domingo, 8 de mayo de 2016

Los fantasmas no tienen ADN



En la clase de biología en lo único que me sentía interesado era en aprender cómo reorganizar mis células en un patrón fácil de repetir. Trataba de entender mi ADN como algo que no podía ser único. 

Yo no soy único. Mi vida no lo es. Mi vida ha sido vulgar, cotidiana, aburrida, rutinaria, sofocante y un montón de cosas soporíferas, pero no ha sido única. La vida ha pasado y no se muy bien qué sucedió. 

Hubo un momento en que todo pasó y me encontré así: Aburrido.

Mi vida como un fantasma que viene y va, que no se pregunta nada, que no siente nada, que se desplaza en el espacio y a través del tiempo. 

Pero un fantasma no es un patrón difícil de repetir.

Que no se nos olvide: 
Los fantasmas no tienen ADN. 


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