La vida es así. Un día eres joven y todo está por ser y por hacer y luego ya eres viejo y no hay manera de solucionar el problema de la edad.
El paso del tiempo no tiene solución. Nacemos y de forma inmediata, nos empezamos a pudrir.
Los franceses dicen "raisin pourri avant de murir", que viene a ser "uvas podridas antes de madurar". Mi francés se pierde cada vez más, al tiempo que se oxidan mis células.
Pudrirse antes de madurar. En muchos casos es así. Hacerse viejo antes de ser lo que quieres ser.
Mientras te haces viejo: Todos los días te levantas y haces todo lo que tienes que hacer. Piensas en llegar a una meta y mientras lo intentas, tus células se oxidan, envejeces y te agotas. La meta desaparece, cualquier idea similar al progreso desaparece. Porque no avanzamos, nos apagamos.
Cada día que pasa te vas convirtiendo en la versión cada vez más desmejorada de uno mismo.
Toda idea de progreso es contraria a la oxidación de tus células.
Todo interés por cuestiones ajenas a tu propia putrefacción, también desaparece.
La vejez es así: Uno se enferma sin tener ninguna enfermedad y luego se muere.
Mi madre me dijo ayer: "La última vez que hablamos yo estaba bien, pero ahora de repente ya soy vieja, mi cuerpo es viejo. Lo que me gustaría ser no se parece a lo que mi cuerpo me deja hacer."
La vida es así. Naces y te pudres antes de madurar.