Si me conoces, por favor, dímelo. Porque si no me lo dices, no me doy ni cuenta y paso a tu lado sin saludar y casi sin mirar y no es que sea maleducado o soberbio o un borde de mierda. En realidad es que no me doy ni cuenta.
Si no te saludo es porque no sé si te conozco y porque mi memoria es corta y porque no sé si soy o eres o a lo mejor hemos sido y ahora no sé de qué y no me acuerdo de ahora, ni de entonces y mucho menos cuanto más antes que cuanto más ahora.
De los noventa no me acuerdo ni de la mitad y ahora me encuentro con mucha gente que parece conocerme y que me habla con cierta intimidad y que me da mucho apuro preguntarles quienes son.
En las redes sociales me piden amistad. Tenemos la misma edad. Estudiamos en los mismos sitios. Compartimos contactos. Me escribes un "Hola Javier, que bueno volver a contactarte" o "cuanto tiempo" o cosas así.
Yo digo "qué bien" o "qué tal todo" o lo que se me ocurra para no parecer maleducado. Pero en realidad no se muy bien con quien estoy hablando. Intento disimular mientras lo averiguo.
Camino por cualquier calle, siempre con mis auriculares, porque escucho música todo el tiempo y tengo cara de estar enfadado también todo el tiempo, pero en realidad solo aprieto mucho la mandíbula.
Camino mucho.
Es probable que nos crucemos en cualquier momento.
Así que, por favor, si me conoces, dímelo.
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