lunes, 2 de noviembre de 2020

Si me vengo…


No recuerdo lo que me pidió Paola el día que me dijo que Sí, que se venía a vivir conmigo, pero sé que me pidió algunas cosas. Casi todas las cosas que me pidió fueron materiales, cosas que tenían que ver con cómo colocar las cosas y cómo organizarnos. Pero otras también tenían que ver con nuestras almas. No me importó lo más mínimo sacar mi ropa y mis libros a un destierro sin retorno que más de catorce años después sigue sin resolverse. Todo en favor de que ella durmiese conmigo todas las noches. En esta ecuación siempre salgo ganando, cada noche cuando cierro los ojos y la abrazo.

Ahora leo este poema de Diane di Prima, y pienso que algo así me pudo decir:

Si me vengo a vivir contigo,
¿me prometerías
un pedazo de carne los domingos,
una hojita de azucena
para olerla en la almohada,
un queso en el refrigerador,
un beso de lengua
entre las pesadillas?
Si no es así,
no me vengo contigo.

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