De madrugada prefiero acercar a mi invitada a su casa y no ir a trabajar. Es un Jueves. Llevo días aparecer por el trabajo. A estas horas por la M·30 me cruzo con los coches de los que sí van a trabajar. Yo no, yo ya no trabajo. Ahora escribo, me quedo en casa y escribo y es como cuando James Hetfield de Mettalica se puso a cantar, alguien dijo: ¿pero lo has oído? el muy cabrón está cantando!!!. Me digo: "seras cretino, ahora te has puesto a escribir, estas acabado".
Desde que empecé a escribir hasta hoy: Todos somos mas pobres. Mas indefensos. Mas tristes. Mas Españoles. Mi nombre es JOTA y me siento a punto de desaparecer entre la noche y el día de esta ciudad. Cerca del punto de fuga en la línea del cielo de Madrid. No me importa demasiado. Trabajo, escribo, conduzco. Voy de un lado a otro. Hecho gasolina, como lo que pillo y voy con prisa a ninguna parte. En Madrid todo es un experimento. Atravieso una ciudad que huele a pre-histeria primaveral. La representación del Apocalipsis versión siglo XXI. El paisaje del fin de los días. La desesperanza: MADRID.
Yo no digo nada. Ella no dice nada. Llegamos a su casa. La calle está en completo silencio. Imagino que el resto del día no va a hacer otra cosa que dormir. La doy un beso de despedida y pienso que la próxima vez, primero follamos y luego bebemos y nos drogamos, en ese orden, no en el orden contrario. Porque entonces sólo bebemos y nos drogamos y no follamos. Y al final todo parece más un problema que una solución, y aunque te sientes bien, en realidad te sientes mal.
Pero el problema de verdad no son las copas, ni la coca, ni las llamadas de teléfono, ni la velocidad, ni las gafas de sol en invierno. No es un problema el carnet sin puntos, ni llegar tarde o no llegar al trabajo los Martes, jueves o Viernes. Todo ésto no tenía porque ser un problema. El problema de verdad es la resaca. Cuando tienes resaca, de golpe te acuerdas de lo que ha pasado la noche anterior, los patinazos y las meteduras de pata que has cometido, la gente que has insultado, las chicas a las que has molestado, lo que tiraste y el problema con los papeles del coche, todas estas cosas que tendrás que solucionar, mejor mañana. Todas las tonterías que soltaste por tu boquita y los secretos sobre ti mismo que no debería saber nadie. Que le vamos a hacer, eres un capullo integral, lo sabes, todos lo saben, y te das cuenta que no tienes solución, hueles a mierda, a tabaco y a Ginebra y estás solo, ni siquiera fuiste capaz de pegarle un polvo a LARRUBIA que sueña ser como PRETTYWOMAN.
Piensas en llevarte a casa una mujer con la que abrazarte en tu dolor y luego lo estropeas todo. Entonces te das cuenta que no tienes ganas de seguir; sólo cuando tienes resaca y piensas en desaparecer, de golpe se te ocurre la frase escondida... ¿qué será de ti? ¿y sabes qué?, ahora pienso que incluso lo de escribir es una defensa, como si escribiendo te escaparas de tí mismo, escribiendo quizás podras contestar a la pregunta... qué será de tí, quién eras y quién eres ahora mismo. Un capullo que rellena párrafos sobre lo mal que hace las cosas, te convierte en un capullo con buen marketing.
Desde que empecé a escribir hasta hoy: Todos somos mas pobres. Mas indefensos. Mas tristes. Mas Españoles. Mi nombre es JOTA y me siento a punto de desaparecer entre la noche y el día de esta ciudad. Cerca del punto de fuga en la línea del cielo de Madrid. No me importa demasiado. Trabajo, escribo, conduzco. Voy de un lado a otro. Hecho gasolina, como lo que pillo y voy con prisa a ninguna parte. En Madrid todo es un experimento. Atravieso una ciudad que huele a pre-histeria primaveral. La representación del Apocalipsis versión siglo XXI. El paisaje del fin de los días. La desesperanza: MADRID.
Yo no digo nada. Ella no dice nada. Llegamos a su casa. La calle está en completo silencio. Imagino que el resto del día no va a hacer otra cosa que dormir. La doy un beso de despedida y pienso que la próxima vez, primero follamos y luego bebemos y nos drogamos, en ese orden, no en el orden contrario. Porque entonces sólo bebemos y nos drogamos y no follamos. Y al final todo parece más un problema que una solución, y aunque te sientes bien, en realidad te sientes mal.
Pero el problema de verdad no son las copas, ni la coca, ni las llamadas de teléfono, ni la velocidad, ni las gafas de sol en invierno. No es un problema el carnet sin puntos, ni llegar tarde o no llegar al trabajo los Martes, jueves o Viernes. Todo ésto no tenía porque ser un problema. El problema de verdad es la resaca. Cuando tienes resaca, de golpe te acuerdas de lo que ha pasado la noche anterior, los patinazos y las meteduras de pata que has cometido, la gente que has insultado, las chicas a las que has molestado, lo que tiraste y el problema con los papeles del coche, todas estas cosas que tendrás que solucionar, mejor mañana. Todas las tonterías que soltaste por tu boquita y los secretos sobre ti mismo que no debería saber nadie. Que le vamos a hacer, eres un capullo integral, lo sabes, todos lo saben, y te das cuenta que no tienes solución, hueles a mierda, a tabaco y a Ginebra y estás solo, ni siquiera fuiste capaz de pegarle un polvo a LARRUBIA que sueña ser como PRETTYWOMAN.
Piensas en llevarte a casa una mujer con la que abrazarte en tu dolor y luego lo estropeas todo. Entonces te das cuenta que no tienes ganas de seguir; sólo cuando tienes resaca y piensas en desaparecer, de golpe se te ocurre la frase escondida... ¿qué será de ti? ¿y sabes qué?, ahora pienso que incluso lo de escribir es una defensa, como si escribiendo te escaparas de tí mismo, escribiendo quizás podras contestar a la pregunta... qué será de tí, quién eras y quién eres ahora mismo. Un capullo que rellena párrafos sobre lo mal que hace las cosas, te convierte en un capullo con buen marketing.
No hay comentarios:
Publicar un comentario