad consista en la reapertura de los centros comerciales, porque la mayoría vivíamos al día, y el día a día se acabó hace ya tres meses.
Además, el día de mañana no cuenta con nadie. No ha dado tiempo a saber si estamos perjudicados o totalmente arruinados, si eres población activa o pasiva o si estamos en fase de exclusión. Nuestro futuro empieza ahora.
Estados Unidos está ardiendo, y el presidente se mete en el bunker de la Casa Blanca esperando un asalto.
El mundo entero está a punto de explotar.
Todo está bien y todos estamos bien.
Estamos vivos y llega el verano.
En la televisión dicen que empecemos a planear las vacaciones.
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