domingo, 27 de septiembre de 2020

Mejor más que menos


 Mejor dos que uno
tres que dos
cuatro que tres
cinco que cuatro 
y seis que cinco

Mucho mejor más que menos,
aunque, a veces, parece que menos es más,
o parece que seis es igual a uno,
pero no siempre es así.
Solo a veces.

Un mal día


 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Estado de Emergencia

Máquinas de contar billetes para reyes españoles.

Ex- Amantes contando los detalles.

Fotos del Che dedicadas, 53 años después de su muerte, circulando por correo, en un mundo globalizado donde Amazon pone el precio. Miles de camisetas con el rostro del Che producidas en China.

Protocolos de supervivencia aplicados a festejos taurinos. Fiestas populares canceladas y sustituidas por Raves ilegales convocadas por watssapp.

Protocolos de supervivencia aplicados a una compra de alimentos en el Mercadona, Carrefour, Aldi, Dia, lidl, Alcampo, etc...

Distancias de seguridad en los mismos espacios comerciales de venta de alimentos.

Situaciones confusas al caminar por la calle y mucha gente sin ganas de seguir viviendo.

Un virus que no entiende ni razona. Que se propaga a toda velocidad por segunda vez.

Irene Montero alterna el Ministerio de igualdad con su posado en Vanity Fair y otras muchas revistas del corazón. Sus posados cada vez son mas cercanos a una contractura. Cada día está más guapa.

Mucha otra gente, cada día está más fea y pobre y con ganas de desaparecer, mientras los ministerios cada vez se parecen más a un franquiciado o un perfil de instagram con muchos seguidores.

Ideas afines al exterminio de la especie humana con definiciones cercanas a la globalización y el capitalismo.

Sensación de desamparo, incredulidad, cansancio y desencanto.

Un montón de gente que muere y un montón de gente que se infecta.

Un montón de gente que se siente morir y que piensa estar infectada. Otro montón de gente que se siente infectada y no lo está.

La situación es confusa, pero triunfa el egoísmo, sin ninguna esperanza en la bondad del ser humano.

Estamos bien hoy y esperamos estar bien mañana. Esa es nuestra intención.

Todos estamos esperando y procurando no morir.


"M"


 

Nueva normalidad


 

lunes, 21 de septiembre de 2020

En el Gueto


"Un gueto​ es un área separada para la vivienda de un determinado grupo étnico, cultural o religioso, voluntaria o involuntariamente, en mayor o menor reclusión. El uso se ha extendido hoy a cualquier área en la que la concentración de un determinado grupo social es excluyente."

Dice la Wikipedia

Desde hoy, la mitad del barrio de San Andrés, en el distrito de villaverde, se ha convertido en un gueto. Las normas a seguir no miran por la salud de los que viven dentro del cordón, sino por los que viven fuera y miran mucho más por los que viven lo más lejos posible.

Las medidas a tomar son tan absurdas como decir que dentro del gueto todo el mundo se puede mover como quiera siempre que no sobrepase el cordón, la frontera, o como lo vengan a llamar los días que vienen.

Si vives en un gueto y no trabajas. Pues te mueves dentro del gueto  y te infectas y te mueres, y que te den por culo: "Puto Pobre de Mierda". Tampoco aportabas nada. Un gasto menos. Hay demasiada gente en el mundo.

Si vives en el gueto y trabajas. Pues te levantas de noche y cojes un metro o cercanías hasta el culo de gente que también vive en el gueto y pasas al menos 10 horas fuera de casa siendo productivo para un montón de gente que evita el puto gueto en el que tú vives, y que en breve te estará preguntando: ¿Pero tú, dónde vives?

Esas 10 horas, las pasas trabajando, con un papel que te permite explicar a todo el mundo que vienes de la mierda, pero eres productivo. 

En el momento que llevas desde las ocho de la mañana a las dos de la tarde en tu puesto de trabajo. Si tienes una o dos horas libres, al mediodía, para comer, no me queda claro si puedes o no puedes entrar a un bar o tienda o restaurante a comer o comprar comida. Según dice el boletín oficial de la comunidad de Madrid no podrás hacer ninguna otra actividad diferente a trabajar fuera de tu gueto.

Si te paran y no estás trabajando fuera de tu gueto, tal vez comiendo en tu descanso de dos horas, la multa empieza por 600 euros y se eleva al infinito.

No puedes salir del gueto si no trabajas o vas al hospital o a un juzgado
Si no eres del gueto no puedes entrar al gueto si no vas a trabajar y nada más. Porque dentro del gueto no hay nada más.

