En los días libres no hago nada bien. Dejo todo pendiente para otro día, bebo más y me siento un poco triste, pensando en lo vacío de todo y en lo poco que sirven las cosas que hago. Me muevo despacio en el purgatorio y ni siquiera me ducho. Me duele la cabeza y siento el cielo cada vez más lejos. Mirando al techo decido que mejor al infierno si tiene discoteca.
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