Desde hace un año hasta ahora mi cuaderno de entonces ha quedado tan lejos como olvidado. Mi cuaderno actual comenzó en Marzo y está a punto de acabar en Junio. Todo lo que ha pasado en medio es un paréntesis que ocupa otros cuatro o cinco cuadernos. Todo ha cambiado tanto que parece muy lejano.
Los dibujos son diferentes. Los dibujos parecen siempre actuales y tardan más en caducar.
Uno que me pregunta ¿Te das cuenta de que siempre dibujas sobre las mismas cosas?
Lo pienso y no respondo porque puede ser verdad. No sé porque dibujo según que cosas y no tengo un argumento detrás de lo que busco cuando quiero dibujar algo. Simplemente lo dibujo. Me gusta y lo dibujo. No sé que cosas son esas que dibujo siempre. Pero seguro que es verdad.
Si dibujo siempre lo mismo será porque siempre escribo lo mismo y digo las mismas cosas.
Al menos cuando dibujo digo voy a dibujar esto y ya está.
Cuando escribo no es así. Me planto frente a una pantalla en blanco y empiezo a soltar teclas, sin tema y sin saber adonde voy. Me siento y miro la pantalla y pienso en todas las cosas que me gustaría contar y luego escribo las que me suceden en ese momento.
Muchas veces empiezo a escribir por una simple frase que me hace gracia y luego termino en cualquier otro sitio. Como ahora, escribiendo sobre una especie de anhelo, una destrucción o una puerta hacia algún otro lugar, pero sin llegar a ninguna parte.
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