En Verano todo se vuelve un poco menos denso, porque el calor hace que lo importante sea algo más leve. La sangre se licua y la piel se oscurece. Los ojos pasan de marrones a verdes y de verdes a azules, porque en realidad todos somos más guapos en Verano que en Invierno. La presión baja si te acercas al mar. La piel agradece estar un poco más hidratada. Las comidas son mas ligeras y un poco mas sanas.
El día se ordena en tiempo para dormir, tiempo para ser y tiempo para disfrutar. En Madrid, incluso si trabajas en Verano, todo es mucho más relajado. Perdón por las excepciones.
Las responsabilidades se aplazan. No es el momento de discutir ni de ir a un juzgado. Los juzgados cierran en Verano, porque el Verano no es el momento para estas cosas de abogados y demandas.
El Verano es una buena época. Yo soy de Verano.
Por fin es Verano.
Cuando llega Agosto a Madrid, llega mi cumpleaños y estoy en Fiestas en San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma. Y siempre estoy o me voy durante o después, pero nunca antes.
Madrid es una maravilla a primeros de Agosto, todo el mundo quiere alargar la noche y es más amable y mucho más guapos. Yo nunca he visto peleas en San Lorenzo, el día del sol, mi cumpleaños.
San Lorenzo es un buen día si estás en Madrid y si estás fuera, también. De pequeño imaginaba un Dios Sol que inundaba de luz el verano y que llamaban Lorenzo y que hacía que todas las cosas fuesen mejores y más sencillas. Porque en Verano todo se simplifica. Todo sabe mejor, todo sienta mejor y todos somos un poco mejor.
Pero este Verano es un poco diferente porque, aunque el calor casi no nos deja pensar y lo único que queremos es descansar, hidratar y dar satisfacción al cuerpo: La realidad lo invade todo. La realidad este verano no deja que demos paso a la evasión.
Todos estamos con un pié aquí, en la nueva normalidad, y el otro intentando salir a cualquier sitio donde se pueda respirar.
En Madrid, hace tanto calor que aunque se quiera trabajar, todo cuesta el doble, y si tu trabajo es físico, todo es mucho más sofocante.
Sudor y falta de respiración a través de una mascarilla. Mucha gente que sigue trabajando ante la incertidumbre de lo que pueda venir. Mucha otra gente que se siente intranquila al tomar las vacaciones, pensando en lo que puede venir.
En muchos otros casos, el trabajo ya no existe y no se sabe cuando va a volver.
Todos mirando.
Esperando al Verano como algo totalmente incierto.
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