1.
Domingo, siempre Domingo...
- Tienes que hacerlo, tienes que escribirlo.
Dice P.G. mientras tritura hielo con los dientes.
- Pero yo tengo un problema, y es que no se escribir.
Pienso en lo fría que debe estar su lengua y lo carnoso que son sus labios. Me sorprende no haber dicho "SI" y dejar el tema a un lado, concentrarme en como llevarme el tema de conversación al dormitorio.
En lugar de esto, ella dice:
- Lo único que tienes que hacer es contar lo que pasó. Solo eso.
- Lo que pasó es muy aburrido y no creo que a nadie le interese.
Intento cerrar la conversación, aunque se que ya no va a ser posible. Ya estamos en la conversación.
- Tienes que contarlo, tienes que escribirlo. Tiene que estar en papel para que se pueda leer. Para que se sepa. Tu sabes como contarlo. Es fácil, solo tienes que contarlo.
Me deprime la idea de escribir sobre toda esa gente. Me deprime la simple idea de pensar en esa gente. Todo lo que rodea a esa gente es como una enfermedad. En realidad, son la enfermedad. Son la parte muerta de las cosas. Y lo que queda después, no es nada. Después solo queda la enfermedad. Lo que queda esta podrido... Es lo mas parecido a la muerte.
- Me tocaría escribir sobre lo que me quitaron.
- Entonces escribe sobre ti. Habla sobre ti y sobre lo que te quitaron.
Hay algo que es cierto, y es que hay una parte que me han robado. Hay una parte que sería justo contar. Hay algo que todavía queda por decir. Falta contar la verdad. La mía, mi verdad. Y mi verdad, en últimas, es LA VERDAD. La única, la de verdad.
- Quieras o no, es todo un culebrón.
- Es cierto. Es un culebrón, de esos tan exagerados que no te los crees.
Un buen culebrón necesita un amor imposible o un despecho o una traición, intrigas, alianzas, conspiraciones. Tiene que haber mujeres, las mujeres llevan el fondo del asunto en todos los culebrones. Las tramas emocionales deben tener más peso que las de misterio. Y si la historia no va a ser televisada podemos incluir grandes cantidades de sexo y violencia. Los buenos tienen que ser muy buenos, y los malos muy malos. Un poco de humor para relajar y notas picantes para acabar los capítulos con ganas de leer lo siguiente. Hay muchos ingredientes en juego, pero lo mas importante en un gran culebrón son las puertas. Siempre que una mujer abre una puerta encuentra detrás una infidelidad: De su novio, su marido, el novio de su amiga... la firma de un contrato, confesiones, documentos que salen de su escondite, parentescos olvidados. Todo se desvela cuando una mujer abre una puerta. Las puertas descubren de golpe la verdad.
- OK. Voy a escribirlo. Aprenderé sobre la marcha. Buscaré un editor, me citaré con él, le insultaré y contaré toda esa mierda. El puto editor querrá publicarlo... "Puertas que se abren y se cierran", es irresisitible. Así, no parece tan difícil. me siento capaz.
- Tendrás que empezar con eso de "basado en hechos reales" y cambiar los nombres y dirección de los personajes. Para no tener problemas.
Hay que protegerse.
Si algo he aprendido es que hagas lo que hagas, hay que protegerse. te tienes que atrincherar. Desaparezco de las redes sociales, me quito amigos en Facebook, cierro webs con mi nombre y elimino enlaces sospechosos. Desactivo los comentarios. Ya no tengo teléfono móvil, ni cuenta de correo propia. Por el contrario me busco un par de identidades nuevas, para operar en silencio, por la sombra. Y si alguien quiere acceder a mi, tiene que estar cerca, muy cerca. Simplemente... desaparezco. Ya no estoy.
Luego está todo eso del título. Uno que no sea: "JM NUNCA PIERDE".
"Dos cosas son seguras: 1) a la gente ya no le importa lo que les sucede a los demás, y 2) ya nada importa gran cosa. Basta con ver lo que ha pasado." Las cosas no tienen un porqué, simplemente suceden. Recuerdas lo que pasó, pero no recuerdas porqué pasó.
