Insistiré en que se oiga mi voz, y en que se oigan mis últimas palabras. Y que mi palabra llegue lo más lejos posible, y que mi voz quede en el recuerdo de los que siguen.
Pero las palabras que digo no son tan importantes, ni fundamentales, ni tan necesarias. Todo lo que deje dicho no va a ser respaldado por nadie y, sin yo delante, carece de importancia.
Lo mejor es no decir nada, dejar que todos piensen que hablaba poco y que pensaba menos y que como Kippemberger, a pesar de caer sobre ti un montón de problemas a lo largo de la vida y no haberlo tenido fácil, puedas decir: "Decirle al mundo que he sido muy feliz"
Y en realidad es así, solo puedo decir que siempre he tenido la sensación de ser Feliz. Y que los momentos duros han pasado rápido. Todo está bien, todo es suficiente. Yo estoy bien y me siento agradecido.
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