El Loco Fred,
un Desviado Sexual Registrado para los homosexuales
y la Marina -y Nietzche- macho, era un caballero,
mi Don Quijote, y cuando algún motocicletista o aprovechado
del billar me llamaba Twiggy, él les gritaba tan fuerte
como podía, "la carne siempre es más dulce junto al hueso",
y en los días calmados cuando yo me quejaba que sólo me ganaba
la mitad de las propinas que las otras chicas go-go más sexys y
atrevidas, el Loco Fred siempre me daba un dólar, ponía su mano
sobre mi hombro, y me decía que yo era demasiado buena
para Todo Esto, y que algún día me casaría con un príncipe.
Nunca me casaría con un príncipe, pero algunos domingos
por las tardes, el Loco Fred me engordaba
con cenas para llevar, bistecs y langosta,
y algunos domingos por la mañana,
cuando éramos los únicos en Abner´s 5,
él me llevaba Dom Perignon y lo tomábamos
en taza y pan tostado. Melba untado con caviar Beluga,
y como no teníamos cuchillo, usábamos la manija
de cepillo de rimel Maybelline,
y el Loco Fred, mi Caballero de Estampa Loca,
levantaba su taza de Dom Perignon,
miraba los molinos de viento del aire
acondicionado descompuesto en el techo,
sonreía tan grande como sonríe la luna,
y decía, citando la rocola
en lugar de a Cervantes,
Fue un amor Groovy.
...
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