domingo, 2 de agosto de 2015

No apago las luces




Ni cierro las puertas ni apago las luces.
No sabes que no me importa.

Estoy tan cansado que no soy capaz de irme a la cama. 
Por eso estoy aquí estoy escribiendo.
No sé muy bien el qué.

Veo como a mi espalda todo se desvanece en la oscuridad, y llega el silencio.
Ahora sé que todo está perdido,
que la vida es un infierno tan ridículo que es casi divertido.

Tiene sus cosas buenas que la hacen soportable:
Es un buen sitio para estar borracho
mientras espero a que despiertes y pienses en mí.

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