Un vecino de Vallecas me dice que puede ir al barrio de Salamanca a trabajar de camarero en una terraza, pero que no se puede sentar a tomar una copa en ninguna terraza del barrio de Salamanca.
Solo puede salir y entrar del gueto a poner copas del barrio de Salamanca, y luego, tal vez morirse cuado vuelva a casa.

Luego escucho gente que dice que esto no es clasismo. Que esto es necesidad. Que hay que proteger el bien común. Que la gente del sur exagera. Que esto es necesario.

Tal vez si me dicen que me quede en casa, pero que no vaya a trabajar en un transporte público lleno de gente. Y que no me preocupe porque mi empresa va a cubrir estos 14 días, y los siguientes. Tal vez, yo no estaría agobiado en un metro a las siete de la mañana, pensando en que momento voy a morir por unos euros de mierda.

No es así. Lo que pasa en realidad es que tu empresa te envía un permiso para ir a trabajar y te obliga a coger un metro lleno de gente, que como tu, no tiene más remedio que ir a trabajar a pesar de poder morir contagiado en un vagón del transporte público de la comunidad de Madrid.

No hay médicos en los centros de salud.

El bien común, a día de hoy, convierte a un oficinista aburrido, con una mala ubicación domiciliaria, en un bombero de Chernóbil que se sacrifica por el bien común y la economía.

Me doy una vuelta por mi barrio: San Andrés, y veo que la gente no hace ni puto caso a nada y que pasa de todo. Gente sin mascarilla, fumando, en grupos de más de seis y de diez, tocándose y pasando el virus de uno a otro como si lo que escuchan no fuese con ellos. Eso pasa todos los días en Villaverde, Vallecas, las Rozas, Castellana, Salamanca y en todo Madrid. Seguramente pase fuera de Madrid. Fuera de España.

La gente, en Madrid, es gilipollas y delega su responsabilidad. El gobierno, en Madrid, es gilipollas y delega su responsabilidad. Todos bien. Muriendo, mientras pasamos de todo. 

Ayuso intenta echar la culpa a los aeropuertos, estaciones de tren, autopistas. Pero aquí no viene nadie desde hace más de seis meses. Ayuso da miedo. Cada vez que la veo da más miedo.

Ahora me dicen que los barrios del sur se quejan por un "clasismo que no existe", que la culpa es de la gente y sus hábitos poco higiénicos como levantarse de noche para coger un metro lleno de pobres para ir a trabajar y ponerse en fila a la puerta de centro médico donde no te atienden. Gente que vive situaciones precarias a diario que no son compatibles con la distancia social.

En últimas, la culpa siempre será de los inmigrantes.
Aquí, en el Gueto.




viernes, 18 de septiembre de 2020

El Terror

 



Viernes 18 de Septiembre de 2020

Esta es la foto con la que 20 minutos encabeza la siguiente noticia:

Ayuso anuncia fuertes restricciones en Madrid: "Hay que evitar el estado de alarma, sería el desastre de la economía"

Lo que viene a ser lo mismo que decir a los lectores de este medio digital que esta señora está como una puta cabra.

No por las restricciones, porque el virus ya está de nuevo desatado en Madrid, y hay que tomar medidas de excepción, no hay más remedio. Sino porque esta señora se ha tirado seis meses poniendo velas a la virgen de SanSuPutaMadre mientras la gente moría a su alrededor abandonada por un gobierno totalmente estúpido y autocomplaciente.

La comunidad de madrid es un chiste que pasa de gobernar en favor de una buena foto. Incapaces de asumir responsabilidades, todos sonríen y son fotogénicos en las grabaciones que se realizan antes de hacer cualquier comparecencia.


En las comparecencias, cuesta no sentirse avergonzado de tanto despropósito: Uno dice una cosa, otro dice otra cosa, luego que sí y luego que no y luego nada.

Al final uno dice: Pedroooooo!!!!

Y Pedro, encantado de conocerse, se presenta y dice: Claro que Sí, allá voy a solucionarte lo que quieras. Pero las consecuencias son tan importantes que todo el tono se convierte en algo solemne.

En el 20 minutos, el resto del texto no hace ningún comentario sobre lo que expresa la fotografía, solo se dedica a poner entre comillas los desvaríos de la presidenta de la comunidad madrileña en la rueda de prensa en la que anuncia las nuevas restricciones de movimiento en las zonas de emergencia.

