lunes, 24 de junio de 2019

MINUESA



De los 16 a los 20 años soy un PUNK
De Villaverde Alto.

Secuestro un autobús en la parada del parque de la ciudad de los ángeles para llegar a la manifestación de estudiantes del 23 de febrero de 1987.

Miguel, en compañía de otros, tumba un coche y lo hace arder mientras usa el tirachinas contra la policía en la gran vía de Madrid. Su foto sobre el coche, con un pañuelo en la cara y estirando el tirachinas se reproduce en la portada de varios periódicos a la mañana siguiente.

Jorge corre evitando los golpes de los anti-disturbios y se refugia en un bar cerca del congreso donde no cabe nadie más. Todos están sudando y asustados. Poco después descubre que la fatiga se debe a un soplo congénito.

Fernando marcha tranquilo en la manifestación mientras las cámaras le enfocan llegando a Atocha. Al día siguiente los informativos de televisión abren comentando su estética skin y advirtiendo del peligro de la intrusión de elementos desestabilizadores cercanos al neo-nazismo. Aunque no es así, una cabeza rapada, en ese momento, es muy perturbadora.

Afortunadamente, el cojo manteca lo rompe todo y pasan de nosotros.


La vida sigue.

Todos los sábados por la mañana salgo con Senovilla a enseñar nuestros dibujos en las redacciones del Madriz, la Luna, Gratix, y fanzines varios. Y robar tebeos en las tiendas del centro. Nuestra favorita es el Madrid Comics de los bajos de Gran Vía.

Rechazo el contacto con las armas cuando me las ofrecen, una tarde de sábado, en una macro-pelea: "Joder, tu eres amigo de Fernando ¿NO?" me dice Cabo. "Y tu eres un gilipollas" contesto yo "No voy a pegar a nadie".

Esa tarde machacan a un tío en los baños de una discoteca de Moncloa, con cadenas y puños americanos. Nunca supe la razón de la pelea.

Dos semanas después me tiro a su novia  en casa de David y dos semanas después intentan atropellarme.

Mas tarde le pega una paliza a mi amigo David, con ayuda de otros.

Recuerdo que uno de sus amigos dice que es anarquista, pero que grafitea esvásticas por las paredes porque son mas chulas. Se llama FER.

Me tiro por segunda vez a la novia de Cabo y luego pasa el tiempo.

Me dicen que se casa con ella y que poco después se queda ciego. Una enfermedad degenerativa.

Voy a ver a Jhon Lydon y sus P.I.L. con Fernando y como no tenemos dinero volvemos corriendo por la M30 desde el Paseo de Extremadura. Recuerdo sonreir todo el tiempo. Soy muy Feliz.

Me atracan varias veces. Vuelvo muchas veces andando desde cualquier sitio, porque no tengo dinero. Me meto en peleas. Rompo botellas. Conozco chicas. Me pierdo. Estoy drogado.

Salgo intacto.

Senovilla mata un gitano, clavándole un cuchillo en el ojo, cuando le intentan atracar. Desaparece del barrio con toda su familia y nunca sé más.

Miguel y su hermano Juan apuestan no lavarse y pasan un año entero sin ducharse. Su casa parece un campo de batalla. Ese verano intentan volar atando unos ventiladores a su espalda, tomando impulso desde el balcón. Afortunadamente viven en un primero con jardín.

Lo que nos mueve es la dextroanfetamina y la centramina. Es barato y va con receta.

Voy a la Universidad. Estudio Bellas Artes.

Un jueves por la tarde de primer curso, en clase de historia del arte, nos comunican que cae el muro de Berlín. Me siento feliz. Busco un bar con mi amiga Terry donde ver como lo derriban. Ella llora y me habla de su infancia y de sus padres en Berlín, y de sus amigos y de lo lejos que se siente en ese momento de casa. Es mi primer contacto con la historia.  Me siento emocionado.

Soy un artista. Vivo como un artista. Bebo, me drogo, lucho y peleo.

En el ojo atómico no soy bien recibido.

En el rastro compro cassettes piratas de conciertos.

Lo que me gusta es el comic, pero solo tengo tiempo para pintar.

Compro vinilos.

Robo vinilos.

Robo libros de arte en la librería del Reina Sofía.

El hijo de la tintorería dice que tiene ganas de darme una ostia.

Hago una huelga de hambre contra mí mismo en el verano del 88.

Trabajo de limpieza en una empresa de mierda.
Me voy de casa.

Tomo Richard Chanings. Una bebida que invento con Jorge.

Alquilo vinilos para grabar en el Pi R al cuadrado de Chueca.

Chueca está lleno de yonkis y de bares cutres y malasaña también. Compramos las drogas en la calle Colón.

Voy a los conciertos, hago radio, dibujo, pinto y peino mi pelo hacia arriba.
Como todos van de negro, el sábado por la tarde decido ir de rosa. Zapatillas, pantalones y camiseta rosas. Me empiezo a maquillar.

Todos los Punks me miran mal.

Una noche, voy de corbata y americana a MINUESA y no me dejan entrar.
Yo les digo: Llevo el ojo pintado, debería bastarte. Pero no me entienden. Es Política!!!

A los 21 años dejo de ser PUNK.

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