Puedo contar muchas cosas. Pequeñas cosas del tamaño de un chisme de portal, y otras tan grandes como para no salir de los juzgados en 20 años. ¿Por donde empezar?
Esta es una historia sobre la hija de un vendedor de zapatos. Sobre el propio vendedor de zapatos. Sobre el joven aprendiz de pintor y sobre los hijos, padres, hermanos, primos, amigos y demás alrededores de la hija del vendedor, el vendedor y el joven pintor.
También es una historia sobre lo que pasa cuando parece que no pasa nada.
Y finalmente es la historia de un desencuentro.
La historia de la hija de un vendedor de zapatos que a los 18 años se emborracha, se acuesta con un chico del pueblo y después denuncia una falsa violación. Mas tarde retira la denuncia, y mas tarde se muda, con toda su familia, a otro pueblo cerca de Madrid, donde nadie les conoce.
Los siguientes 10 años se los pasa follando con un joven pintor: 2 hijos.
Los otros siguientes 10 años se los pasa denunciando al que fue un joven pintor.
10 años después retira las denuncias.
y otros 10 años más para buscar otro tema de conversación.
En resumen, lo que conforma toda una vida. No mucho más. No hay otra actividad. La hija del vendedor de zapatos resume su vida en poco más que un párrafo.
Por otro lado, (años 60), tenemos al vendedor de zapatos, que consigue salir de la miseria, en la que vivió desde la infancia, después de casarse con la hija de un rico del pueblo, y que se traslada de Extremadura a Madrid. Con el dinero de la familia de su mujer se establece y se convierte en un "hombre hecho a sí mismo" con mujer, mas hijas que hijos, coche ejecutivo, casoplón, cenas-comidas de empresa, putas, querida y acompañante, -Si Señor-Soy un señor- Señor- y todo el protocolo que tanto le gusta. Todo ello acompañado por un trabajo de representación comercial de una marca de calzado de calidad: "Cosidos a mano". En resumen, un mafioso de pueblo con matones contratados, que presume de mujeres porque en el fondo le gustan los tíos. Todo un señor español.
También es la historia de un joven pintor que quiere irse pero se queda.
llamadas silenciosas.
Los hijos de ambos que no saben de que va la historia.
Alergias al polen.
La mujer del vendedor que se droga y se deprime.
La empleada de servicio.
La otra hija del vendedor de zapatos que también se acuesta con el joven pintor.
El perro ejecutado y enterrado en el solar de enfrente a la casa.
La otra hija del vendedor que se pega un tiro en el dormitorio de su madre.
Mierda de gatos por toda la casa.
Un último hermano que se droga y desespera.
El vendedor de zapatos nos enseña el culo en medio de la calle.
Pronto en Youtube.
La hija del vendedor tirándose encima de un coche para poder denunciar un atropello.
Llamadas desviadas.
Un niño que grita corriendo por el pasillo de un psiquiátrico queriendo escapar.
Mucho mas que un simple juego de manos.
Y lo que queda por contar, que solo es: Desesperanza.
2.
Domingo, Siempre Domingo...
Solo hay una cosa que te quiero decir:
"JM nunca pierde"
3.
Lo que falta por decir.
4.
Un, dos, tres, cuatro.
- OK. Voy a escribirlo. Aprenderé sobre la marcha. Buscaré un editor, me citaré con él, le insultaré y contaré toda esa mierda. El puto editor querrá publicarlo... "Puertas que se abren y se cierran", es irresisitible. Así, no parece tan difícil. me siento capaz.
- Tendrás que empezar con eso de "basado en hechos reales" y cambiar los nombres y dirección de los personajes. Para no tener problemas.
Hay que protegerse.
