jueves, 30 de diciembre de 2021

Nihilista estético



El cine negro se llenó de referencias del videoarte. El videoarte se llenó de referencias del teatro de la crueldad. El teatro se llenó de referencias del apocalipsis. El apocalipsis se llenó de apóstoles. La televisión se llenó de profetas. La filosofía se llenó de referencias al mismo tiempo que el ajedrez se llenaba de auto-referencias.

Los cruceros mediterráneos se llenaron de publicidad y de bebida gratis. Las ciudades mediterráneas se llenaron de gente y cuando alguien lloraba, nadie escuchaba el lamento con tanto ruido alrededor. Ciudades inundadas de gente y trato de favor para la comida basura. Madrid como un parque temático y Barcelona arrasada. El resto de España, vaciada.

La novela gráfica se llenó de letras explícitas y la música docta se llenó de referencias frívolas. El vudú se llenó de referencias cristianas. 

Ahora todos están infectados por el nuevo virus y en el congreso, los que están son los mismos de siempre pero con más colores de camiseta. Las referencias se pusieron de moda y pasaron a ser tema de fondo.

En el fondo no hay tema,
la antipoesía se volvió conservadora.
Los fascistas escuchan Depeche Mode y los socialistas escuchan U2.
Yo escucho Nick Cave y Depeche Mode y un millón de cosas más. Mejor no escucho U2. Que pereza lo de U2.
Ahora el capitalismo escucha a los Sex Pistols y a la Polla Records. La música hace mucho tiempo que no significa nada, porque todo es lo mismo. 

Mientras tanto, el resto seguimos haciendo lo mismo, que es seguir trabajando para intentar sobrevivir a través de cualquier referencia. En el fondo, en este país, las referencias sirven para que la gente se adoctrine a lo que sea, igual que antes se afiliaban a la falange.

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