Yo vivo en un barrio del sur de Madrid. Uno de esos barrios de los que esta señora señala como apestados. Barrios donde la gente no teletrabaja, simplemente trabaja y como trabaja y cobra lo que se cobra por trabajar, pues tiene que ir al trabajo en Metro y en Cercanías, para luego volver a su casa de 40 metros o su habitación en un piso compartido en un barrio del sur de madrid.

Desde el Lunes, mi barrio está confinado, pero yo no.

Ahora resulta que no estoy confinado. Pero si cruzo la calle Sí. Quiero decir, mi calle no está confinada pero enfrente sí lo está.

Pienso en el gobierno de esta comunidad y solo puedo pensar que la gente que está tomando estas medidas no conoce nada de los barrios de Madrid y no se ha preocupado por conocerlos.

Solo alguien que no sabe nada de un sitio puede tomar decisiones tan absurdas como las que están tomando ahora mismo en Madrid.

AYUSO

La señora Ayuso, pocos días antes de estas medidas, define esto de ir a trabajar en transporte público y vivir hacinado en un barrio del sur como una "forma de vivir" de los inmigrantes.

Inmigrantes, trabajadores de las fábricas, obreros sin formación académica, artistas, pobres, gente de barrio. Todos los que somos la causa de la expansión del Virus según la versión de toda esta gente que gobierna Madrid y que vive en las Rozas.

Dime Ayuso: ¿ cuánta gente piensas que debe morir en tu comunidad para que la economía no colapse?

Compromisos


 

domingo, 13 de septiembre de 2020

Los hombres quieren sexo


 

Chupártela fue un error


 Para el tercer número del Lardín 

Wake in fright


 Películas favoritas: "Wake in fright" de Ted Kotcheff
También llamada "Outback" y "Despertar en el infierno"

"John Grant, un excelente profesor que llega a una ciudad de mineros situada en un inhóspito desierto, decide pasar allí la noche antes de coger un avión para Sydney. Pero pasan cinco noches y parece que Grant se está acercando poco a poco a la autodestrucción. Cuando los efectos del alcohol empiezan a distorsionar su percepción de las cosas, surgirá un aspecto de su personalidad muy poco agradable, que se traduce en un gran desprecio por sí mismo."
filmaffinity

Mentiras



sábado, 12 de septiembre de 2020

No Sistema Anti Anti Sistema


Ahora, para escuchar una canción de un grupo Punk AntiSistema, tienes que ver antes dos o tres anuncios de Renault, Bankia y Movistar y esperar unos segundos para saltar anuncios. 

Da igual lo que luego te digan los berreos del grupo Punk AntiSistema, y da igual lo mucho que estés de acuerdo con los berreos. Ya estás dentro del sistema: Eligiendo Punk en Youtube o Spotify en un sistema de reproducción Ios o Android. No Sistema Anti AntiSistema. Tu variable de postureo contra-anti-sub  también forma parte del algoritmo. El sistema te necesita eligiendo Punk en tu pantalla táctil. Por eso tienes tu conciencia en el bolsillo en forma de teléfono móvil.

Tu acción/elección musical se convierte en un sentimiento romántico, nada peligroso. No importas. A nadie le importa tu aspecto. A nadie le importa tu opinión. A los pijos del barrio de Salamanca les pareces bien. Eres parte del paisaje.

Tal vez sería mejor no hacer. En realidad, todo lo que luchas durante tus largas jornadas de trabajo no sirven para procurarte un futuro mejor. Ni siquiera piensas en progresar. Todo lo que intentas es no llegar a la vejez  y en no sentirte totalmente desvalido. Te aterra hacerte viejo sin nadie a tu lado, sin dinero y a la intemperie. Por eso participas y aceptas tu puesto en el Hacer. Disimulas votando, sindicándote, asociándote. 

Eres un franquiciado: Con tu opinión, tus gustos, tus intereses, tus rutinas y tus sueños.

Intentas demostrar ser necesario, aunque sabes que a nadie le importas.

Pero todo lo que haces es mucho más perjudicial que lo que no haces.
NO HACER, pero cómo no hacer. El ser humano siempre tiene la manía de hacer y en su hacer se convierte en el depredador que acaba con todo. Con el mundo. Con todo.

Un sábado, en un barrio  del sur de madrid, un borracho grita:
"Somos el fín del mundo.
Somos humanos."

Somos humanos, no necesitamos otra cosa que no sea la destrucción.