lunes, 2 de septiembre de 2024

3 horas


Lejos, por lo menos a tres horas, estamos haciendo una casa donde refugiarnos lejos de Madrid. Un lugar donde hay silencio y calma. Un lugar donde no hay tanta gente todo el tiempo, y donde nadie te viene a buscar.

Se trata de tener un hogar que sea a la vez un refugio o una reserva, donde puedas dormir tranquilo y darte la vuelta en la cama después de que cante el gallo, que canta, para después comprobar que avanzada la mañana sigue sin escucharse nada más que ese mismo gallo que ya descansa. 

Un lugar con unos atardeceres fabulosos y una casa que se va haciendo confortable según le vamos añadiendo cosas con las que mejorar nuestros días. Estas cosas que al principio consistían en tener calor o agua caliente o luz o poder cocinar y que ahora, unos meses después, y ya conquistadas esas necesidades esenciales, consisten en estar cada vez mejor instalados y disfrutar del confort que nos vamos procurando con objetos  como cafeteras o tostadoras o un suelo de madera sobre el que poder caminar descalzo.

Todo el tiempo aquí, hasta ahora, es trabajar en esto. Todos los días, todo el día. Los avances se ven y se disfrutan, y cada día disfrutamos asombrados de nuestros avances.

A 3 horas de Madrid estamos haciendo la casa donde poder descansar a la vuelta. Ahora nos vamos de nuevo y ya estamos pensando en volver, cuanto antes.

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