Otras veces, la tragedia se acomoda en tus espaldas, de tal manera, que no sabes cuando termina un día y empieza otro.
Son días oscuros, de muerte, de luto, de adicción y de depresión.
Son los malos días.
El tiempo es así: Uno siempre espera que suceda algo. Pero luego, cuando sucede, piensas que era mejor cuando no pasaba nada, y solo pasaban los días.
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