sábado, 24 de diciembre de 2016

24



24 de Diciembre y estoy intentando hacer las cosas bien de nuevo. Otra vez pensando que esta vez es definitiva y en realidad no lo es. No hay justicia en la realidad. No puedes pensar que nada es como debería ser. Todo es relativo. Una puta mierda de relatividad.

En esa relatividad, yo puedo ser un santo, un extraño, un cualquiera o un hijodelagranputa. Todo vale.
Me quito los zapatos cada vez que entro en casa. Trabajo muy duro pero nunca tengo dinero. Mis hijos han sido secuestrados por su madre. La luz del invierno en Madrid está cristalizada por el frío. Yo no puedo enfocar bien del todo y en el ambulatorio me dicen que necesito gafas. Doblo la ropa antes de irme a la cama. Me lavo los dientes. Escribo a mi hija a través del Instagram: ¿Donde estás esta noche? y su respuesta es que está donde está sin mi ayuda. Gracias a su madre y familia de psicópatas. No se como cambiar eso.Creo que en realidad tiene una razón, aunque yo tenga otra.
A ella le vale. Bien por ella. Mal por mí. Disculpo a mi hija, porque es mi hija. Me gane el gran premio. Un montón de champán para los supervivientes, después de 18 años de degradaciones. Hecho en falta muchos días de fiesta para conmemorar el dolor. Ahora estoy sentado junto al árbol de navidad, abriendo regalos. Sonrío. Me gustan los regalos.

Solo que entiendo que la vida no es solo trabajar y esperar que algún día todo tenga un sentido. Borracho, lleno de sentimientos encontrados, dispuesto a admitir parte de mi mismo, enloquecido, Kamikaze, jugando a las cartas en el cementerio, a un paso del olvido.

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