No es que me guste Madrid. Me gustan muchas ciudades, muchas. En muchas podría vivir. Incluso para siempre. En Bogotá podría vivir, porque me dirían como hacerlo. En Lisboa, con lo que me gusta, o en Roma. Podría vivir en Italia, casi en cualquier sitio. En París con los ojos cerrados, también en Burdeos y en muchas otras ciudades de Francia. Francia es un buen país donde vivir. En los Estados Unidos, en la florida. En España podría ir a la costa, y encontraría un millar de sitios donde todo resulta fácil y agradable, y con el mar mediterráneo siempre de fondo. También puedo pensar en Barcelona o en Bilbao. En el sur, con el calor de la gente y lo sencillo que parece todo, me imagino en Cádiz o en Málaga, también en Granada o en Sevilla, siendo feliz. Incluso podría vivir en un pueblo de Soria o de Burgos, a pesar del frío, cerca de la Demanda, donde poder entrar una y otra vez en el bosque, donde me encuentro tan bien. Ahora lo sé, Podría vivir en cualquier pueblo o ciudad europea y en muchas otras ciudades fuera de Europa.
Pero con ella. Con ella, podría vivir en cualquier sitio y sería nuestro sitio. Ahora, que no podemos salir de casa y que da igual donde estemos, estoy tranquilo, porque estoy con ella, y este es ahora mi sitio en el mundo.
Pero luego, cuando salgamos, si puede ser, que sea Madrid. Porque todos los sitios están bien, pero Madrid es la única ciudad que Quiero. Y todo el mundo sabe que vengas de donde vengas, si estás bien aquí, es porque eres de Madrid.
Miro la foto, y veo cómo el año pasado salíamos un sábado cualquiera a vernos con los amigos, justo a la hora del atardecer. Uno de esos atardeceres tan impresionantes, llenos de rosas y turquesas y morados que se ven casi todo el año, en el cielo de Madrid. Y pienso en lo feliz que he sido hasta este momento.
Hoy es Sábado, séptimo día de aislamiento obligatorio en España.
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