martes, 5 de julio de 2022


No  tengo ni la menor idea de cómo he sido capaz de escribir tantas cosas cuando, en realidad, nunca he tenido nada que decir. La vida se me da sin que necesite expresarme sobre ella, como si viviese en una pausa donde nada es bueno o malo. 

Todo lo que escribo es para vaciarme. 

Busco no decir nada y por eso escribo todo lo que quiero dejar de pensar o que me preocupe. Muchas veces escribo para dejar fuera la ira y otras veces escribo para dejar atrás las palabras que entorpecen mi capacidad de amar. 

Los mejores momentos suelen ser momentos en los que no sucede nada. Momentos en los que no voy a ningún sitio, donde no pienso en estar haciendo ninguna cosa y donde no tengo nada que pensar o decidir. Simplemente estoy y me siento bien, sin hacer nada, sin pensar en nada. Solo ser y estar bien.

Me gustaría vivir cerca de un bosque, caminar por él, abrazar un árbol todos los días y respirar mientras el mundo entra y sale de mí, vaciado y sin tener mayor interés por todo lo demás.

Queda lejos el bosque de Madrid. Podría irme de Madrid. Podría irme mañana, pero aquí sigue estando demasiada gente que me importa, de la que me tengo que ocupar. En eso estoy.

Mañana estaré en el bosque y estaré bien, sin pensar en nada.

Pronto

Muy pronto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario