Y ya van por 55, los años que cumplo este 10 de agosto. Ahora en León, con nuevas amistades y una gran fiesta llena de comida y bebida, risas y música. Luego la celebración se alarga todo el mes, vamos de fiesta en fiesta sin pausa y el tiempo pasa a toda velocidad, y vienen y van amigos y vuelven a venir los de siempre, y se celebra la vida y se disfruta de las horas y todo tiene un brillo especial porque el día es largo y la noche se ilumina a cada paso.
Así pasan los días, hasta que termina el mes y recogemos todo para la vuelta. Hay que regresar a Madrid, donde también somos, pero con una luz diferente, la del final del verano.

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