El infinito no es más que un ocho tumbado. Cierro los ojos y pienso en el infinito mientras tomo el sol junto al mar.
Pienso que ese momento cálido y distendido es lo más parecido a lo que puedo entender sobre la eternidad.
El Infinito. No hay un antes ni un después: Ahora es siempre.
El infinito. No es ningún sitio: Es todo el tiempo en todas partes.
Ahora siento el infinito tumbado a mi lado, mientras siento como mi cuerpo se relaja y la brisa y el sol y el sonido del mar me acompañan.
Sin abrir los ojos, sonrío pensando que en el infinito podría ser Verano Siempre.

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