Si algo he aprendido es que hagas lo que hagas, hay que protegerse. te tienes que atrincherar. Desaparezco de las redes sociales, me quito amigos en Facebook, cierro webs con mi nombre y elimino enlaces sospechosos. Desactivo los comentarios. Ya no tengo teléfono móvil, ni cuenta de correo propia. Por el contrario me busco un par de identidades nuevas, para operar en silencio, por la sombra. Y si alguien quiere acceder a mi, tiene que estar cerca, muy cerca. Simplemente... desaparezco. Ya no estoy.
Luego está todo eso del título. Uno que no sea: "JM NUNCA PIERDE".
"Dos cosas son seguras: 1) a la gente ya no le importa lo que les sucede a los demás, y 2) ya nada importa gran cosa. Basta con ver lo que ha pasado." Las cosas no tienen un porqué, simplemente suceden. Recuerdas lo que pasó, pero no recuerdas porqué pasó.
Puedo contar muchas cosas. Pequeñas cosas del tamaño de un chisme de portal, y otras tan grandes como para no salir de los juzgados en 20 años. ¿Por donde empezar?
Esta es una historia sobre la hija de un vendedor de zapatos. Sobre el propio vendedor de zapatos. Sobre el joven aprendiz de pintor y sobre los hijos, padres, hermanos, primos, amigos y demás alrededores de la hija del vendedor, el vendedor y el joven pintor.
También es una historia sobre lo que pasa cuando parece que no pasa nada.
Y finalmente es la historia de un desencuentro.
La historia de la hija de un vendedor de zapatos que a los 18 años se emborracha, se acuesta con un chico del pueblo y después denuncia una falsa violación. Mas tarde retira la denuncia, y mas tarde se muda, con toda su familia, a otro pueblo cerca de Madrid, donde nadie les conoce.
Los siguientes 10 años se los pasa follando con un joven pintor: 2 hijos.
Los otros siguientes 10 años se los pasa denunciando al que fue un joven pintor.
10 años después retira las denuncias.
y otros 10 años más para buscar otro tema de conversación.
En resumen, lo que conforma toda una vida. No mucho más. No hay otra actividad. La hija del vendedor de zapatos resume su vida en poco más que un párrafo.
Por otro lado, (años 60), tenemos al vendedor de zapatos, que consigue salir de la miseria, en la que vivió desde la infancia, después de casarse con la hija de un rico del pueblo, y que se traslada de Extremadura a Madrid. Con el dinero de la familia de su mujer se establece y se convierte en un "hombre hecho a sí mismo" con mujer, mas hijas que hijos, coche ejecutivo, casoplón, cenas-comidas de empresa, putas, querida y acompañante, -Si Señor-Soy un señor- Señor- y todo el protocolo que tanto le gusta. Todo ello acompañado por un trabajo de representación comercial de una marca de calzado de calidad: "Cosidos a mano". En resumen, un mafioso de pueblo con matones contratados, que presume de mujeres porque en el fondo le gustan los tíos. Todo un señor español.
También es la historia de un joven pintor que quiere irse pero se queda.
llamadas silenciosas.
Los hijos de ambos que no saben de que va la historia.
Alergias al polen.
La mujer del vendedor que se droga y se deprime.
La empleada de servicio.
La otra hija del vendedor de zapatos que también se acuesta con el joven pintor.
El perro ejecutado y enterrado en el solar de enfrente a la casa.
La otra hija del vendedor que se pega un tiro en el dormitorio de su madre.
Mierda de gatos por toda la casa.
Un último hermano que se droga y desespera.
El vendedor de zapatos nos enseña el culo en medio de la calle.
Pronto en Youtube.
La hija del vendedor tirándose encima de un coche para poder denunciar un atropello.
Llamadas desviadas.
Un niño que grita corriendo por el pasillo de un psiquiátrico queriendo escapar.
Mucho mas que un simple juego de manos.
Y lo que queda por contar, que solo es: Desesperanza.
2.
Domingo, Siempre Domingo...
Solo hay una cosa que te quiero decir:
"JM nunca pierde"
3.
Lo que falta por decir.
4.
Un, dos, tres, cuatro.
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