martes, 17 de junio de 2008

Nada de nada

" Los nadaístas invadieron la ciudad como una peste: de los bares saxofónicos al silencio de los libros de los estadios olímpicos a los profilácticos de las soledades al ruido dorado de las muchedumbres de sur a norte al encenderse de noche el día hasta el advenimiento de los neones y más tarde la consumación de los carbones nocturnos hasta la bilis del alba. Va solo hacia ninguna parte porque no hay sitio para él en el mundo no está triste por eso le gusta vivir porque es tonto estar muerto o no haber nacido. Es un nadaísta porque no puede ser otra cosa está marcado por el dolor de esta pregunta que sale de su boca como un vómito tibio de color malva y emocionante pureza: ¿Por qué hay cosas y no más bien Nada? Este signo de interrogación lo distingue de otras verdades y otros seres. Él es como una ola es una ola lleva encima su color que lo define revolucionario como es propia la liquidez del agua del hombre ser mortal del viento ser errante del gusano arrastrarse a su agujero de la noche ser oscura como un pensamiento sin porvenir. Ha teñido su camisa de revolución en los resplandores de los incendios en el asesinato de la belleza en el suicidio eléctrico del pensamiento en las violaciones de las vírgenes o simplemente en el barrio pobre de los tintoreros. Lleva su Camisa Roja como un honor como un cielo lleva su estrella como un semáforo produce su luz intermitente de catástrofe como una envoltura de "pall-mall" perfumando su pecho de adolescente. El Nadaísta es joven y resplandece de soledad es un eclipse bajo los neones pálidos y los alambres del telégrafo es, en el estruendo de la ciudad y entre sus rascacielos, el asombro de una flor teñida de púrpura en los deshechos de la locura. Tiene el peligro de los labios rojos y los polvorines mira los objetos con ojos tristes de aniversario es el terror de los retóricos y los fabricantes de moral es sensitivo como un gonococo esquizofrénico inteligente como un tratado de magia negra ruidoso como una carambola a las 2 de la mañana amotinado como un olor de alcantarilla frívolo como un cumpleaños es un monje sibarita que camina sin temblor a su condenación eterna sobre zapatos de gamuza. Sufre el vértigo de los sacudimientos electrónicos del jazz y las velocidades a contra-reloj corazón de rayo de voltio que estalla en el parabrisas de un Volkswagen deseando la mujer de tu prójimo. Se aburre mortalmente pero existe. No se suicida porque ama furiosamente fornicar jugar billar-pool en las noches inagotables brindar ron en honor a su existencia estirarse en los prados bajo las lunas metálicas no pensar no cansarse no morirse de felicidad ni de aburrimiento. Es espléndido como una estrella muerta que gira con radar en los vagos cielos vacíos. No es nada pero es un Nadaísta ¡Y está salvado! "
...
copyandpaste de "El beso de los ausentes"

1 comentario:

  1. Me alegra que te haya gustado ;)
    A veces pienso que ya va siendo hora de que me pase al formato blogger, hmmm

    Un saludo

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