domingo, 7 de diciembre de 2014

Es un mundo de hombres


Mi mejor amigo mató a un compañero de clase en un accidente de coche, camino del aeropuerto, una noche con niebla. Impactaron contra un camión que no tenía encendidas las luces traseras. El asiento del copiloto quedó lleno de sangre. Los cristales llenos de sangre. El salpicadero lleno de sangre. Mi amigo apenas sufrió lesiones. Fue un caso inexplicable. Ahora mi mejor amigo tiene lagunas de memoria. No recuerda nada sobre el accidente y ha olvidado casi del todo el nombre del compañero de clase al que mató esa noche cuando impacto contra un camión que no tenía encendidas las luces traseras.

Su padre está orgulloso y presume de tener un hijo superviviente. Un hombre que ha se ha salvado de una muerte segura. Todo un hombre.

Solo que mi mejor amigo sabe que no es un héroe. Estaba totalmente borracho esa noche. Empotró el coche y mato a su compañero de clase. Luego lo olvidó. Olvidó el nombre de su compañero y olvidó esa noche y olvidó conducir y acelerar antes de impactar contra un camión. Olvidó fantasear con la idea de tener un impacto a gran velocidad mientras conducía estando borracho. El olvido es mucho mejor que cualquier analgésico. No hay por que medicarse de un dolor que no recuerdas.

Es un mundo de hombres, o al menos eso es lo que parece.

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