Me disecciono en pedazos, matemático, maníaco, todo controlado.
Me sirvo de este método para darle sentido a mis fragmentos.
Resuelvo las piezas como en un rompecabezas.
Que me rompan y luego sentirme intacto de nuevo al juntar las piezas.
Es mi secreto para seguir firme.
Inmutable.
Pero últimamente he recordado que no soy bueno con las matemáticas.
Y los números y los hechos empiezan a mostrar que en mis bordes han aparecido brechas.
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