domingo, 24 de febrero de 2013

Flying Saucer Invasion... Madrid




Domingo 6 de Agosto de 1967, al atardecer, Madrid conoció un importante atasco circulatorio.

Creo que era la primera vez en la historia de España que un objeto volante no identificado provocaba un "colapso" en el tráfico. Aquella tarde, miles de madrileños detuvieron sus vehículos y echaron pie a tierra para contemplar unos objetos con forma de platillo y con tres "ampollas" de luz.

El "espectáculo" llamó poderosamente la atención de ciudadanos, periodistas y científicos, hasta tal punto que la Fuerza Aérea Española hizo despegar de la base de Torrejón a un reactor F-104.

Los misteriosos objetos permanecieron sobre los cielos de la capital de España por espacio de 65 minutos. Tiempo más que suficiente como para que pudieran ser observados con prismáticos, telescopios de todo tipo y, por supuesto, fotografiados.
Al cabo de ese tiempo, los platillos volantes desaparecieron por detrás de una nube.
A 30 kilómetros de altura

Alertada ante la presencia de los ovnis, la Fuerza Aérea Española sacó a un caza F-104, que se dirigió hacia los objetos. Cuando el reactor había llegado a los 50.000 pies (unos 15.000 metros) de altura, el piloto comunicó que los ovnis se hallaban mucho más arriba y que regresaba a la base puesto que se le agotaba el combustible. El informe del piloto militar fue ratificado por otro avión que volaba a 36.000 pies. Y según mis noticias, las pantallas de radar del Ejército del Aire llegaron a precisar que los ovnis se movían muy lentamente y a una altura de ¡treinta kilómetros!
Pudo ser observado también desde el observatorio astronómico de Madrid. Allí, un periodista dio fe de la "luz cegadora" que emitían los ovnis.

"Su forma -afirmaron desde el observatorio- es circular. A primera vista parecen sólidos por una de sus caras, aunque resultan traslúcido por otros lados."

La "ola" de ovnis sobre España en 1967 fue tan intensa que ese mismo otoño, la oficina de prensa del Ministerio del Aire Español hacía pública una nota en la que solicitaba a cuantos ciudadanos pudieran ser testigos de uno de estos objetos, lo comunicara al correspondiente Sector Aéreo. Aquella nota oficial iba a ser el primer "reconocimiento" indirecto por parte de las autoridades aeronáuticas hispanas de los ovnis. Algún tiempo después, en 1976, el entonces general jefe del Estado Mayor del Aire, don Felipe Galarza, me entregaría en su despacho, en Madrid, un total de 12 expedientes que confirmaban la presencia de otros tantos ovnis sobre los cielos y campos de España. Era la primera vez que un periodista e investigador recibía un "tesoro" de este calibre. La primera vez -y esto es lo importante- que el Ministerio del Aire abría sus archivos ovni y "reconocía" que existían los objetos volantes no identificados y que, por supuesto, los había investigado a fondo. (Los textos íntegros de los expedientes desclasificados se hallan en nuestra base de datos, sección "Materia Reservada", mes de septiembre de 2000)
Otra "pirámide" sobre España
En uno de esos informes oficiales , precisamente, fechado el 3 de junio de 1967, el Ejército del Aire explicaba el intento de interceptación de otro ovni con forma de "pirámide" por parte de dos Sabres (F-86) españoles.

El expediente de la Fuerza Aérea consta de 12 folios mecanografiados a un espacio y en él se transcribe, entre otras cosas, la conversación mantenida entre los dos pilotos de un avión militar de entrenamiento T-33, que fue el primero en localizar el objeto, y otros dos reactores de combate (los ya mencionados Sabres).

Esta cinta magnetofónica fue guardada celosamente por la Fuerza Aérea hasta 1976, fecha en la que, repito, el general jefe, don Felipe Galarza, puso en mis manos los doce valiosos documentos. El caso lleva el siguiente título: "Extracto sobre el informe de un fenómeno aéreo observado el día 3 de junio de 1967, en el espacio aéreo de la Primera Región Militar."

En dicha investigación oficial se deja constancia que el T-33 comunicó por primera vez la presencia del ovni a las 16.24 horas (Z), cuando realizaba un vuelo de entrenamiento entre Torrejón y la Base de Talavera.

El T-33 explicó a Matador (denominación que recibe el radar central de Madrid) "que el objeto estaba estacionario y que tenía forma de ovni...".
Cuando Matador le pidió que tratase de identificar el objeto, el avión de entrenamiento respondió:
"¡Cuanto más subo yo se pone más alto...!"
Poco después se reuniría con el T-33 una pareja de cazas que también vieron el objeto. Pero los pilotos de combate comunicaron a Madrid exactamente lo mismo que acababa de decir el piloto del avión de entrenamiento:
"Parece que asciende al mismo tiempo que lo hacemos nosotros..."
Una vez alcanzados los 45.000 pies, o más, la gran "pirámide" -así fue descrita por los pilotos- se inmovilizó nuevamente. Lo extraño es que a esa altura -unos 15.000 metros- los servicios de meteorología señalaron en aquellos momentos vientos de 50 nudos (unos 100 kilómetros por hora). Ningún globo sonda, desde luego hubiera podido permanecer estático a esa altura y con semejantes vientos. Los pilotos, lógicamente, descartaron toda posibilidad de globo meteorológico...

Uno de los Sabres confirmó a Matador que "lo extraño era que el pico vértice que estaba en oposición al sol parecía tener más brillo que el resto del objeto". ¿Como podía ser esto?

La descripción, en buena medida, es similar a la de los testigos que lograron ver y fotografiar otra gigantesca "pirámide" sobre el centro del país en 1968.
Una "pirámide" que, a juzgar por todas las características, pudo ser lo que en términos ufológicos llamamos nave "nodriza".



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