Yo no soy único. Mi vida no lo es. Mi vida ha sido vulgar, cotidiana, aburrida, rutinaria, sofocante y un montón de cosas soporíferas, pero no ha sido única. La vida ha pasado y no se muy bien qué sucedió.
Hubo un momento en que todo pasó y me encontré así: Aburrido.
Mi vida como un fantasma que viene y va, que no se pregunta nada, que no siente nada, que se desplaza en el espacio y a través del tiempo.
Pero un fantasma no es un patrón difícil de repetir.
Que no se nos olvide:
Los fantasmas no tienen ADN.
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