Deberías estar durmiendo hace tres horas. Pero estás borracho y te crees enamorado. Tus oídos pitan y está amaneciendo. Tu voz rota de tanto gritar ahora es un susurro. MIAMIGO ha estado durmiendo y lo has despertado con la excusa de un desayuno de Miércoles en la Gran Vía. Se puede oír la sonrisa apoyada en el auricular del teléfono unos minutos antes. No hay mejor fiesta que la fiesta se hace cuando ya estás satisfecho, cuando ya no buscas nada. Ese es el estado de ánimo. La gente es hermosa y nadie tiene de qué preocuparse. Lo que no podías esperar es que volviese a casa y me acostase sin mas. Agotado de todo y de tanto. MIAMGO tiene la oportunidad de escucharme hablar. Si pudiera tocar su cara y decirle cuanto le amo, lo haría. Estoy lleno de amor. Luego pienso que estoy lleno de química y que mañana esa química me va a proporcionar un dolor de cabeza histórico. Pero nunca lo dices. Nunca lo has dicho. Nunca le has dicho a nadie cómo te sientes porque nunca ha habido el momento de decirlo, y cuando no existe el momento ... no es necesario.
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