lunes, 8 de noviembre de 2021

Nacer es lo contrario a morir.


Naces y vives. 

Al principio no sabes que la gente muere. De niño vives ajeno a la muerte. La gente deja de estar pero no sabes que ha muerto. A ti no se te ocurre pensar en otra cosa diferente porque ni siquiera sabes lo que es morir. Cuando eres niño todo es tan reciente como tú y nada desaparece porque todo es presente.

Primero no se muere nadie y el tiempo pasa despacio.

Luego los que se mueren son siempre lejanos y son tus padres los que van a los funerales. Ves que tus padres van y vienen de los entierros, pero no parece que sufran tanto, solamente están serios y un poco tristes. El luto es algo lejano. Entiendes que la gente muere, pero piensas que eso de morir les pasa a los demás.

Pasa el tiempo y todo empieza a cambiar. Se muere un amigo y no sabes como reaccionar. Es raro. Un accidente. Tu amigo del colegio se muere en un accidente de coche cuando choca contra una farola. No entiendes que puedas morir contra una farola. Caminas y ves las farolas y no entiendes como te puedes matar contra ellas. Escribes en una sola hoja unas columnas de palabras para luego enterrarlas a los pies de una tumba. La tumba de tu amigo. Las palabras sobre tu amigo muerto. No debería haber pasado. Todo es extraño y la gente parece extraña desde que sabes que va a morir.

Luego sigues con tu vida negando la muerte como una anomalía. Algo a evitar.

Lo siguiente es la muerte de tu abuela. Es algo dramático, porque tu abuela es muy importante para ti y es la primera vez que tienes que pensar en la gente que se va y que quieres y que vive contigo y que de verdad desparece. Estás tocado. La realidad te supera. En realidad es la primera vez que realmente sientes propia la muerte de alguien y te queda muy claro que tu futuro va a ser el mismo y que cuando mueras serás el vacío de otro.

Luego se mueren los hermanos de tu padre, uno tras otro. Y ves como tu padre cambia el carácter poco a poco al ser el único que no ha muerto de una familia enorme de diez hermanos. Tu madre se siente triste al ver cómo el marido de su hermana desaparece. Sabes que ellos se ven viviendo en un tiempo de descuento, con cada vez menos capacidades, más problemas médicos y con más necesidad de ayuda.

No quieres pensar en lo siguiente, cuando la familia de la que vienes ya no esté y seas tú el más mayor de todos los tuyos. El camino no se desanda y el tiempo no se detiene.

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