miércoles, 22 de septiembre de 2021

Llegando hasta el final


Casi nadie sabe quien es Hugo Vera Miranda. 

HUGO VERA MIRANDA, el gran poeta natalino. Desconocido, maldito, patagónico, único. Le leí tanto que a veces pensaba que cuando yo escribía lo hacía a su manera. A la manera de Hugo. Al escribir muchas veces he pensado "esto me ha quedado muy Hugo" y luego pensaba "le va a gustar a Hugo". Yo sabía que me leía. Y siempre que lo hacía mas o menos bien esperaba su aprobación. Si Hugo decía bien es que estaba bien.

Luego nos empezamos a escribir y un poco después hicimos un libro juntos en las imprentas de la Venezuela Bolivariana de hace unos años. Hugo me decía "el papel es muy malo. Aquí hay problemas para conseguir papel", y yo le contestaba "No importa el papel, importan tus palabras". Teníamos un libro juntos. Un libro de Hugo ilustrado por mí. Las páginas se trasparentaban, pero se podía leer y ver mis dibujos.

Hugo fue a presentarlo a Caracas. Entendí que para él era un momento importante. Me escribía contándome la buena acogida del libro y la gran difusión en los medios de Venezuela. Me alegraba que él estuviese feliz.

A mí me parecía todo bien, sobre todo por él. Me parecía que le debían un reconocimiento y que en ese momento, en Venezuela, se lo estaban dando.

Pasan los años. Hace mucho tiempo que no sé nada de Hugo. Le he escrito unas dos o tres veces y no me ha contestado. Tampoco ha vuelto a publicar nada en su blog desde hace dos años. He pensado lo peor, pero la verdad es que a pesar de intentar rastrear cualquier noticia sobre él, no encuentro nada, solo el silencio.

Sé que por alguna razón dejó el colmado en Puerto Natales y estuvo trabajando en el mantenimiento de las carreteras de la Patagonia. Un trabajo duro, pero aun así, en algún momento del día tenía un momento para escribir. No es posible un Hugo que no escriba. Hugo nunca dejaría de escribir.

Lo hecho de menos. Hecho de menos leerle. Creo que mi estilo ha cambiado desde que no lo leo. Escribo menos y cuando lo hago, lo hago con menos vuelo. Escribo pensando que Hugo no me va a leer y no es lo mismo. 

Ahora estoy escribiendo y pensando en Hugo, pero no es como antes. Me falta Hugo. Hugo Vera, solo tú, yo y el asombro.

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