sábado, 11 de octubre de 2014

En el lobby de un hotel de playa


Esperando a una tía buena en el lobby de un hotel de playa. Sólo llevaba esperando 5 minutos cuando empecé a pensar que tal vez ella había cambiado de opinión. Ese tipo que estaba con ella cuando la conocí, probablemente la convenció para que no viniese. Seguramente sea su hermano, o su primo, o algún familiar. Así que ahora, aquí estaba yo en este vestíbulo, esperando como un tonto. ¿Cuánto tiempo de espera es el tiempo suficiente? Me sentiría como un perdedor si esperaba 30 minutos y luego no apareciese, así que pensé en irme antes de 30 minutos. Pero tenía que esperar por lo menos 15 minutos para ser cortés. ¿Qué pasaría si ella recibiese una última llamada telefónica que tuviese que contestar? Quería verla. Quería cenar con ella y besarla. Me gustaba la forma en que miraba mis labios mientras la hablaba, debía tener un millón de pensamientos y todos luchando entre sí. Eso parecía por su expresión. Quería ver eso. Quería follar. Yo estaba esperando esa química. Si ella apareciese. Si bajase de su habitación. Era el minuto 25 cuando decidí irme avergonzado. Mientras levantaba la mano para avisar un taxi, escuché que alguien me llamaba a mi espalda.

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