martes, 18 de noviembre de 2014

El día que tu y yo fuimos delicados

AFFAIR
de kim Addonizio
¡Dios!, qué sexual que es abrir una cerveza cuando habías jurado que no ibas a beber esta noche, tomar ese primer trago profundo, ver la espuma retroceder dentro del largo cuello de ámbar en la botella de Pacífico mientras te acomodas en la barra, el derramamiento en la cabeza que te obliga a doblarte para pegar tu boca contra el frío labio y beber, porque tú lo que eres es una bebedora, ¿no es cierto?—tal vez no una lujuriosa, no una alcohólica, al menos no todavía, pero la mayor parte de las noches tú no quieres un vaso con algo, no necesitas el gesto de alcanzarlo, levantarlo en lo alto, tragar y saborear la dulzura, o la quemadura, pues sabes que te vas a entregar a él como una amante, sin importar si él llena o no el globo goteante de tu corazón— ¿Ya no crees en intentar llenarlo, sin importar las probabilidades?, ¿no crees que aún pueda suceder? ¿No eres tú ese tipo de mujer?

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