Te lo digo desde la experiencia, o lo que es lo mismo: Te lo digo desde la decepción.
Cada palabra es una flor que arranco del corazón.
Ya no tengo preguntas. Todo me da un poco igual.
Mis sueños desaparecieron igual que se diluyen los días en la rutina.
El dinero nunca se quedó. Me pasó por encima. Lo gasté y cuando pude lo malgasté.
Mis hijos no están, aunque siempre sé donde están.
En cuanto a ella, necesito beber más para explicarla mejor.
Y en cuanto a mí, prefiero no hablar mucho más.
Solo se que me queda mucho todavía por hacer y que tal vez lo haga,
o tal vez No.
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