La gente no se da cuenta, pero la soledad está subestimada.
Pensamientos mientras te ahogas, despiertas y hueles el café.
Todo un universo barato y triste que está intentando decirte algo: Con la canción que tienes programada como alarma en tu teléfono móvil a las siete de la mañana, con la otra canción que suena al arrancar el coche a las 7:50, la sintonía de la serie que empieza al encender el televisor a las 21:30, y los avisos en megafonía que interrumpen la banda sonora del metro a las 8:45 y a las 20:30.
Piensas que, incluso en la misma zona horaria, nos separa más tiempo que distancia.
¡Mira Chaval! Estás esperando el tren en la parada del autobús.
Apaga las luces y pon a cargar el teléfono con la alarma programada. La gente no está atenta, pero la soledad está sobreestimada.
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